POR JOSÉ ANTONIO AGÚNDEZ GARCÍA, CRONISTA OFICIAL DE MALPARTIDA DE CÁCERES (CÁCERES)
Gracias, gracias y gracias… me decía esta mañana un emocionado malpartideño que abandonó su pueblo hace 61 años en busca de mejor sol. Formó parte del numeroso público -alrededor de 500 personas-, que pudo asistir ayer en la Plaza de Aizenay a la XVIII Ruta Histórica que se desarrolló en el marco del variado programa de fiestas que el Ayuntamiento de Malpartida de Cáceres prepara para estas fechas veraniegas. Gracias, según me dijo, por la ilusión que le hizo verse retratado de tal modo, como sandiero que fue, y ver retratada la vida de su pueblo antes de que él lo dejara en los años 60. Vivimos -insistía- tal y como lo contásteis: con mucha miseria, con mucho trabajo, pero también con mucha honradez y dignidad. La ruta, que como viene siendo costumbre desde hace dieciocho ediciones estuvo a cargo de Maripaz Leo, responsable de la Oficina de Turismo y de José Antonio Agúndez, Cronista Oficial de la villa -quien esto escribe-, fue iniciada por el Concejal de Turismo, Diego Caballero, quien destacó esta actividad cultural y festiva como una de las principales del programa “Malpartídate” y con mayor respuesta del público. Seguidamente, se comenzó haciendo reconocimiento de cuatro personas malpartideñas que en la dilatada vida de estas rutas estuvieron comprometidas con las mismas, bien participando directamente en ellas bien como informantes, y que nos han dejado en el último año: Carmen Gómez García, Catalina Lancho Fajardo, Pedro Manuel Castela Mogollón y Toribio Maestre Montero. A todos ellos se les reconoció su labor y profundo amor a Malpartida y sus gentes.
Seguidamente, se dio inicio al itinerario que se componía de cuatro bloques. En el primero, el cronista, valiéndose en todos los casos de presentaciones realizadas por Celia Agúndez ilustradas con magníficas fotografías, dio algunas pincelas sobre las difíciles circunstancias que tuvieron que sufrir los malpartideños del pasado para ganarse el pan, pues la historia de la localidad estuvo plagada de episodios de hambrunas, desabastecimientos y acaparamientos de alimentos básicos. Se habló de las revueltas que se produjeron con motivo del pago de impuestos a través de los fielatos y de los bandos que el pregonero publicaba incitando al cumplimiento de los deberes contributivos. También se mencionó la vida de los terribles años del hambre, tras la Guerra Civil, y cómo ante la carencia de los productos de primera necesidad se hubo de recurrir al contrabando y al comercio ilegal. Para finalizar este bloque, varios miembros de la Asociación Cultural La Siembra pusieron en escena con el desparpajo que les caracteriza diversos retazos de historias de contrabandistas y el comercio ilícito del café. El segundo bloque versó sobre el del oficio de sandiero y por qué Malpartida tuvo fama desde antiguo de pueblo productor de excelentes ejemplares de melones y sandías.
De igual manera, se trajeron a la memoria algunos de los últimos representantes de aquella gran estirpe de labradores dedicados al cultivo y venta de estos productos. Además, muchos de los jornaleros de antaño alternaron el oficio de sandieros en verano con el de piconeros en inviernos, y a la importante labor y duro trabajo que en otros tiempos tuvieron los dedicados a la industria del picón se ofrecieron también palabras de reconocimiento y homenaje. Como anécdota, se informó que la popular tonada “Borriquillo, Borroquillo, te estás quedando pelón…” -mil veces cantada en cualquier reunión de malpartideños que se precie- procede de una murga carnavalera de 1933 basada en los episodios de tala abusiva y robo de leña durante la República. Nuevamente, participantes relacionadas con las asociaciones pusieron en representación escenas como los paseos a la Huerta el día de Santiago, el concurso de sandías y el grupo folk “El Corchao” interpretó algunas canciones alusivas a la temática, entre ellas el ineludible “Borriquillo, Borriquillo…”. En el bloque tercero y bajo la misma dinámica, se aludió a los mercados que a través de la historia existieron en Malpartida; el primero de todos y diario desde el siglo XIX en la Plaza de los Arcos -hoy Plaza Mayor- donde se reunían hortelanos, tablajeros, lecheras, etc… y de las disposiciones municipales que lo regían. Fue el momento en el que que se refirieron los productos y oficios que ofrecían los más variados vendedores ambulantes: puchereros, recoveras, vendedoras de altramuces y aceitunas guisadas, de suero, de queso, de carpines, aguadoras, vendedoras de dulces, regordos y golosinas, afiladores, chatarreros, etc… Luego, más tarde, se empezaría a realizar el conocido mercadillo de los martes que ha tenido en los últimos años varios emplazamientos, proyectándose un video de Jerónimo Garcís Castela sobre un día de mercado en la Plaza Mayor a finales de los años ochenta.
Finalmente, una legión de vendedoras pertenecientes a la Asociación del Club La Paz de la Tercera Edad apareció entre el público y sobre el escenario vendiendo los más variados productos con particular gracejo. También se hizo especial mención de dos figuras que quedan en la memoria de los vecinos por su particular predisposición para la venta: Emiliano Pedrazo “Galería” y el Sr. Martín Cabrera, conocido y querido vendedor ambulante por encargo, que desde los años sesenta hasta los ochenta ayudo a las vecinas que no podían desplazarse a traerles lo que necesitaban, -personaje este último que también fue magníficamente representado por miembros del Club La Paz-.
El último bloque, el cuarto, se refirió a la historia del teléfono en Malpartida, pues también de llamadas trataba el título. Se narró cómo y cuándo había llegado elteléfono a la localidad, la evolución que la red telefónica había tenido y los primeros abonados y las casas de las familias donde estuvieron instaladas las correspondientes centralitas de la Compañía Telefónica. Por último, se proyectó un video en el que las hermanas Gómez Doncel contaron episodios y anécdotas relacionadas con la atención de la centralita en su casa.
El alcalde Alfredo Aguilera cerró la ruta con palabras de agradecimiento a todas las personas que de una u otra manera habían colaborado, con sus animales y objetos, con sus fotografías, con su información, con la documentación del evento, haciendo de este acto un reencuentro de Malpartida de Cáceres y de sus habitantes con su historia, sus tradiciones, sus costumbres y con la gente, humilde y sencilla, que contribuyeron con su trabajo a sacar adelante a sus familias y con ellas, conseguir el presente que hoy vivimos y poner las bases del futuro que está por llegar. Gracias daba el emigrante malpartideño esta mañana por esta ruta que explotó como un volcán sus más íntimos recuerdos y vivencias. Sólo por ello, la experiencia vale la pena. Gracias a todos los que un año más la hicieron posible.