ÁNGEL CADENAS HOLGUÍN, CRONISTA OFICIAL DE CONQUISTA DE LA SIERRA (CÁCERES), COAUTORA PALOMA CADENAS ORELLANA.
Conquista IV Centenario, para un V Centenario, como veremos a continuación.
La Conquista, año 1627, a Conquista de la Sierra desde 1916. Todo ocurrió por causa de un cuestionado isotopónimo o un error histórico , de este vocablo polisémico que es verbo y nombre propio, “Victorium” el Cesar lo conmemoraba, erigiendo un arco de triunfo romano, en este relato, está haciendo alusión a una conquista militar, territorio conquistado a todo un Imperio y que se aplicó esta gesta al nombre de un pueblo, desde la cordillera de los Andes es trasladado al viejo continente, allá en las estribaciones occidentales de la Sierra de Guadalupe, en Extremadura, refiriéndose todo ello al nombre de la Conquista.
La cuestión es la siguiente, ¿por qué tuvo que ponérsele el añadido, de la Sierra, en 1916? Unos datos históricos: fue en 1627 cuando el biznieto del Conquistador Don Francisco Pizarro, el señor Don Juan Fernando Pizarro Sarmiento, Caballero de la Orden de Calatrava, compra en la tierra de Trujillo, el lugar de La Zarza, Juan Hernando (o Fernando) quien era hijo de Francisco Pizarro y Pizarro-Yupanqui y de doña Francisca Sarmiento y Castro, vecino de Trujillo y alférez mayor de su concejo, consigue el Título de Marqués de la Conquista y el Señorío jurisdiccional sobre el lugar de la Zarza, Señor de la Villa de la Zarza, que fallece en Madrid diciembre de 1645, (otras fuentes citan el día 1 enero de 1646), referido al actual término municipal con sus más de 42 km2, “desde la hoja del monte hasta la piedra del río” desde los 957 metros de altitud en la sierra, en el pico de Fuentefria, hasta la piedra del río, en las Corajas, junto a un molino de agua construido sobre el río Alcollarín, por debajo de los dos arcos de un puente medieval, que sita en el cruce de dos caminos uno que une la Zarza (Conquista) con la Abertura y otro la vía romana de la Calzada (Herguijuela) con el pueblo de Alcollarín, hacia los antiguos foros romanos de Mérida y Medellín, hoy es orilla, en la cota alta de la nueva presa construida, este puente que debe ser protegido para preservar su conservación, el puente se sustenta en dos arcos, el menor que limita con Abertura y el de mayor arco que en su orilla izquierda se une desembarcando con el término de Conquista y con el molino llamado del Portugués, en la comarca histórica de Trujillo en Extremadura, en esta tierra donde la familia Pizarro, probablemente ya poseyeran propiedades desde los tiempos de la reconquista a los almohades en 1232, por los Añasco Pizarro, Gonzalo Pizarro, padre de Francisco tenía propiedades en la Zarza, y aquí recibió su primera sepultura en la iglesia de la Zarza, tras su muerte en Navarra en la guerra contra los franceses en 1522, y dando su mayorazgo en favor de Hernando, su hijo mayor, en ese mismo año, y sería partícipe destacado en la conquista, y a su vez, el quien en 1557 ordenaría que su cuerpo fuera trasladado y enterrado junto al suyo, a la espera de ser trasladado en solemne procesión hasta el lugar definitivo que con absoluta devoción y alto grado de detalle había preparado en el Conventual de San Francisco en Trujillo donde yacen, Hernando, es el protagonista de la segunda comedia de la Trilogía de los Pizarro “La lealtad contra la envidia” que construyó y edificó la Fortaleza-Palacio en la Zarza, junto y copartícipe con su esposa y sobrina hispano-Inca Francisca Pizarro Yupanqui, ilustrísima hija mestiza del conquistador Francisco y donde tuvieron su residencia, en el archivo de