POR JOSE MANUEL TROYANO VIEZMA, CRONISTA OFICIAL DE BEDMAR Y GARCIEZ (JAÉN)
El río de Cuadros o de Bedmar o de Garciez, con una extensión de 38 kilómetros, –(ubicado en la subcuenca Norte y Oeste de Sierra Mágina, entre el Guadiana Menor y el Guadalbullón, en la cuenca del Río Guadalquivir)- nace, a una altitud de 1.600 metros, como colector de las aguas de dos torrenteras de origen nival –(entre los picos de Mágina a 2.167 y de Sierra Mágina a 2.014 metros sobre el nivel del mar -(s.n.m.)- denominadas Arroyo de Alto Perú (1) y Barranco del Mosquito, que se nutren de las aguas del Caño del Aguadero y de las procedentes del Barranco de Alta Mágina y que se juntan en «la Puerta del Valle» frente al Cerro de la Carluca o Carluco de 1.441 metros de altitud, dando lugar al río Cuadros.
En este primer tramo es donde los bloques de calizas prebéticos de las zonas más altas se encuentran cubiertos en algunas partes por un piornal de tejos, sabinas rastreras y almohadilladas y laderas abajo, hasta su confluencia con el río aparece una vegetación arbustiva, algunas zonas de pastos y en las zonas de mayor pendiente pinares de repoblación –llevada a cabo tras la Guerra Civil Española (1936-1939)- que en lugares concretos del Barranco del Mosquito y cabeceras del río Cuadros, resultan invadidos por almendros y olivares de alta montaña –(Cortijos del Valle y del “Chucho”)-.
A medio kilómetro, aproximadamente, de ese punto se encuentra el segundo Manantial del Sistillo, el cual aumenta el caudal del ya formado río de Cuadros y abastece a la villa de Bedmar de agua potable desde el 25/IX/1976, por medio de una conducción de algo más de siete kilómetros, la cual fue reconstruida en su totalidad en 2009, siendo alcalde de Bedmar y Garciez, D. Rafael García Navarrete. Este manantial se encuentra a 660 metros de altitud y en él existen grandes rocas en su cauce y una vegetación dominada por adelfas y algunos ejemplares de aladiernos. Un poco más abajo nos encontramos con el primer Manantial del Sistillo, enclavado en un paraje maravilloso y del que sale la conducción de agua para la Ermita de Cuadros.
Sus aguas en este tramo son claras, frías –(donde abunda la trucha y el cacho)- y que las podemos considerar casi puras, pues han sido analizadas químicamente y sólo necesitan una gota de cloro, por cada cuatro litros de agua, según la O.M.S. (Organización Mundial para la Salud). Tales aguas, tanto en épocas de grandes crecidas como en etapas estables, presentan siempre una gran limpieza y claridad y ello es debido a que el agua de este río no discurre por la superficie de la Sierra de Cuadros sino que penetra entre las grietas de las rocas pasando al subsuelo, concentrándose en los aliviaderos naturales con muy poco material en suspensión (2). Dicho Manantial, situado a 620 metros de altitud, se encuentra ubicado en la base de un cerramiento de roca caliza o garganta, en la que se pueden observar en invierno varios veneros o aliviaderos, los cuales resultan espectaculares cuando llueve con fuerza y corren, los que aquí denominamos, Vientos del Norte, al surgir por ellos -de entre las rocas- caudales de agua que han llegado a ser de 8.000 litros por segundo.
Unos cuatrocientos metros más abajo nos encontramos con una presa rústica, de la que sale un cauce que llevará parte de sus aguas al Molino de la Sierra, un molino harinero propiedad hoy en día de los herederos de D. José María Viedma Troyano, reconvertido en Casa Rural, frente al que se encuentra la Presa de la Obra Sindical de Colonización (1950), la cual divide aguas para el Canal y la Acequia del Alargue, para el riego de olivares y huertas.
Cientos de metros río abajo nos encontramos con la Fábrica de la Luz, de cuyas ruinas se eleva orgullosa su torreta o chimenea y desde donde el río se pierde entre rocas y maleza para aparecer en la cascada del Puente Natural, sobre el que se construyó el Molino Harinero de la Sacristana (3) y posteriormente el Batán del Marqués de Bedmar y de Escalona, a los pies de la Ermita y ésta a su vez del Torreón árabe. Quinientos metros más abajo se encuentra el Molino del Blanquillo –hoy de los Herederos de D. Juan Antonio y de su hermano D. Miguel Reyes- y pone fin a su curso alto, no sin antes recibir las aguas procedentes del manantial de la Fuente de La Fresneda. Desde este punto su discurrir es más tranquilo regando y refrescando las riberas de las huertas más ricas del término, cuyos cortijillos -muchos de ellos reformados hoy y convertidos en auténticas caserías de verano con piscina, dotadas con electricidad y agua potable- ven pasar el río, que en otro tiempo fue capaz de generar energía eléctrica para Bedmar y Jódar en la denominada Fábrica y/o Molino de la Luz de San José.
