POR SILVESTRE DE LA CALLE GARCÍA, CRONISTA OFICIAL DE GUIJO DE SANTA BÁRBARA (CÁCERES).
El mulo surge del cruzamiento entre una yegua y un asno o burro por lo que estamos ante un animal híbrido que hereda las mejores cualidades de sus padres y elimina o limita en gran medida defectos importantes de los mismos.
Se trata sin lugar a dudas del híbrido más conocido e importante a lo largo de la Historia.
MULOS Y BURDÉGANOS.
Los mulos, hijos de yegua y burro, son también conocidos como mulos yeguatos o mulos castellanos.
Su cabeza recuerda a la del burro pero su tamaño y sistema esquelético recuerdan al caballo. Son animales dóciles, sobrios, e inteligentes como los burros pero con la fortaleza y resistencia de un caballo.
Del cruzamiento opuesto, es decir, entre una burra y un caballo, nace el burdégano o mulo burreño, conocido también como mulo romo.
Presenta una cabeza semejante a la de un caballo pero su tamaño y sistema esquelético son similares a los del burro, por lo que son de menor tamaño que sus parientes. Son animales temperamentales como los caballos y de movimientos lentos y pausados como los burros.
Podría decirse que, si el mulo combina las virtudes del caballo y del burro, el burdégano tiene todos los defectos de ambas.
No obstante, ambos animales son sumamente rústicos, sobrios y resistentes llegando el burdégano a serlo aún más por lo que es especialmente interesante en regiones de suelos pobres y clima seco y caluroso donde las yeguas no consiguen sobrevivir pero sí los burros.
Además, son más longevos que caballos y burros.
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