Trujillo consta que sus hijos reciben sus bienes más personales en herencia a Francisco y a Juan y a su esclava Isabel un jarro de plata y a Inés un cofre de taracea y dos anillos uno de una esmeralda y otro de ocho diamantes; posteriormente y mientras tanto mandarían construir, no sin dificultades, otro palacio, el de la Conquista en Trujillo, este palacio del marqués de la Conquista, es propiedad de la familia Pérez de Herrasti, está noble casa que ostenta el Título de Marqués de la Conquista, un palacio que atesora un legado de fusión de dos culturas, recientemente tras una minuciosa investigación la escritora trujillana Carmen Sánchez Risco ha editado un libro “La primera mestiza” con novedosas aportaciones, al igual que la archivera María Luisa López Rol en su publicación “Doña Francisca Pizarro Yupanqui en el archivo de protocolos de Trujillo” describen a una ilustre mujer muy avanzada para su tiempo, su vida después transcurrió en la capital, transformando Madrid, urbanizando ,desde calle del Príncipe hasta la Puerta del Sol .En Conquista en su iglesia de San Lorenzo se guarda la sepultura y “HIC HACET” los restos de la hermana niña de Francisco Pizarro, María de Aguilar sus restos yacen debajo de las losas sita donde el sacerdote se sitúa e imparte la eucaristía a los fieles, su lápida funeraria fue trasladada dentro de la misma iglesia para ser preservada, es en este lugar donde nacieron sus hermanos y grandes partícipes en la conquista del Tahuantinsuyo, Juan (1505/11-1536) quien regresó del Tahuantinsuyo y ofreció por encargo de Don Francisco una corona de plata a una Virgen no sabemos a cuál imagen se coronó (si a alguna iconografía anterior a Portera que está limitando con la finca de Valmesado propiedad de su padre Gonzalo, porque la imagen de Sebastián de Paz es posterior de 1613 llamada Virgen con Niño, procedente de Portera fue comprada la imagen a Herguijuela y restaurada magníficamente por el sacerdote y restaurador Don José Gómez Gómez párroco de Conquista o quizás alguna otra imagen que existiera en la iglesia o en la ermita de Los Remedios y si fue a la coronada de Fuentesanta, no sabemos la certeza) hay un patrón repetido, y cuenta una leyenda que se quiso trasladar la imagen de la Virgen de Fuentesanta a la iglesia de San Lorenzo para que aquel día, de un lunes de pascua presidiera la Santa Misa, pero el carro que la trasladaba con sus dos bueyes se detuvo al subir el alto del río Peral en las caballerías del Aguijón, porque los bueyes que llevaban el carro con la imagen, desvanecieron quedando sin fuerzas y la Virgen, regresó a su ermita; y Gonzalo (1511-1548) que según el cronista de la conquista el Inca Garcilaso De la Vega, “fue gentil hombre de cuerpo, de muy buen rostro, gran sufridor de trabajos, gran jinete, la mejor lanza” y es el protagonista de la tercera comedia “Amazonas en las Indias”, de la Trilogía de los Pizarro. Sus abuelos maternos eran dueños de un molino de agua, eran los padres de María de Alonso, la madre de estos tres últimos citados María, Juan y Gonzalo, hijos de Gonzalo. También Francisca González la madre de Francisco Pizarro su familia poseían un molino y tierra y de generación zarceña de aquí, apodados “ los Roperos”. Aún quedan restos en el término del pueblo y en el cauce del río Alcollarín de la existencia de varios molinos, son los siguientes, cauce abajo, uno en la Aragona, junto a la cerca del burro, es el del Castillejo, el de la Higuera, hay indicios de otro posible en las Marinas, el molino del Pinto y el molino mencionado del Portugués y el del marqués en el arroyo las Pilas.
