CATEDRAL DE CUENCA

POR VALENTÍN CASCO FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VALDETORRES (BADAJOZ).

Hoy en #descubriendoelarchivo, os anunciamos que nos vamos de vacaciones y que el mes de julio el archivo permanecerá cerrado. En agosto, si Dios quiere, volveremos con energías renovadas, con nuevas publicaciones y alguna que otra sorpresa.

Para cerrar la temporada, aprovechamos que este sábado 29 es la festividad de los apóstoles San Pedro y San Pablo para traeros algunos documentos y datos interesantes. Lo primero que os queremos mostrar es el registro que aparece en el Necrologio-Obituario sobre esta solemne festividad, la cual se celebra en la Catedral de Cuenca desde su fundación. Tal y como recoge esta entrada, en nuestro templo había reliquias de ambos santos, “specialmente de los huessos de Sant Pedro”.

Lo siguiente que os mostramos es nuestra colección de “bulas” o sellos de plomo de los papas que, por alguna vicisitud de la historia, se desprendieron de sus documentos originales. El término de bula, en realidad, se refiere al propio sello de plomo, aunque se ha generalizado su empleo a la hora de designar aquellos documentos que han sido expedidos por la Cancillería Apostólica y que vienen validados con el sello del pontífice.

Todas las bulas o sellos llevan impreso en el reverso el nombre del papa que ha emitido el documento y en el anverso las efigies de San Pedro y San Pablo con las siglas SPE o SP (Sanctus Petrus) y SPA o SP (Sanctus Paulus). Ambas figuras representan la fundación de la Iglesia y su unión bajo el Evangelio de Cristo, de ahí su impronta en los sellos. En la vitrina que os enseñamos tenemos recogidos varios de estos sellos plomados, desde la época de Inocencio IV (1243-1254) hasta Pío VI (1775-1799). No obstante, conservamos bulas mucho más antiguas y también más recientes; pero, por suerte, se conservan junto a su documento.

Para que podáis observar una de estas bulas más de cerca, os traemos un documento pontificio fechado el 5 de mayo de 1784 del papa Pío VI sobre el voto canónico que debían tener las dignidades del cabildo, “sin perjuicio de la regalía y de las facultades ordinarias”. Os deseamos un muy feliz verano. Descansad y, si Dios quiere, nos volvemos a ver en agosto.

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