VILLANUEVA PARA VIVIR CON FUTURO DE ESPERANZA (II)

POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN)

En la madrugada, emoción en Puerta de la Umbría, fervor por la tarde en la portada de San Andrés, silencio en la noche en Santa Ana, configuran unos días de júbilo en Domingo de Ramos, tristeza en Jueves Santo, dolor el Viernes y la luz de la Resurrección en Domingo. Si a esto sumamos la gran representación de la Semana Santa Viviente, rica en medios y sobresaliente en la escenificación de sus personajes hacen que solicitemos una planificación, difusión y promoción  de unos actos que se están convirtiendo en bandera de prestigio de la localidad.

La gastronomía de este periodo une al tradicional “encebollao”, la artesana elaboración de los hornazos, roscos del baño, mantecados y apetitosos dulces en los hornos de la localidad; los elaborados embutidos que viajan hacia toda la geografía, y que son consumidos con devoción, saboreando hasta el deleite cada una de sus aromáticas especias.

Si hablamos de gastronomía, es necesario seguir la “ruta del tapeo”. Los bares sirven de lugar de comunicación, encuentro, de degustar tapas salidas de delicadas manos.

Visitar el Mercado en los meses de estío es recrear la vista y el sabor en las rojizas frutas procedentes de la Cañada la Madera, o de las huertas y lugares cercanos.

Es recomendable realizar  una visita a la Sierra de las Villas. Con un descenso por la carretera del Tranco hasta el Charco del Aceite- en días no festivos- cruzar el Puente de los Agustines e iniciar la subida hasta El Palancar, desde allí se divisa la tortuosa carretera, entre olivos y pinos:al frente tocando el cielo la blanca caseta forestal, vigilante y atenta para controlar el fuego, si se produce. Después, entre el susurro del viento en las copas de los pinares próximos; la Fuente de los Cerezos,, Agua de los Perros, Cueva del Peinero…es un paisaje cambiante, lleno de frescas aguas y de flora única.

Villanueva en su caminar a lo largo del año, puede encontrar en su modorra cultural, un agradable despertar con las alegres melodías de la Agrupación Musical , digna heredera del valioso legado del pasado. Agrupación que en cada uno de sus conciertos llena los corazones de las mejores sinfonías y composiciones. Destacan además de en los desfiles procesionales, sus actuaciones en Navidad y Día de Andalucía, o en sus Certámenes de Bandas de Música en septiembre. Ilusionante su labor de enseñanza a los niños de la localidad, emocionante su estreno del Himno de Villanueva y la grabación de su primer disco.

Digna de alabanza es la labor de las Asociaciones de diferentes tipos que alientan las inquietudes locales, escasas todavía.

En el recorrido del ayer cercano, dos acontecimientos son dignos de evocar , septiembre de 1956, Coronación de la Virgen de la Fuensanta, y los años 1961 y 1962 con las Fiestas del Aceite;recordar ¡cómo no! la desaparecida Emisora, el C.D Villanueva en la 3ª División de fútbol, las alternativas en  la Plaza de Toros, los nombramientos de Hijos Adoptivos, Predilectos…

Me siento ilusionado con LA MORALEJA  y poder llevar a través de sus páginas los datos obtenidos de viejos legajos, o las valiosas aportaciones de tradición oral que nos trasmiten personas con larga memoria del pasado; servir de vínculo entre los villanovenses y amigos de cualquier lugar de España y nos sirven de aprendizaje nuestros compañeros de páginas con envidiables estilos o con elevados conocimientos, mientras se van diseñando las páginas de cada número, portada, colores, maquetación, hasta el envío final.

Nuestra antigua villa llamada La Moraleja, recién cumplidos sus seiscientos años, vieja dama, pero eternamente joven, tiene el pulso débil, encamada, enferma, aunque adivinamos una lenta recuperación sin varitas mágicas, ni de gobernantes ni gobernados. Tal vez las mejores medicinas sean el olvido de partidismos, la cooperación, abandonar la pasividad o la crítica destructiva, aportando cada ciudadano sus valiosos tesoros: inversiones económicas, trabajo, cultura, creatividad…demandando a las diversas instituciones la justa atención a las necesidades e inversiones en la localidad.

Nombramiento de Cronista Oficial en diciembre de 1994, una gran responsabilidad  y honor, que intentaré llevar con dignidad.

Espero el reencuentro con la ilusión, la esperanza, y un futuro lleno de vitalidad y prosperidad. Sé que en silencio, Villanueva eres soñada, amada  y venerada por varias generaciones, que al escuchar tu nombre lo identifican con los mejores recuerdos de su vida con el de una ciudad para vivir  y morir.

Termino estas líneas el 12 de julio, de 1997 en la somnolencia de la tarde del intenso calor, suenan dos cobardes disparos, que acaban con la vida de un joven de 29 años, Miguel Ángel Blanco,  tiñendo el azulado mar en rojo de sangre. Mi grito suena fuerte, una vez más ¡Basta ya, asesinos!

FUENTE: EL CRONISTA

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