El Señorío de los Pizarro, y que va dando denominación, “ditado” en castellano antiguo, al Título de Marqués, que el Emperador Carlos I (Carlos V) había concedido al Conquistador Don Francisco Pizarro, un título con Grandeza de España, por la dinastía de los Austrias, en el día 10 de Octubre de 1537, una vez recuperado y adquirido el título el día 22 de noviembre de 1627 cambiaron el nombre de La Zarza por el de “la Conquista”, evocando y haciendo alusión intrínseca a la conquista del Tahuantinsuyo, que significa en aquel lenguaje andino ,el quechua, “las cuatro partes del mundo”, el Imperio Inca. En la biblioteca de Boston, leía las obras de un historiador y militar norteamericano el coronel Michael Lannig, la gesta de Pizarro la sitúa como la séptima mayor hazaña militar de la historia universal, un estratega militar, que dio un giro a la historia, que ni tan sólo contaba, con doscientos h e r o i c o s e i n s ó l i t o s conquistadores en estas lejanas cordilleras, Lanning considera a Hernán Cortes en el noveno l u g a r f i g u r a n d o d o s extremeños, entre los diez principales héroes de la historia universal. Un antiguo cronista escribió: “los extremeños asiduos a sus penosos trabajos, a veces soportan y emprenden audaces empresas que rebasan los límites de lo natural,”así tenemos, como un auténtico hijo del trabajo, el cabo Rodrigo Cadenas ,en la guerra de Ifni, en la campaña 1957-58 con el batallón Argel 27 de Cáceres, se le concedió “La Medalla de La Paz de Franco” , Jefe del Estado español , con este eslogan,“En la guerra tu sangre y en la paz tu trabajo”, e insignia de oro con el logotipo del dromedario sobre la luna creciente, o Antonio Ciprián, condecorado policía científico, Cruz al Mérito Policial con distintivo Blanco y Cruz al Mérito Policial con distintivo Rojo, esta última condecoración sólo se concede a funcionarios excepcionales, por su contribución investigadora en los atentados terroristas yihadistas del 11 de marzo de 2004 en Madrid, o en misiones militares para asegurar la paz en Europa, tenemos en Letonia con el joven y valiente teniente e ingeniero José Carlos Cadenas, en este segundo semestre 2024 , conquista madre de guardia benemérita, a los que les debemos agradecimiento, por sus servicios que prestan a la sociedad, para nuestra seguridad, y muchos otros ilustres conquisteños que aguardo para otra ocasión. Me referiré a la escritora peruana María del Carmen Martín Rubio, ella describe un minucioso estudio sobre la figura histórica de Francisco Pizarro “El hombre desconocido”, este libro cayó en mis manos, gracias a un generoso regalo de la actual marquesa de la Conquista, mi amiga Doña María, lectura obligada para el estudio de Pizarro. Porque en estas fechas centenarias y de ahora, estamos en vísperas de un IV Centenario 1627, de un V Centenario, en referencia al V Centenario de la Conquista del Tahuantinsuyo, 1532, V Centenario 1537 año de concesión del título de marqués sobre el que se aplicaría el etnónimo del nombre del pueblo Conquista, no se hace referencia a la conquista de la esbelta sierra de casi mil metros de altura y que costanilla abajo sobre su sinclinal se asienta el pueblo, en las estribaciones occidentales de las sierras de Guadalupe y sobre las que alienta el céfiro del poniente Portugal.
