POR FRANCISCO JOSÉ ROZADA MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE PARRES-ARRIONDAS (ASTURIAS)
La Semana Santa en la Parroquia de San Martín en Arriondas en nada se parece a la de las parroquias que son cabeceras de concejo en el centro-oriente asturiano, puesto que desde hace nada menos que cuarenta y cuatro años perdió sus señas de identidad.
Mientras en Cangas de Onís, Infiesto, Ribadesella, Llanes, Villaviciosa y otras localidades cercanas mantienen sus tradicionales desfiles procesionales, Arriondas perdió los suyos con el fallecimiento de su párroco don Manuel Riera Prida, en octubre de 1980.
Hasta un total de ocho procesiones celebró la parroquia anualmente durante décadas -dos de ellas en Semana Santa- recorriendo las principales calles de la villa, especialmente entre los años 1954 y 1980.
Tuvieron que pasar treinta y cuatro años para que se consiguiese recuperar una sola de esas ocho procesiones, la de Sta. Rita de Casia, el día 22 de mayo de 2015.
No es que a la parroquia acudan muchos feligreses, porque apenas lo suelen hacer los fines de semana el 5% de los vecinos de Arriondas, pero puede decirse que a la Semana Santa parroquial le ha quedado solo el nombre y las celebraciones litúrgicas propias de esos días en el interior del templo.
Hagamos hoy memoria de las catorce estaciones del vía crucis que conserva la parroquia, desconocido por la inmensa mayoría en sus detalles por diversas razones, como son las de su deficiente iluminación y otros.
El anterior vía crucis estaba datado en el año 1926, había costado en Francia 3.470 francos y era de pasta, imitando marfil; adquirido gracias a una donación de Dña. Aquilina y Cecilia Valle.
Se perdió diez años después, al ser destruido durante la Guerra Civil, en septiembre de 1936.
El día 7 de febrero del 1943 la parroquia llamó al padre Villarrín para bendecir el nuevo vía crucis. Fue adquirido en la que diríamos que era la más importante y famosa fábrica de imaginería, en Olot (Gerona) y costó 1.943 pts.
Fue una donación de la Juventud Femenina de Acción Católica de la parroquia, cuya cantidad de dinero fue recaudado mediante tómbolas organizadas al efecto y “otros festejos”.
Este P. Villarrín era capuchino en el convento de Gijón, famoso por sus notables dotes como orador sagrado, el cual aparece citado en los años 1910 y 1922 en el Capítulo General Capuchino celebrado en Bilbao, y en 1942 se hace referencia a él en la prensa gallega como el más anciano de los capuchinos al que se le concedió el privilegio de portar el Santísimo Sacramento -ante 50.000 personas- en la procesión de clausura de la Santa Misión celebrada en la Plaza de María Pita , en La Coruña.
Pues al año siguiente fue el P. Villarrín el llamado a Arriondas para proceder a la erección canónica (acto eclesiástico y jurídico solemne) del nuevo vía crucis que se había adquirido.
Las catorce estaciones de este “camino de la cruz” son de pasta de madera en alto relieve de primera clase, de 85 cm. de alto (sin contar la cruz, dice el documento de archivo) por 50 cm. de ancho, todo él pintado al natural.
De modo que este vía crucis acaba de cumplir ochenta y un años, y el mayor contratiempo que ha sufrido ocurrió el día 4 de junio de 2009, cuando un incendio provocado en la mala manipulación de la cera almacenada en un bidón en el interior del templo, con la finalidad de aplicarla en la pared del presbiterio -a modo de estuco veneciano- dejó todo el templo ennegrecido.
Retablos, imágenes, pinturas, paredes, bancos, vía crucis y todo cuanto contenía el templo tuvo que pasar por la limpieza y restauración oportunas.
El pintor local Gil Fondón Álvarez se ofreció desinteresadamente a devolver a las catorce estaciones parte del esplendor que tenían, intentado recuperar los colores perdidos.
Y así le vemos ahora en esta colección de catorce fotografías que tomé hace pocos días.
Y como dijo san Pablo a los Corintios y todo creyente tiene muy presente: “Si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación y vana es también nuestra fe”, de donde se derivaría que los muertos tampoco resucitarían.
Por ello la solemnidad de la Pascua de Resurrección es la fiesta más importante del cristianismo en todo el mundo.
La memoria fotográfica de la imagen del Cristo Resucitado de Arriondas recoge iconografía desde la Pascua del año 2014.
La imagen del Cristo Resucitado procede del más prestigioso taller artesanal de imaginería religiosa, cual es “El Arte Cristiano” que -con 135 años de antigüedad- desde Olot (Gerona) ha enriquecido el patrimonio de multitud de templos, dentro y fuera de España. De hecho, buena parte de las imágenes que alberga la iglesia parroquial de Arriondas -como las de santa Rita o el patrono san Martín- proceden de Olot, donde fueron adquiridas en los años cuarenta del siglo
El Cristo Resucitado está hecho en pasta-madera de primera clase, con ojos de cristal y pintado al óleo. La decoración de los ropajes está rematada en lamé dorado y la peana -que simula el sepulcro desde el que emerge la imagen- está dorada, bruñida y cincelada. Las tres potencias que emanan de la cabeza del Resucitado llevan un baño en oro con lacado protector.
La decisión de adquirir esta imagen -y donarla a la parroquia- así como la elección de la misma, fueron una iniciativa personal del Cronista oficial de Parres que escribe estas líneas.
FUENTE: https://www.facebook.com/franciscojose.rozadamartinez