POR PABLO IGLESIAS AUNIÓN, CRONISTA OFICIAL DE PUEBLA DE LA CALZADA (BADAJOZ)
Qué importante es saberse ocupar de una persona, de un individuo, siendo capaz de ir más allá de los grandes acontecimientos, de los grandes movimientos. La Historia provoca en el profesional un impulso que le lleva hacia el conocimiento del pasado.
Denis Crouzet afirma que, lo anterior puede llevarnos a un peligro, el peligro de creerse demasiado cerca del pasado y entonces surge algo habitual en quienes no entiende los medios y las herramientas que la historia pone en nuestras manos para conocer «ese pasado»: el peligro de que «falte la humildad». Jamás hay que creerse que uno tiene la capacidad de entender todo el pasado, de asimilarlo todo.
En la investigación histórica tiene que haber la conciencia de que existe una fractura, una fractura que nos hacer introducirnos en una esfera distinta a la nuestra.
La historia no es meramente tener delante un documento y copiarlo ayudándose de la interpretación de otros y muchos menos, apoderarse de las ideas de los demás intentando ocultarlo. Entonces el individuo que hace eso no se puede llamar historiados y cae en el más absoluto «ostracismo».
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