El lugar de La Zarza, deja ya de ser de realengo en las extensas y bastas tierras de la jurisdicción de Trujillo para convertirse en Villa de la Conquista en 1626 , apenas se vislumbran restos de un rollo en la calle de los micales o del Pasadizo que hasta hace poco tiempo se conservaban las cimentaciones cilíndricas en varías plataformas, y que servían de asiento para juntar a conversación con los paisanos y que cada uno ocupaba su asiento pedregoso, y a esperar si llegaba las bocanadas de aire fresco, los restos del cuerpo y capitel están diseminados ornamentando, por los patios sirven de asiento perpetuo y adornos nobles, pero conservan su ADN – DNA de feldespato, cuarzo y mica ,de un desmontado Sansón, su origen se situó en el derecho germánico el rollo es el emblema de la jurisdiccional de la Villa. El Real Despacho fue expedido el día de nuestro Señor 8 de enero de 1631 por el Rey de España Don Felipe IV. La concesión de la Real Carta de sucesión en el Título de Marqués de la Conquista, no le resultó nada fácil, tuvo que reclamar en corte del Rey que se le resistía, e incluso para enaltecer las hazañas de los Pizarro, tuvo que contratar a modo de mercenario al escritor Tirso de Molina, que en 1626 es comendador Fray Gabriel Téllez del convento de mercedarios, un religioso predicador de los más eminentes, teniendo capacidad este conventual para más de doce frailes ,en la ciudad de Trujillo, En todo esto que damos, con Tirso de Molina, y es más, el destino lo quiso y aquí estuviera , para que escribiera una obra de teatro enmarcada dentro del siglo de oro de las letras españolas y del teatro, siendo el ,uno de sus máximos exponentes , es una obra propagandista, la “Trilogía de los Pizarro”. Versificado en verso, se trata de tres comedias históricas, y en cuya primera comedia histórica, titulada “Todo es dar en una cosa” y de aquí le viene, con su permiso, cuatro centurias después ,la titulación , del título de esta publicación, tiene de protagonista a un joven Francisco Pizarro y está ambientada y escenificada en el lugar de la Zarza. Según esta obra de teatro, por aquí pasaría la Reina Isabel la Católica que se dirigía camino al santuario de Guadalupe, el más importante de su época, al encuentro con Fernando V el Católico, su esposo, y se alojaría con sus soldados en una posada de la Zarza, con enormes carencias e incomodidades para el hospedaje.
En 1485 fueron reclutados en la Zarza quince ballesteros y cinco lanceros para la reconquista cristiana de Granada por Don Alfonso de Montalbán, capitán y aposentador del Rey y de la Reina, nuestros señores. En total de nuestra comarca fueron reclutados mil y doscientos peones que acudieron a la muy leal ciudad de Trujillo. Mas en él ya se adivinan los sueños de un adolescente Francisco que conoce la noticia del reciente descubierto nuevo continente, y su afán de gloria y riqueza ya se adivinan preludios de grandeza.
Luis Vicente Pelegri Pedrosa en los Coloquios Históricos de Extremadura, y Obra Pía de los Pizarro, nos presenta “Un tópico histiográfico al estilo del fundador de la saga: el coronel Gonzalo Pizarro”. El topónimo de la Conquista fue elegido y puesto para dar trascendencia memorable en el tiempo y en la historia y en este lugar de los acontecimientos sucedidos en los Andes, sin entrar en otras consideraciones de índole de ningún tipo, de la Conquista del Tahuantinsuyo. De lo contrario es renegar de la Gran Historia de España protagonizada en tantos casos por extremeños. Los españoles que diseminábamos los topónimos de nuestras ciudades por todo el mundo en especial en América recordando entre muchas ciudades, Trujillo, vírgenes como Ntra. Sra. de Guadalupe proclamada Reina de la Hispanidad y patrona de Extremadura, santos como San Pedro de Alcántara, patrón de la diócesis Coria-Cáceres, en Petrópolis, estado de Río de Janeiro, o portar, como un servidor, nuestros apellidos en fundación de ciudades, Holguín en Cuba, por mencionar algunos ejemplos. Es costumbre poner los isotopónimos, llevar nuestros nombres a todas partes, es como plantar una semilla en otro lugar, para que germine, qué importa de que se repitan, si es un eco de traslación, siendo costumbre poner a las nietas y nietos los nombres de sus abuelas y de sus abuelos, porque en nosotros de tal manera que hemos acostumbrado el nombre a un sentimiento, que perdurará en nosotros. El folclore y cancionero popular así lo recoge, el nombre arraigado de este lugar, como se canta en “la jota de Zorita”: El cura de la Conquista por ir a la Fuentesanta se le ha caído la burra y no puede levantarla… o el romancero popular: Me dijeron que te dijera, que tú eres el Sol de los soles, de Cañamero la luna, de Logrosán las estrellas y de la Conquista el lucero...” “ de los ricos de la Conquista Juan Corrales fue el primero que con su buen corazón cedió la cerca del Costuero “ para aliviar la hambruna “Al entrar en la Conquista lo primero que se ve son la huerta, el Palomar y la casa del marqués…” “Mirarlas, mirarlas y repararlas bien, porque de la Conquista son, son morenitas de cara y alegres de corazón…” y eso lo cantaba un labrador, que entre cuarzos estaba arando en el Cerro del Guijo, eran las soleadas canciones de era, de trilla, un verdadero cántico al Sol.
