POR ALFONSO ROVIRA, CRONISTA OFICIAL GRÁFICO DE ALZIRA (VALENCIA)

José Martí Soro, el cronista oficial más mayor de la Real Asociación de Cronistas del Reino de Valencia, -96 años-, falleció en Valencia el pasado viernes, a los 96 años de edad. Fue el cronista oficial de nuestra vecina población de Villanueva de Castellón, además de fiscal e historiador.

El que suscribe, único cronista asistente el pasado sábado en la misa exequial o como podríamos denominar de “corpore insepulto”, nunca había asistido a estas celebraciones sin que esté presente el féretro del finado, como ocurrió en esta ocasión. Al finalizar la ceremonia, celebrada a las seis de la tarde, consulté con su yerno, quien me aclaró esta anomalía; fue deseo del fallecido cronista, que su entierro fuera sencillo, sin ninguna clase de exaltación. Que fuera incinerado, enterrado en el camposanto de su pueblo y después se celebrara la misa de “obitus”, como así se cumplió.

Además de su afición a la historia y cronista oficial de su pueblo, Villanueva de Castellón, en la comarca de la Ribera Alta del Xúquer, su actividad laboral fue la de fiscal. Profesión que comenzó ejerciendo en los juzgados de en la capital de la Costera, Algemesí y Carcaixent, donde en aquellos tiempos de sus inicios los juzgados eran comarcales. Más tarde pasó por las poblaciones de Llíria y Villar del Arzobispo y finalmente en el tercer cuarto de siglo pasado, llegó a la capital de provincia, donde llegó a ser el decano de los fiscales de la Audiencia Territorial. Profesión que transmitió a sus hijos, José y María Isabel, que hoy ejercen el Derecho.

Martí Soro siempre ha estado muy vinculado a su pueblo, donde siempre ha conservado el lar de sus padres. Fue el artífice de organizar el archivo municipal, allá por mitad del pasado siglo, un poco abandonado. En el entorno familiar realizó un concienzudo trabajo con el árbol genealógico que alcanzo de la familia Soro, llegando hasta principios del siglo XVII.

Fue vocal del Ateneo Mercantil de Valencia y con motivo del del centenario de esta institución tan de nuestra tierra, publicó su “Crónica del Ateneo” -1878/1978-. En 1961 el ayuntamiento de Villanueva de Castellón, publicó la “Historia de Villanueva de Castellón”, de Martí Soro, que años más tarde completó con una segunda edición. El ayuntamiento, preocupado para que todos los vecinos de esta población conocieran sus “raíces”, decidió costear la segunda edición, aumentada con nuevos datos investigados por su autor, con el único afán de compendiar los máximos datos de la historia local.

La historia en tres etapas

Este libro fue dividido en tres partes: desde épocas romanas de fundación, basándose ya en hitos históricos hasta octubre de 1587. Desde esta fecha, creación en Villa real de la Universidad de Castellón de Xátiva, hasta 1708 y desde esta data, reinando Felipe V, que castiga a Villanueva con la dependencia de Carcaixent, hasta 1987.

Añadía el autor que, a partir de la erección en Villa Real, es cuando propiamente se constituye la entidad Villanueva de Castellón, con personalidad administrativa. Al tercer periodo se referirá a la guerra de Sucesión, devolución del nombre tradicional de la Villa, las guerras de la Independencia y de los Carlistas y demás acontecimientos importantes.

José Forés Lahoz, cronista oficial de Llombai, manifiesta que “basándonos en la documentada comunicación del desaparecido e ilustre historiador local, que presentó en la Asamblea de Cronistas Oficiales del Reino de Valencia en octubre de 1994, bajo el título “Fundamento y razones del nombre de un pueblo”, Villanueva de Castellón, -cuya honesta postura científica, al emitir un informe de su pueblo, adverso a los desos de la autoridad competente, le costó cara-, enumerando las distintas denominaciones que a lo largo de la historia ha ostentado este municipio de la Ribera.

El 25 de octubre de 2010, en el palacio del marqués de Campo, de la capital de provincia, nuestro compañero José Martí Soro, en la Asamblea correspondiente a este año, recibía de una placa de reconocimiento, de manos de Francisco de Paula Momblanch, presidente de los cronistas valencianos.