Quiero agradecer la oportunidad que he tenido al poder dar el pregón junto a dos grandes mujeres como son Mari Carmen y Elisa.
PREGÓN de Agustín de las Heras.
«Sr. Alcalde, corporación municipal, valdepielagueñas y valdepielagueños, amigos todos. Muchas gracias por permitidme estar aquí.
Hace muchos años los carros y remolques hacían de esta plaza un ruedo taurino tapando todas las calles. Y yo entre los radios de las ruedas intentaba ver lo que ocurría, toros, vaquillas, carreras… y miraba hacia lo alto, hasta este lugar que era ocupado por las fuerzas vivas en aquel momento. Durante siglos hubo vecinos que han intentado administrar y dirigir el pueblo, de una forma gratuita y con cariño, que han tenido que soportar periodos complicados, como cuando venía el francés a por grano y mulas en la guerra de la independencia amenazando con quemar el pueblo. No puedo decir todos sus nombres pero hoy me emociona recordar que mi tío abuelo Casimiro de las Heras Pascual estuvo muchos años aquí como alcalde presidiendo unos festejos como estos.
Este año pasado ha sido el año de celebración del 800 aniversario de la concesión de un Fuero. El señor de estas tierras, el arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada concedió unos beneficios a quién vivía en estas aldeas. Durante el año pasado se celebró en cada una de ellas una serie de eventos para recordarlo, aproximadamente en una cada mes. Y tuve la inmensa suerte de conocer a personas de otros pueblos con una calidad humana tal que en otras circunstancias nunca hubiera conocido. Con ellos realizamos un trabajo común que luego se materializó con el efectuado en los pueblos. Y personas como el presidente de RAECO, la presidenta de ACROMA y otras personalidades además de muchos de los miembros de los equipos de trabajo me han reconocido que Valdepiélagos dejó el listón muy alto y fue de las mejores. Yo diría que la mejor. Y eso gracias al trabajo de, además del alcalde y la corporación municipal, de personas anónimas con su participación, por ejemplo la rondalla y su director, que dieron un color especial al evento. Y nada hubiera salido tan bien sin personas como las que hoy acompaño, Elisa y MariCarmen. Va por ellas.
En el último congreso de cronistas españoles y mexicanos celebrado en Sigüenza conseguí que localizaran, ya para siempre, a Valdepiélagos en el mapa. Como nuevo cronista, el presidente de la Real Asociación Española de Cronistas Oficiales RAECO me indicó que debía ser ponente y explicar un trabajo que se publicaría más tarde. Y yo decidí hablar de esta villa. Les dije que Valdepiélagos no tenía catedral como Sigüenza, ni tumbas de hombres ilustres como el doncel. Pero si tenía unas fuentes, que tan espléndidamente nos enseñó Manolo González en el programa Ruta 179, un ayuntamiento con un diseño exclusivo, una iglesia con muchas historia y un camposanto de nuestros ilustres, una biblioteca de vidas pasadas de nuestros familiares y amigos. Porque la riqueza y el valor de esta villa eran y son sus gentes, sois vosotras y vosotros. Ese era y es nuestro verdadero patrimonio que haremos lo posible para que nunca sea olvidado.
Porque en esta villa, siendo aldea, vivió María de Espolea, la pastora, antes que las envidias y las malas artes la acusaran de bruja y la pusieran ante la Inquisición. Y también nacieron aquí la madre y abuelos de Alejo Vera Estaca, insigne pintor. Eran los Estaca de Valdepiélagos. Y hasta el tenor Luis Mariano lleva la sangre valdepielagueña. Su abuela por parte de padre era de aquí. Y unas fiestas de San Isidro fue la poca celebración que tuvo un mozo antes de entrar en quintas, sortear para ir a la mili y ser enviado a más de 10.000 km de su pueblo para no volver más. Murió en la guerra de Las Filipinas en el Hospital de Manila en 1897 y no sabemos dónde está enterrado. No tiene una tumba como la del doncel de Sigüenza, pero es tan ilustre como él. Y cuando escucháis esa historia y la veis tan lejana, no lo es.
Este ilustre Valdepiélagueño se llamaba Julián González Frutos y sin duda algunos de los que estáis aquí bien podéis ser descendientes de las hermanas y hermanos que tuvo. E incluso estas calles fueron pisadas por extraños personajes con un pasado misterioso venidos de Alemania. Mi abuelo Emigdio ayudó a uno de ellos Karl Tichmann, el Tio Chisma, a construir una casa camino de Mesones, pero que nunca terminaron porque murieron ambos en 1972, con apenas unos meses de diferencia. A todo esto, construían una casa teniendo cada uno más de 70 años. El alemán era el presidente de la Asociación de Corresponsales de Guerra en España y estuvo en nuestra posguerra civil y durante la segunda guerra mundial relacionado con la embajada alemana. Mi abuelo, había sido guarda de asalto, acompañante de personalidades políticas por pertenecer al parque móvil de la segunda república y huyo al exilio acompañando incluso al presidente de la república, don Manuel Azaña. Unos meses antes, en 1971, había muerto un segundo alemán al que me pedisteis que investigara y resultó ser Fritz Knipa, el Tio Loco, este último, espía, falso médico, relacionado con la Gestapo y perseguido hasta por el mismo Mosad. Pero todo eso es historia, historia que no debe olvidarse. Ahora la historia os toca escribirla a vosotros. Y nada mejor que unas fiestas, las de San Isidro.
No quiero pasar por aquí sin recordar a alguien del cual llevo mi nombre, Agustín de las Heras, guarda del coto San Benito, a mi madre que yace enterrada en nuestro camposanto y a los verdaderos cronistas oficiosos de este pueblo. Personas que llevaban en su memoria hechos, sucesos, datos, fechas de lo acontecido en Valdepiélagos y que cuando los perdimos, es como cuando a Alejandría le quemaron su biblioteca. Ellos son Alicia de las Heras, Macario González y Anatolio González. Va por ellos.
Por eso a los que ocupais esta plaza quiero pediros dos favores, No dejéis morir el patrimonio cultural que han llevado a lo más alto varias generaciones, el belén viviente, la rondalla, porque en definitiva es vuestro. Hacedlo vuestro no dejando que se pierda. Y disfrutad de estas fiestas, compartir instantes con los que están a vuestro lado, vividlos y dejaros vivir, sin dejar pasar ningún momento. Porque como dijo el replicante en aquella película de ciencia ficción Blade Runner, todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de vivir. Y ahora, celebremos estas fiestas como si no hubiera mañana.
Por último quiero daros una noticia. En la tarde de ayer 13 de mayo, en el Palacio de Cañete, calle mayor de Madrid, sede del Instituto de Estudios Madrileños, se celebró la Asamblea General de la Asociación de Cronistas Madrileños, con la presencia y representación de los cronistas de la villa y de los pueblos de la Comunidad de Madrid. Es un placer comunicaros que, durante los próximos cuatro años, Valdepiélagos estará en los más alto y será nombrado en congresos, reuniones, eventos, dándose a conocer ya que, he tenido el honor de ser nombrado por mis compañeros Presidente de la Asociación de Cronistas Madrileños y esto, os lo quiero dedicar, porque es vuestro.
Y para finalizar demos vivas a nuestro patrón y a nuestro pueblo.
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