E n A m é r i c a v a r i a s ciudades llevan este etnónimo de Conquista, al igual que se puso a l n u e v o p o b l a d o d e colonización con el plan Badajoz a Conquista del Guadiana en alusión al arroyo Conquista que pasa por el poblado y Guadiana porque allí vierte sus aguas, al igual que las de Conquista de la Sierra desde el río Alcollarín; afluentes tributarios del Río Guadiana, con todo esto vemos, el profundo raigambre del nombre Conquista. Casi perdido, aún perdura en la memoria de los conquisteños más mayores de este lugar el recuerdo de última marquesa de la Conquista que vivió aquí Es Doña María de la Asunción Orellana-Pizarro y Ulloa Pérez Aloe Dávila Ponce de León, que residió en la conocida y ya mencionada Casa de la Marquesa, obviamente que en el pueblo se la recuerda con enorme cariño por su generosidad y nobleza. La marquesa en su visita al Perú fue recibida con honores de Estado al tratarse de la heredera del Conquistador y dispararon, los cañones, las veintiuna salvas, como dice el protocolo, cuentan que la llevaron en navegación por barco y que ella decía que “cómo se puede llamar a este mar Océano Pacífico, con este enorme oleaje”. Núñez de Balboa en su descubrimiento así no lo debió ver aquel día. La Casa de la Marquesa conserva el escudo de los Orellana su última y su primera nobleza que la habitó, con sus diez roeles esculpido en granito en su chimenea está relacionada con la familia Bejarano y de otros linajes fue de familia propietaria donde el coronel Gonzalo Pizarro Rodríguez de Aguilar padre del conquistador residió junto a su esposa y prima Doña Isabel Rodríguez de Aguilar Vargas, edificado presumiblemente en el siglo XV en sus pilastras de contrafuertes, esta casa señorial tiene similares contrafuertes como los que presiden las partes más nobles y visibles de la fachada y lateral de la Iglesia del mismo pueblo, repiten el mismo patrón vertebrándose en una columna apilándose superponiéndose tres piedras y por encima una piedra y así sucesivamente formando cruces, dado que eran edificaciones construcciones en un mismo tiempo, siglo XV la iglesia de San Lorenzo Mártir es una obra del siglo XV y ha recibido muchos complementos a lo largo de los siglos, aún mantiene sus magníficos muros de mampostería, sillares en contrafuertes y esquinas, la puerta sitiada al sureste se abre con un arco de medio punto con pometeados e impostas acanaladas, al igual que la otra puerta adjunta al campanario que fechan la obra en la segunda mitad del siglo XV, en pleno estilo gótico ,cuatro piedras son pedestal y cruz, y no olvidemos que esta iglesia conserva obras de gran calidad artística como la talla de madera policromada de la Virgen con el Niño de 1613 de Sebastián de Paz procedente de la ermita de Ntra.. Sra. de Portera, restauración en la Real Academia de Arte de San Fernando en Madrid, por encargo del sacerdote D. José Gómez, la pila bautismal de 1579, sin olvidar el púlpito sobre un fuste cilíndrico, uno de los mejores ejemplos conservados de púlpito del primer decenio del siglo XVI en la tierra de Trujillo así como la lápida fúnebre de María de Aguilar hija de Gonzalo Pizarro y hermana del conquistador del Perú, en el pasado siglo XX el sacerdote Don José Gómez, realizó una labrada restauración de la Iglesia reformada a piedra vista, una de las mejores iglesias restaurada en la diócesis de Plasencia, él aprendió en el Congreso Eucarístico de Múnich de 1960, para aplicar la nueva