POR BERNARDO GARRIGÓS SIRVENT, CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE XIXONA (ALICANTE)
En el acto de Proclamación de Capitanes y Abanderados de las Fiestas de Moros y Cristianos de 2002 todos los jijonencos tuvimos la suerte , no ya de conocer la vida y milagros de Ángel Blanes, pues ya eran conocidos, sino de comprobar la prolija actividad que ha desarrollado en beneficio de los jijonencos y de la propia ciudad.
Quizás lo que más nos sorprendió fue su colaboración directa con nuestras Fiestas, aunque nunca se haya vestido de festero. Esta colaboración se ha plasmado en un sin fin de artículos sobre la historia de Jijona y los jijonencos. Su primer artículo había sido escrito en 1959. Es por ello que pensamos que es necesario dar a conocer el conjunto de sus aportaciones a la historiografía de nuestra ciudad.
Este trabajo está divido en tres bloques: una pequeña biografía, unos comentarios sobre sus aportaciones a la historiografía de Xixona y una relación ordenada cronológicamente de todos sus artículos.
1.-BIOGRAFÍA Ángel Blanes Verdú nació en Xixona el 18 de agosto de 1925.
Tras sus estudios en la Academia General del Aire, su primer destino fue la base aérea de Rabasa (Alicante) donde aprendió a volar con los «Curtis». Famosas fueron sus pasadas por Jijona para ver a su novia. Posteriormente fue trasladado a Valencia, allí colaboró en labores humanitarias en la riada de 1957 al suministrar alimentos a los lugares más apartados con su avión Heinke-111, volando a ras del suelo. Por ello el Ayuntamiento de Valencia le concedió una medalla.
Posteriormente fue enviado a Canarias en la guerra de Ifni (1958-1959). El gran problema que existía en aquella época era que los fuertes vientos desplazaban a los aviones de su rumbo y al no haber radares, resultaba muy difícil alcanzar sus objetivos. Al percatarse del problema, acopló un sistema de seguimiento terrestre a las rutas aéreas y consiguió que se pudieran llegar a los objetivos. Este sistema fue adoptado por todos los pilotos españoles. También allí puso de manifiesto sus labores humanitarias al llevar al Sahara, por su cuenta y riesgo, frutas y verduras que compraba en Las Palmas.
Llegó a ser el piloto que mejor conocía él terreno del Sahara y fue utilizado por todas las Autoridades cuando querían realizar una visita aérea en su famoso Heinker-111. Su bondad y carisma le hizo ser popular incluso entre la población saharaui, a pesar de las advertencias de sus compañeros de que podía ser peligroso para su vida, sin embargo no dudó en ayudarlos en lo que podía. Fue el último piloto español en evacuar Ifni una vez entregado a Marruecos.
Otra etapa fundamental en su vida militar transcurrió cerca de su querida Jijona en el Radar de Aitana, base conjunta Hispano-Americana, en un principio. Estuvo destinado once años y en su primera etapa como Jefe de Mantenimiento del radar tuvo un fuerte enfrentamiento con los americanos, muy prepotentes en aquella época, que utilizaban la Base como fonda para ir a Benidorm. Como consecuencia, fueron destituidos todos los Jefes americanos y a partir de ese momento quedó claro que la titularidad de la Base tenía que ser española. Durante su mandato en el Radar de Aitana, fue el mejor de España, en todas las evaluaciones y como premio fue enviado, primero a Alemania y posteriormente un año a Estados Unidos para completar su formación de mando. Esa etapa será recordada por muchos jijonencos que hicieron la mili voluntarios en Aitana y disfrutaron de grandes ventajas. Por ejemplo, tenía derecho a un ordenanza, servicio que no utilizó nunca, pero su puesto, que siempre lo ocupó algún jijonenco durante 10 años, sirvió para que estuviera casi en casa toda la mili, a quien le correspondía.
Cuando más brillaba su carrera, renunció a ella pidiendo destino en Valencia para acompañar y dar apoyo en los estudios a sus hijos, utilizando su influencia para descartar ascensos que implicaban su salida de la ciudad del Turia. Durante los 13 últimos años de su carrera militar fue Jefe del Sector Aéreo de Levante, llevando una amplia vida social a nivel de Autoridades y en las que siempre hizo gala de su amor por Jijona, dando a conocer en Valencia que la madre de San Vicente Ferrer era jijonenca y consiguiendo el traslado de la reliquia del san Vicente Ferrer a Jijona, en una de sus escasísimas salidas de Valencia. Este día fue uno de los más gratos de su vida. Aplazó la jubilación un año, a petición del Capitán General, para dirigir el desmantelamiento del Sector Aéreo, muy a su pesar, y que le valió la concesión de una de las cruces al mérito Aeronáutico que le impuso el propio Capitán General. Fue un brillante broche final para una vida profesional y dedicada a hacer el bien.
