POR JUAN JOSÉ LAFORET HERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA (LAS PALMAS)
En el mismo corazón de la primavera insular, en el tránsito de abril a mayo, la climatología cambiante y, en ocasiones ávida de excesos, ha querido que se hayan juntado dos pruebas de esa práctica deportiva que es el correr, y que tanto identifica y marca la vida insular en este comienzo del siglo XXI, en especial en esas dos modalidades con tanta popularidad como el trail y el running. Y lo ha hecho, casi, en dos lugares que son antípodas en el paisaje y la geografía de Gran Canaria.
De un lado la ‘Extrema Moya’, en aquellas altas tierras de medianías y cumbres que aún resuman mucho el carácter y el sentir de los antiguos bosques de Doramas, donde a cada paso que se da, en la fresca y umbrosa frondosidad del barranco del laurel, o de Los Tilos, parecen que resuenan constantes los versos de Tomás Morales, «¡Tarde en la selva! Tarde de otoño en la espesura/ del boscaje, en el triunfo de la arboleda oscura…», y los corredores, enhiestos, enfebrecidos en su descomunal esfuerzo, escalan senderos o se lanzan ladera abajo por caminos que apenas se intuyen. Titanes de un ensueño que se llama Trail, en un paraíso que parece recreado para ello.
Del otro la ‘Media Maratón MACAN’, la cálida, hospitalaria y siempre arrullada por las suaves brisas atlánticas, Bahía de Gando, donde se descubre la emoción de correr en un escenario incomparable, donde, como recalca su lema ‘No corro… ¡Vuelo!’ Unas suaves llanuras que transitan de norte a sur, bordeando el ingente torreón central que amalgama la cumbre grancanaria, y donde se puede rememorar a Néstor Álamo contándonos como su canción ‘Isla mía’ «me vino a la imaginación viendo la línea mórbida de nuestras montañas, cuando esperaba la guagua en el cruce de la carretera del sur…» Una Base Aérea que mira al futuro justo donde este comenzó a construirse en gran medida, pues aquí hace cien años la aviación iniciaba sus pasos más sólidos, para convertir a la isla en esa gran encrucijada atlántica que es hoy. Y también nos habla de un pasado de siglos ese hermoso y perfectamente conservado Torreón de Gando, junto al que pasan los corredores y disfrutan de una mirada sugerente, pues en el correr se aúnan paisajes y pensamientos. Corren por los mismos entornos que hace mas de cinco siglos correteaban los primeros jinetes, cuyas cabalgaduras hoyaron los suelos insulares.
Un año más, el sábado 27 de abril, la Villa de Moya y sus hermosísimos parajes, en un día espléndido, fresco y luminoso, que parecía de encargo, abrieron a 900 corredores sus puertas amigas y hospitalarias para ofrecer una de las carreras de trail más prestigiosas de Gran Canaria en la actualidad. Se celebraba la XII Circular Extrema Villa de Moya, que brindaba un amplio espectro de posibilidades para participar en ella a través de sus tres modalidades, la circular de 27 km, la media de 19 km y la mini de 12 km, a las que se unía una ruta de senderismo que transcurre por muchos de los mismos parajes y senderos de la carrera, lo que permitió a muchísimas personas no sólo afrontar una actividad deportiva, sino disfrutar también de este ambiente, como a los corredores verse arropados y alentados en muy distintos puntos de un recorrido hermosísimo, pero técnicamente muy exigente.
Y en estos senderos de la IX Extrema Villa de Moya, que ascienden hasta la cumbre y descienden por veredas y barranqueras que atrapan por su belleza, surge la esencia de este municipio en toda su diversidad de entornos y paisajes. Lugares como Fontanales donde naturaleza, cultura, tradiciones van de la mano, y son un todo que se ofrece fresco y enriquecedor a los corredores. Luego, por alegres y adecuados senderos, se desciende a otro de los más bellos rincones del municipio, la Reserva Natural Especial de Los Tilos, dentro del Parque Rural de Doramas. De aquí una sugestiva subida hasta San Fernando, por veredas que resuman naturaleza y tradiciones, para desde allí directamente a la vital, alegre y siempre acogedora Villa de Moya. Una carrera bien trazada, magnífica atendida, que ponía su objetivo principal en quienes participaban en ella, pero que también ofrecía un ambiente grato, afectuoso y muy divertido.
¿Y Gando? Si alguien, en los últimos años, me hubiera preguntado donde desearía estar la mañana del 1 de mayo, diría, sin dudarlo, en Gando, en la ‘Media Maratón del MACAN’. Este topónimo tan grancanario, esta Base Aérea tan enraizada en la identidad insular del siglo XX a la actualidad, se ha instituido como un referente deportivo en cada 1º de mayo desde que se inició en el año 2004, hace ahora veinte años. Y así es lógico que se proclame «¡Prepárate para vivir la emoción de ser parte de una tradición deportiva inigualable en las Islas Canarias! Desde su inicio en 2004, la Media Maratón Macan en Gran Canaria ha sido el destino favorito de corredores aficionados y profesionales por igual. ¡Únete a nosotros y forma parte de esta increíble experiencia que ha ganado renombre y admiración a lo largo de los años!» Por ello, quienes han tenido la oportunidad y la suerte de correr en esta prueba de media maratón por las amplias avenidas y carreteras de la Base de Gando, siempre han sentido como el Ejército del Aire y del Espacio, quienes lo integran, son también las alas con las que, en buena medida, se eleva y trasciende el espíritu y los sentimientos de progreso y de seguridad en su futuro de todos los grancanarios; ahora, un año más, podrán volver a sentirlo y a sentirse felices, muy felices, entre ellos, que también somos nosotros, en esta Media Maratón del MACAN. Gando hará realidad, una vez más, que correr sea un sueño inolvidable. Y en esta primavera el trail y el running habrán vivido un sueño inmemorial, el de correr de Moya a Gando en dos prueba sugerentes y complementarias.