POR JOSÉ MANUEL LINDE, CRONISTA OFICIAL DE E. L. M. DE GUADAJIRA (BADAJOZ).
Recientemente, la revista Huarte de San Juan de la Universidad Pública de Navarra, en su número 34, ha incluido este nuevo artículo en colaboración con el compañero Luis Hidalgo Martín (Consorcio Ciudad Monumental de Mérida). Un trabajo que aborda esta modalidad epigráfica que utiliza como soporte algunos recipientes de cerámica, en este caso de época romana. El trabajo incorpora una relación de 44 grafitos correspondientes a varios asentamientos rurales de la cuenca media del Guadiana. Yacimientos que, como en el caso de la villa romana de «Torre Águila» (Barbaño), nos aporta el mayor número de nombres legibles con casi 30 ejemplares.
Conjunto que, en parte, ya dimos a conocer en 1995, dentro del homenaje al arqueólogo alemán Hermanfrid Schubart. Esta modalidad de esgrafiado sobre piezas cerámicas puede ser considerada como una práctica generalizada, entre los distintos elementos que componen la vajilla de mesa e incluso aquellos otros empleados en la cocina. Los nombres e incluso símbolos distintivos suelen representarse en el fondo plano de platos, en el interior del pie de copas o incluso en el contorno exterior del recipiente, siempre en función de que la superficie sea plana y permita trazar el texto o motivo figurado.
En términos generales se trata de una forma de marcar la propiedad sobre el recipiente en cuestión. Son varios los nombres identificados en esta curiosa nómina, destacamos el de Germanus (que emplea la “E” arcaica mediante los dos trazos verticales) y que aparece hasta en dos ocasiones dentro de la referida villa de Torre Águila (Barbaño), Placidia, Verecundo, Vitalonis o el de Prepontis documentado en la villa romana de “La Vega” (Puebla de la Calzada, Badajoz). Son sólo algunos ejemplos de este tipo de modalidad epigráfica, asociada como decimos, a la propiedad sobre ese determinado objeto. Una práctica que, salvando las distancias, nos recuerda a los populares “ostracas” de la Grecia clásica sobre los que eran trazados los nombres de aquellos que eran condenados al destierro y por tanto al ostracismo.
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