De su gran amor por Jijona, podemos destacar lo siguiente: Ha dedicado innumerables horas a investigar en los archivos de Valencia, para buscar noticias referentes a su pueblo o a sus hijos más distinguidos, que después reflejaba en sus artículos en el Programa de Fiestas. Fue miembro de la Asociación de los Amigos de los Castillos, con su inseparable amigo y colaborador D. Fernando Galiana Carbonell, y sus desvelos por intentar reconstruir el castillo. Aunque la falta de recursos económicos sólo permitió el apuntalamiento de la “Torre Grossa», que corría riesgo de derrumbe. Posteriormente hizo gestiones con el Expresidente de la Generalitat Valenciana el Molt Honorable Joan Lerma i Blasco, para intentar convertir el castillo en Parador de Turismo, aunque no fructificaron. Donó su primera medalla al mérito aeronáutico a san Sebastián, que la tiene colocada en la talla que está en el Altar de la Iglesia Parroquial, al que profesa una gran devoción.
Jugó un gran papel para que la reliquia de Sant Vicente Ferrer visitara Xixona el 12 de febrero de 1983 en una peregrinación organizada por la Junta Central Vicentina, de la que formaba parte. Fue una jornada histórica porque la reliquia visitó la casa natalicia de su madre Constanza Miquel en la calle El Vall bajo una constante nevada, que llevaba años sin hacer acto de presencia en la población.
Fue pionero, en colaboración con su amigo D. Fernando Galiana Carbonell, en señalar los actos relevantes ocurridos en Jijona con cerámicas de Manises, como la casa natalicia de Constanza Miquel, madre de Sant Vicente Ferrer. Su gran asignatura pendiente es que nunca ha sido fester; aunque participó activamente en el nacimiento de la Filà La Canyeta.
Entre otras condecoraciones ha recibido las siguientes: Medalla al mérito militar del Ejército de Tierra. 3 medallas al mérito aeronáutico del Ejército del Aire. Medalla en la guerra de Ifni-Sáhara. Medalla del Ayuntamiento de Valencia. Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo y placa de la misma orden, medalla de oro de la ciudad de Xixona en 2002.
Falleció el 1 de julio de 2014. Está enterrado en el panteón de la familia Blanes en el cementerio municipal de Xixona.
2.-APORTACIONES A LA HISTORIOGRAFÍA JIJONENCA
Su principal aportación no ha sido únicamente la ingente cantidad de artículos que ha escrito, si no que Ángel, junto con Fernando Galiana abrieron un camino, mediante sus escritos en el Programa de Fiestas, que ha sido seguido por los historiadores y escritores posteriores. Curiosamente ese magisterio lo realizó Ángel con sus propios hijos; pues Ángel y Javier Blanes Espí han escrito trabajos históricos sobre Xixona y Valencia.
Ángel ha realizado una profunda labor de investigación de la historia y la cultura jijonenca. Ha escrito un total de 49 artículos repartidos entre el Programa de Fiestas de Moros y Cristianos 38, el Programa de fiestas de Invierno 3 , la revista local Guai 4 y la Gran Enciclopedia Valenciana 4.
Su participación en el la revista local Guai I época se materializó entre 1973 y 1975 cuando se publicó un artículo sobre el milagro de Fray Melchor Aracil en la ermita de san Sebastián, la biografía del militar y músico José Hernández Mira en dos entregas y .un artículo denunciando la situación de abandono por la que atravesaba el castillo. Es importante su participación en uno de los grandes proyectos culturales que vio la luz a principios de la década de 1970, la edición de una gran enciclopedia que recogiera el saber valenciano (la Gran Enciclopedia de la Región Valenciana). Ángel redactó la biografía de los más ilustres jijonencos herederos de la sapiencia clásica: Ausiás Carbonell; José Galiana; Antonio Galiana y Tomas Carbonell Miquel.
Sus trabajos se han basado en el análisis de los documentos históricos procedentes fundamentalmente del Convento de Predicadores de Valencia, del Archivo del Reino de Valencia, del Archivo Parroquial de Xixona; aunque también ha sabido valorar la importancia de la llamada historia oral para analizar la cultura popular. “Ellos[los abuelos] forman una generación que ya se nos marcha y son guardianes del inmenso tesoro de la historia de Jijona de esa época…”.
Es el biógrafo por excelencia de la historiografía jijonenca ha publicado 35 escritos sobre 15 personajes procedentes del mundo cultural (Antonio Galiana y Jaume de Scals) , religioso (Ausias Carbonell, Fray Melchor Aracil, José Galiana, Fray Serafín Tomás Miquel y Tomás Carbonell), e incluso militar (los hermanos Servent y José Hernández Mira) naturales de nuestra ciudad o relacionados con ella (San Sebastián, San Bartolomé, San Antonio Abad, Santa Bárbara, San Juan de Ribera San Vicente Ferrer y Roger de Lauria). También sobresalen sus estudios sobre la fundación de tres edificios históricos de la ciudad: el convento de Nuestra Señora de Loreto, el Convento de Santa Ana y la Iglesia Parroquial, pues abrieron el camino para posteriores investigaciones, siendo complementados por los estudiosos; pero no superados.
Ha sentido gran curiosidad y pasión por la cultura valenciana representada en su esencia pura: la figura del Rey Jaume I y la conquista del reino musulmán de Valencia, el Convento de Predicadores de Valencia y Sant Vicent Ferrer, en unos momentos delicados, la dictadura franquista y los primeros años de la Democracia. Supo transmitir a los jijonencos el amor por las raíces de nuestro pueblo y de nuestra ciudad. CONTINUARA…
FUENTE: B.G.S.