POR MANUEL GONZÁLEZ RAMÍREZ, CRONISTA DE ZACATECAS (MÉXICO)
Hay imágenes de momentos únicos que encontramos a cada paso. Imágenes y momentos que alegran el corazón.
También resultan evocadores. Esta mañana me encontraba en este lugar, camino al encuentro con una de mis más valiosas amistades.
Durante varios siglos, aquí había una gran plaza, la más grande de la ciudad. Era llamada la Plaza Mayor. A partir de 1825 se le dio el nombre de Plaza de la Constitución, por haberse promulgado ahí la primera Carta Magna de la entidad. Al despuntar la segunda mitad del siglo XIX, desaparece para dar paso al Parián que poco tiempo más tarde fue sustituido por el Mercado Principal Jesús González Ortega.
Y aquí quedó un espacio al que se le dio el nombre de Calle J. Isabel Rodríguez Elías. Y unos años después se construyó la Plazuela Goitia, un bellísimo escenario al aire libre. Donde cada jueves, la Banda Sinfónica del Estado de Zacatecas, y el resto del año suele haber las más diversas actividades culturales y artísticas. Esto es una pequeña muestra de la riqueza histórica y de un legado de nuestros antepasados que es Patrimonio cultural de la Humanidad, el máximo galardón mundial que puede conquistar una ciudad de estas características.
A nuestra generación le corresponde conservar, defender, enriquecer y transmitir esta invaluable herencia con sus respectivos diplomas.