POR ÁNGEL RÍOS MARTÍNEZ, CRONSITA OFICIAL DE BLANCA (MURCIA)
Este cementerio, al igual que otros muchos, no tenía condiciones higiénicas para los enterramientos y sí, El Diario de Murcia, fecha 7 de junio de 1884, decía que en su mayoría deberían estar cerrados.
De ahí, que en la sesión de 9 de noviembre de ese año, se da cuenta de una circular del Sr. Gobernador Civil, inserta en el B. O. nº 109, en la que por orden de la Dirección General de Sanidad se manda proceder a la construcción de nuevo cementerio, por no reunir las condiciones higiénicas y por su poca extensión y proximidad a la población.
La situación se complica por una epidemia y, en sesión de 14 de junio de 1885, el Sr. Alcalde manifestó que las circunstancias tristes que en la actualidad agobian a esta provincia con la invasión del cólera morbo asiático en varios pueblos y capital, hace necesaria la inmediata ejecución del nuevo cementerio, toda vez que el que existe, además de no reunir ninguna de las condiciones higiénicas que están prevenidas y recomendadas, hace imposible cada día la inhumación de cadáveres por su pequeñez, que obliga a hacerse los enterramientos a flor de tierra, por lo que es preciso un presupuesto extraordinario en tanto, para remediar el conflicto que toca, se habilite el cementerio provisional inmediato al que hoy existe, cercándolo del correspondiente muro y puerta, para poder enterrar en él, en fosas capaces y de buenas condiciones, cesando de hacerse inhumaciones en el actual por ser altamente perjudicial para la salud.
En la sesión plenaria celebrada el 5 de julio de 1885, el alcalde, D. Juan Antonio Trigueros Martínez, manifestó que como al Ayuntamiento consta la epidemia del cólera morbo asiático tiene invadida la población y su término municipal, continuando desgraciadamente en el período ascendente, y así lo tiene expresado al señor Gobernador civil de la provincia, reclamándole algunos auxilios por ser pocos todos los que se cuentan para poder atender a tan terrible calamidad. La Corporación da toda su confianza al señor Alcalde para cuántas gestiones sean pertinentes.
Consecuencia de la mala condición higiénica fue que según partes verbales de los facultativos, informó el Alcalde, en la población se
han presentado algunos casos sospechosos de la enfermedad, siendo el primer caso que se presentó en este pueblo el de un vecino que residía en unos dichos casones que existen en las afueras, frente al cementerio, el cual fue seguido de muerte a las pocas horas, habiéndose repetido dichos casos en otras personas, todas de clase pobre y jornaleros, que se había hecho lo aconsejable en estos casos y que al respecto se habían aislado las casas de los atacados, proporcionándoles toda clase de desinfectante, medicinas, comestibles, enfermeros y cuantos socorros son necesarios, con el fin de evitar la propagación.
Dibujo: Cólera en Murcia, siglo XIX
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