POR ANTONIO LUIS GALIANO PÉREZ, CRONISTA OFICIAL DE ORIHUELA (ALICANTE)
En la tarde del pasado miércoles, día 22 de mayo, nos dejaba después de una larga enfermedad Joaquín Garrigós Bueno. Un oriolano que llevó el nombre de Orihuela más allá de nuestras fronteras sobre todo en Rumanía y México, gracias a la impronta que nos ha dejado como traductor al español de cincuenta y cinco libros de veintitrés autores rumanos, entre los que se encuentran Mircea Eliade, Emil Cioran, Norman Manea, Camil Petrescu, Mihail Sebastian y Alexandru Ecovoiu.
Recuerdo un día de la Cuaresma de 1966, en el que los universitarios oriolanos en Murcia del Colegio Mayor Cardenal Belluga, organizaron el Pregón de Semana Santa, cuya Glosa me encomendaron. En esos momentos, desde Cartagena donde estudiaba me desplacé hasta el Paseo del Malecón y en un mesón se hizo el acto. Entre los presentes se encontraba Joaquín Garrigós, y otros amigos que también cruzaron a la otra orilla, Aníbal Bueno y José Luis Escudero Lucas. A Joaquín lo conocía de Orihuela, y un 5 de enero de 1969 fue mi excusa para conocer a mi mujer, a la que le pregunté por la calle, «tú eres hermana de Joaquín Garrigós», y tres años después el 15 de julio pasamos a ser familia.