MANISEROS ILUSTRES: D. JOSÉ GADEA LUJÁN
Oct 16 2013

POR JOSÉ LUIS DE TOMÁS, CRONISTA OFICIAL DE MANISES (VALENCIA)

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La invención de la fotografía tuvo repercusión en Manises, mucho años después. Sabido es que la primera fotografía se debe a Joseph Nicéphore Niepce. Para su realización fue necesaria una exposición de ocho horas y se sirvió de placas de peltre (aleación de cinc, plomo y estaño). A este procedimiento lo llamó heliografía (“helios”, sol; “grafeo”, escribir. Esto sucedía en el año 1826, en Francia.

A Manises llegó la fotografía de manos de D. José García Planells, “El tío Pepet”, ceramista, profesional del torno. Él fue el primero en adentrarse en los caminos de la fotografía, hacia el año 1903. Los otros pioneros de la fotografía en nuestra ciudad, fueron: D. Carlos Sanchis García (sobrino del Tío Pepet), D. Vicente Royo Vilar, D. Zacarías Botet, D. Francisco Comeche, D. José Gadea Luján, D. Juan Santaolaria y D. Juan Soler Herreras. Recuérdese que en albores de la fotografía, la Patrona de estos profesionales era la Verónica, Santa verónica. Y tiene lógica, pues nada menos que Jesucristo le regaló a la Verónica la primera fotografía: su rostro ensangrentado en el pañuelo con el que le limpió la sangre. Tal parece que esta celebración de su patrona, ha caído en desuso entre los profesionales de la fotografía.

D. José María Gadea Luján, había nacido el día 12 de septiembre de 1927, en una casa situada en la actual calle Maestro Guillén, entonces conocida como “Carrer de la pols”, si bien la denominación oficial era “Carretera de Quart a Domeño”. Sus padres eran D. José Gadea Ventura y Dª. Concepción Luján Martínez. Según escribió el anterior Cronista de la ciudad, D. José M. Moreno Royo, al año de nacer D. José Gadea, «era alcalde, D. José Mª. Martínez Aviñó; el Cura Párroco, D. Vicente Aviñó Catalá y Vicarios de la Parroquia de S. Juan Bautista, la única entonces, D. Luis Valldecabres Alonso y D. Eleuterio Catalán Tomás.»

A este manisero ilustre, todos sus conciudadanos le conocían como “Gadea” y “El Sariero”. Y es que su padre era sariero de profesión, y junto a D. Vicente Royo, en su casa de la Plaza del Rellat, confeccionaban “les saries”. Se servían de la pleita, es decir, tiras de esparto trenzado en varios ramales, con lo que elaboraban serones y seras (especie de capazo grande n forma de bolsa rectangular, utilizado para el transporte de mercancías.) Gadea, junto a sus dos hermanos Vicente y Jesús, se hicieron taxidermistas, llenando la casa de animales disecados.

Pero D. José Gadea pronto se inició en la fotografía. Se cuenta que en sus inicios, sin recursos económicos, inventó su propia máquina fotográfica, a base de un bote de tomate, una lente y algunos utensilios caseros. Cuando dispuso de su buena fotográfica, empezó a trabajar como fotógrafo. Llegó a conocer el flah de magnesio, antes de disponer de otros más modernos.

Fue fotógrafo carismático y conocido en toda la ciudad. Era de aspecto un tanto quijotesco, siempre con su cigarrillo en la boca y delgado; sus bromas y su simpatía calaron hondo en toda la ciudad. Al parecer, su afición a la fotografía le nació gracias a la amistad que le unía con otro fotógrafo, D. Francisco Comeche. Con su amigo dio los primeros pasos en el revelado y positivado, en blanco y negro, de la fotografía. Poco a poco, prendió en él esa afición para la que reunía muchas cualidades.

Al parecer, empezó sus trabajos en la fotografía hacia el año 1947, tras el fallecimiento de D. Francisco Comeche. Empezó de cero y con su saber hacer fue levantando su negocio. Era muy ingenioso y tenía don de gentes. Lo mismo salía a fotografiar que reparaba una radio o cualquier otro electrodoméstico. Mientras otros fotógrafos de la ciudad se inclinaban por la fotografía industrial de productos, generalmente cerámicos, él se especializó en los acontecimientos oficiales o familiares, tales como: bodas, bautizos, comuniones, fiestas, procesiones, centenarios, Semana Santa. A su archivo se deben un sinfín de fotografías de esa época, que dan fe de los tranvías, el ferrocarril, las fábricas de cerámica, las calles de la ciudad, escuelas, el mundo de las Fallas, etc.

Era un artista un tanto bohemio. Abarcaba tanto trabajo que casi nunca podía cumplir los compromisos a tiempo, lo que le acarreó fama de ser un tanto informal. Pero él lo suplía con su bondad natural y trato afable. En 1963 se casó con Dª. Josefina Ruíz Paredes, que resultó ser su mejor colaboradora. El 17 de marzo de 1993, en un acto oficial celebrado en la Casa de Cultura y Juventud, hizo entrega al Ayuntamiento de la ciudad de su valioso archivo fotgráfico, que abarca 50 años de la vida de Manises. El fondo está formado por más de 50.000 placas y 350.000 negativos.

Gadea no tuvo hijos. Contaba D. Carlos Sanchis, que siendo su hijo, Javier, de 7 años, en broma, Gadea le dijo al niño que dejara a su padre y se marchara con él.

-Mi padre tiene más dinero –explicó el niño.

-¡Che, morral, ¿per qué dius aixó?

-Porque mi padre compra xiquets y usted, no.

TEXTOS CONSULTADOS: José M. Moreno Royo, “JOSÉ GADEA LUJÁN, FOTÓGRAFO” (Artículo).- Carlos Sanchis García, textos varios. Artículo del autor del presente, publicado en Revista de les Santes, de 2003.

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