En todo ese tramo descrito, además de la adelfa –(Nerium oleander)-, nos encontramos en sus orillas la zarza, el aladierno, el taraje, la cornicabra, la retama, el majoleto, el lentisco, el espino negro, el enebro, el berro, el nogal, el acebuche, el almez, el álamo blanco y el chopo en los que anidan y pululan el avión roquero o Roquero solitario (Monticola solitarias), el Mirlo capiblanco (Turdus torcuatus), el Carbonero y el Herrerillo común, entre otras aves.
Abandonando el cauce del río por un momento, ascendemos al Santuario de la Virgen de Cuadros, un precioso lugar con abundante agua y donde podemos ver álamos blancos (Populus alba), entremezclados con los terebintos (Pistacia terebintus), y una vegetación vivaz muy frondosa dominada por el Torreón de Cuadros rodeado de abundante romero (Rosmarinus officinalis), que en primavera da un colorido impresionante a tan abruptas sierras, todas ellas repobladas de pinares (Pinus halepensis), regados en los buenos tiempos climatológicos con las aguas del Manantial de la Canaleja.
De vuelta al cauce del río, hemos de decir que desde dicho lugar sagrado, se inicia el curso medio del río Cuadros o de Bedmar, una extensa zona central configurada por lomas margosas, cuyas zonas más altas descienden suavemente de los 600 a los 400 metros, de sur a norte, y en las que se encaja el río Bedmar y sus cortos arroyos y afluentes de la margen derecha, produciendo un estrecho valle de fondo plano cubierto de sedimentos cuaternarios a ambos lados del cauce, sobre el que se han desarrollado y aún se desarrollan cultivos de huerta tradicionales de gran fama en toda la región. A Bedmar lo deja a su derecha –este-, bajo la Serrezuela, una formación prebética avanzada en la Campiña de la Sierra de Jódar (pico Cueva del Aire con 1.309 metros) que está cubierta de una rala vegetación arbustiva –(atochares)- y pastizales.
En el lado oeste, su cauce lame los asentamientos íberos y romanos de Campanil y Los Villares, donde muy cerca de ellos, una presa rústica, de las muchas que existen a lo largo de su cauce, da origen al «Caz de los Jimenatos”, por regar la zona del Puente «Bojaén» y buena parte del término de Jimena y de Garciez en el pasado siglo XX. Un poco más arriba ha recibido las aguas del río de Albanchez por su margen izquierda junto con las del Barranco de San Esteban, pero desde Cuadros ha recibido por su margen derecha las aguas del Barranco de las Adelfas, Arroyos de Espanta y del Salado. Pasado el Puente que atraviesa la carretera de Mancha Real a Cazorla recibe por la izquierda las aguas del Arroyo de Chavallanque, que delimita los términos de Bedmar y Jimena. Un poco más adelante y frente al Cerro de San Cristóbal (576 metros de altitud), recibe por la derecha las aguas del Arroyo de la Salinilla y del barranco Pizarro, aumentando su caudal en el curso medio que riega la Vega de Bedmar, rica en todo tipo de frutales, sobre todo melocotoneros, aunque hoy predomina el olivo y otros cultivos que son la base de la actual industria conservera: Espárrago, Alcachofa, Pimiento del Piquillo…
Ya en su curso bajo y bajo la denominación de Rio Garciez, por estar ya atravesando el término de esta villa hermana desde 1975, sobre idénticos materiales del tramo anterior, recibe por la izquierda las aguas del Arroyo de los Barrancos y por la derecha el Arroyo de los Mansegares, y desde el puente una red de agua abastecía a este núcleo de población, junto con la conducción que desde Carratraca (Bedmar) se llevó a Garciez para su abastecimiento, siendo Alcalde de Bedmar y Garciez, D. Francisco Reyes Martínez. Aquí en este tramo varias acequias y canales riegan con sus aguas el término a los pies de los restos del vetusto castillo que conquistaran las tropas de Fernando III “El Santo” en 1525. Pasado el puente de la carretera que lleva a Garciez, su curso se vuelve pesado y de ahí la gran cantidad de
meandros que forma, al tiempo que recibe varios Arroyos: por la derecha, los de la Fuente de Blas y del Mansegar y por la izquierda los arroyos de la Salina, Torbiscosa, de Morales y del Batán. Antes de su desembocadura entra en término de Baeza, donde se utilizan sus aguas subterráneas para el riego de olivar y aún recibe afluentes, la mayoría ramblas pequeñas, como los arroyos de Chorchilla y Tachuelas, por la margen izquierda. Antes de engrosar sus aguas en el río Guadalquivir, entra en el término municipal de Baeza penetra de nuevo en nuestro término para desembocar en el Guadalquivir bajo el histórico puente de Mazuecos (4), por debajo del Embalse de Pedro Marín –(situado en el límite Norte de la Comarca de Sierra Mágina y dentro del término municipal de Bedmar y Garciez, en cuyas tierras aledañas es donde se encontraban las grandes plantaciones de espárrago que se envasaban en las Industrias de Transformación Agraria de Bedmar: Panci, Ancove y Congana.
