POR AGUSTÍN DE LAS HERAS MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE VALDEPIELAGOS (MADRID).
Con Emilio y Antonio, mis primos. Y uno de sus grandes amigos «El Turri». El portátil conmigo. Les veía a la hora de comer y por las noches. Me he dado cuenta que la vida me vive. He de evitar que lo haga.
Paz, silencio, mucho trabajo… Unas migas de Emilio al borde del agua, exquisitas. Una tortilla de cardillos, pelados por Emilio y Turri, con gambas, y elaborada por Antonio, un arte.
Un gran pintor Turri. Me ha encantado sus acuarelas, su juego fotográfico de pintura y agua, su jubilación diversa, cuadros, bici… Y sobre todo su calidad humana. He estado con tres jubilados que saben vivir la vida a pesar de las trabas que ésta intenta poner.
Conversaciones después de cenar donde se conoce la gente. Excesivo trabajo a distancia y un libro terminado. «Doctor Pirata» de Wayne Jamison, sobre nuestro Tío Loco. Vaya personaje, vaya vida. Algunos de vosotros conocéis sus secretos en Valdepiélagos. Habrá que escribir esa página.
No he visto ninguna carpa de quince kilos y si he visto y compartido instantes con muy buena gente. Ya cuento el tiempo que queda para la próxima. Gracias.