LOS ORTIZ DE HUETE

POR DAVID GÓMEZ DE MORA, CRONISTA OFICIAL DE LA PERALEJA, DE PIQUERAS DEL CASTILLO, VALDEPINO DE HUETE, SACEDA DEL RIO Y CARECENILLA (CUENCA)

La historia del linaje optense de los Ortiz, ya ha sido analizada previamente por el investigador Manuel de Parada, tras indagar a fondo sobre el pasado de la nobleza de esta ciudad, y que como sabemos conformó una parte de la élite del lugar.

Respecto esta cuestión, podemos seguir un artículo que su autor tituló “los patrones de las capillas mayor y de San Ignacio”, en el que éste esboza una serie de ideas de sumo interés, que nos permiten esclarecer diferentes dudas sobre el origen y evolución de algunas de las líneas que representan a esta familia.

De este modo, Parada (2002, 43) nos indica que “la capilla mayor durante los años en que la Compañía de Jesús regentó la iglesia donde quedó erigida, era patronato de la familia de Alonso Ortiz, cura de la parroquia de San Nicolás de Almazán, que la fundó, y la misma que al tiempo poseyó a título de honor el del colegio de jesuitas, levantado entre los años1 567 y 1570 a instancia de su hermano el clérigo Esteban Ortiz de Montalvo, beneficiado de la parroquia de San Pedro y vicario del pueblo de Montalvo, en Cuenca” .

Tengamos en cuenta que los Ortiz habían entroncado con otra familia que arrastraba un pasado religioso idéntico a estos: los Díaz de Montalvo. Si rastreamos durante el siglo XV y centuria posterior las raíces de los Ortiz, apreciaremos que Elvira Ortiz, junto con su marido (el famoso jurista conquense), serán señalados de descender de familias conversas (al margen de que estos hubiesen adquirido una hidalguía que intentase difuminar cualquier cuestión vinculada con su sangre y supuesto pasado caballeresco), dejando al mismo tiempo una prolífica descendencia, esparcida en diferentes líneas, afincadas tanto fuera como dentro de la tierra de Huete. Esto ocurre con integrantes de su mismo apellido, así como también bajo la forma Alcocer, Díaz, Priego, Gómez de Montalvo y Montalvo (por citar algunos ejemplos)

Hemos de pensar que los Ortiz en el siglo XVI ya habían conseguido enlazar con algunas de las casas más destacadas de la nobleza conquense, tal y como ocurrirá con los Jaraba, quienes como sabemos desde finales del medievo tendrán una peso destacado dentro de algunas regiones del actual provincia conquense. Esto obviamente incrementaba su importancia, y por tanto capacidad de exigencia en el momento de entablar relaciones con familias que se movían entre los grupos de poder de la zona en la que vivían.

Siguiendo nuestros apuntes genealógicos, presenciamos un fenómeno que no es casual, y es que Fernando Díaz, marido de Catalina González, dejó una prolífica descendencia con su apellido, y que como sabemos estaba muy seguido de cerca por el Santo Oficio, tal y como lo demuestran las anotaciones que hemos apreciado en las diferentes partidas sacramentales de la familia. Creemos que no será un hecho casual, que la esposa de Julián de Escolar, fuese precisamente descendiente de esta familia de conversos (Catalina Díaz). Estos Díaz, y que veremos como una casa dedicada al gremio de los zapateros, mantienen el mismo oficio que los Montalvo ya señalados en idéntica centuria en la ciudad de Huete como sospechosos por su pasado converso.

De aquella época tenemos constancia de algunos vecinos en este enclave, es en el caso de la iglesia de San Esteban con un Pedro Ortiz, esposo de una Ruiz, así como Pedro Ortiz Aguado, quien casó con María Nieves Rojo en los años setenta del mismo siglo, pero cuyas raíces según la partida matrimonial de 1573 nos llevan hasta Tarancón.

Ahora bien, el personaje en cuestión que estamos tratando en este artículo es Pedro Ortiz, esposo de María Manuel, parroquiano de la iglesia de San Pedro de Huete, y quien parece ser pudo haber celebrado unas nupcias antes de enviudar con Elvira de Buendía. Nuestro escudero, era descendiente muy posiblemente de la familia que entroncaba con la casa principal de los Ortiz, reconocidos como hidalgos y conversos, cuyas raíces nos estiran de acorde a los estudios de Guillermo Fernández hasta los optenses Lope Ortiz y Juana Núñez (quienes consideramos los progenitores del linaje, ya dentro de lo que sería el siglo XV).

Un cuarto Pedro Ortiz que por aquellas fechas veremos en los libros parroquiales de Huete es Pedro Ortiz de Alcalá, este pariente del anterior, y esposo de un miembro de la casa Castillo. Otro apellido asociado con la conversión religiosa a lo largo y ancho de la geografía conquense.

FUENTE: https://davidgomezdemora.blogspot.com/

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