Su cuenca hidrográfica abarca unos 215 km2 y su caudal, aunque constante, es escaso y variable. El caudal que aportaba el río Bedmar, en los comienzos de la década de los años 50 del pasado siglo, según un aforo oficial realizado por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, era de 0,200 m3 por segundo.
Un río el de Bedmar-Garciez o Cuadros que va a morir al Rio Grande o Guadalquivir y cuyo encuentro, según D. Camilo José Cela, en su Primer Viaje Andaluz, quien se extravió “con gusto por estos caminos” y nos dejó este conmovedor relato del paraje y la escena bucólico-pastoral que en él se produjo: “El Guadalquivir, a medio andar, es río que se enseña turbio y de manso y reposado fluir. A poco del puente por el que salta la carretera, el arroyo Bedmar, que pasa por Garciez, le brinda su flaca contribución. Cada cual, bien lo sabe el vagabundo, da lo que puede.
Una yeguada de buen ver pace la fresca yerba y la cigüeña, que es ave amiga del caballo, le limpia de bichas –tocad madera- el blando y engañoso suelo del praderío. Por el cielo, los aviones y los vencejos persiguen, gimnásticos e incansables, el espantado mosquito zumbador. Una libélula de cuerpo a franjas coloradas y azules salta, de piedra en piedra, volando a ras del agua. La mariposa amarillo limón de los juncales revuela –recoleta y llena de suave elegancia- dando leves, ingrávidos bandazos. Un grillo solitario se afana en aclarar su rezo y, sirviendo de fondo al paisaje y a todo su rumor, el canto de la chicharra, hondo y multiplicado se escucha como naciendo del aire, del agua y de la tierra. El vagabundo, de dichoso como está, se siente un pequeño fray Luís. A media legua del puente y a la izquierda, sale el camino que lleva a Bedmar, donde el arroyo nace -(se refiere al río Cuadros)-, y a Albanchez, en su albaidar…”.
NOTAS.
1. Según los datos que nos aporta el Directorio Cartográfico de España el Arroyo del Perú se sitúa en el Mapa Topográfico con los siguientes datos: Municipio: Bedmar y Garciez. Comarca: Magina. Provincia: Jaén. CCAA: Andalucía. Altura Media del paraje: 1.172 metros. Latitud en grados decimales: 37.767. Longitud en grados decimales: -3.417. Coordenada X UTM Huso 30:463300. Coordenada Y UTM Huso 30:4180077.5. Huso UTM: 30. Cuadrícula UTM: VG68. Latitud en grados, minutos y segundos: 37, 46, 0. Longitud en grados, minutos y segundos: -3, 25, 0. Código INE: 23902. Hoja del MTN 1:50000: 948.
2. MADERO MONTERO, A. y CANO RAMIRO, C. Sendero del adelfar del río Cuadros. Ayuntamiento de Bedmar y Garciez (Jaén). Jaén, 2000. P. 7.
3. «El agua por la entrada/ de la casa/ la fuente entre paredes/ y el iris en la cueva/ del agua triturada/ y arriba contra la piedra, piedra/ desmenuzando el trigo/ para sacar ternura/ blanca y olorosa/ la harina y el salvado/ del molinero envuelto/ en una niebla tibia/ la molinera en grano» [DE LA CRUZ AGUILAR, Emilio. Borla roja. Soledades y compañas. (El Molino). Diputación de Jaén. Jaén, 1992. P. 43].
4. El río Cuadros era en 1846, según D. Pascual Madoz, «el quinto río que desemboca en el Guadalquivir, tras nacer en la eminencia del lugar de Cuadros a la falda de la Sierra de Torres y Albanchez. Empieza por una fuente que hay en la Ermita y Caserío de Cuadros, baja por el
término de Bedmar, en donde toma este nombre, atraviesa la aldea de Garciez, en la que se encuentra un magnífico edificio llamado Palacio del Duque y se denomina Garciez, discurre por medio de las tierras del Cortijo de Ninchez, en donde toma este nombre y desemboca en el Guadalquivir por el término de Bedmar y a una legua de Baeza, 20 pasos por encima del magnífico Puente de Mazuecos, de un sólo arco de piedra, sillería muy elegante, atrevido y sólido, con una espaciosa casa en los huecos de los estribos y distante de Úbeda 2 leguas. Este río, de aguas también delicadas, riega algunos terrenos y tiene aprovechadas sus riberas. No es caudaloso, pero algunos días es invadeable cuando arrastra materiales por su inclinada pendiente» [Diccionario Geográfico-Histórico de España y sus posesiones de Ultramar. Madrid, 1845-1850. Edición de Domingo Sánchez Zorro. Jaén. Salamanca, 1988. P. 113].
FUENTE: J.M.T.V.