liturgia emanada doctrina del Concilio Vaticano II y contempló las iglesias germanas, el altar, le debemos tributo a título póstumo. La construcción de la fortaleza está en las inmediaciones con la noble casa señorial, la casa de la marquesa, dado, que existe aquí, la figura histórica de Catalina de la Cueva, fiel compañera y siempre cercana a su señora, viajó con ella hacia España en 1551, cuando doña Francisca sólo contaba 17 años y permaneció a su lado durante el resto de su vida, murió en la casa de sus señores, en La Zarza y fue enterrada en la iglesia de aquí, ella tuvo una enorme influencia sobre la ilustre mestiza y en la primera Función y obra Pía creando hospital y hospicio en Trujillo, tuvimos la enorme suerte de acoger a la primera mestiza que aportó una gran apertura cultural y social. El Palacio-Fortaleza que fatídicamente tras un incendio quedó destruida, son muchas las piedras de un granito importado de tonos cálidos, que adornaban los elementos nobles pórticos, ventanales, arcos, algunas piedras talladas fueron, reutilizaron en las construcciones del pueblo y otras expoliadas para otros lagares lejanos como trofeos arqueológicos, los canteros trujillanos eran de los más prestigiosos de su época en su renacimiento, las ruinas que producen una peculiar fascinación a quien las contempla, son lugares sagrados, porque existieron pero aún perduran, eso es lo sagrado, lo que se va, pero aún permanece, y así aún resisten a lo Hércules algo menos de un tercio de los lienzos de sus muros, la fortaleza se prolongaba más allá de la calle de los Mícales o del Pasadizo al occidente, adentrándose con pórticos de arcos hasta un desaparecido almendro, los mícales o cernícalos, chovas un córvido, hacían sus nidos, mientras tanto, el arrullo de la paloma se dejó oír en los campos de nuestra tierra, como responsorial en un salmo del libro del cantar de los cantares, en su palomar, nombre de la finca sobre la que edifica la torre, que amenazaba ruina, fue recientemente restaurada gracias a la mediación del Presidente de la Junta de Extremadura Don Guillermo F.Vara, que acudió en persona a visitar, se restauró, una entidad bancaria financió, conforme con la familia Sosa sus propietarios y la colaboración del Alcalde Juan Manuel y la corporación municipal, evitando el desastre, la torre de los Pizarro de su derrumbamiento, el interior de su cúpula tiene esgrafiado de temas vegetales y geométricos como en la ermita de Portera y su exterior cuenta con nueve pináculos que se alzan al cielo y a las estrellas, y da esbelta prestancia en Conquista que señorea, siendo una de sus dos torres, la otra es la torre de la iglesia cúspide del campanario en pirámide reformada con la misma pizarra del suelo de la iglesia, por el albañil Epifanio Martin y su hijo Epifanio y Francisco Ávila entre otros y en su iglesia canterías labradas por Gregorio., el altar de piedra de los Berrocales de Trujillo labradores de las Huertas de Trujillo, que copian la composición del majestuoso púlpito, a título particular, con la imaginación y como si fuera un cuento de ciencia ficción, podría pensar de haber más de una torre en la Fortaleza y sus dos fabulas leyendas, de túneles secretos uno que conduciría con la iglesia y otro con el arroyo del Merderique, no hay ningún dato que lo avale, más allá que de la tradición oral, leyendas. No sabemos si el incendio del palacio, está en relación con el terremoto de Lisboa, porque ocurrió sobre esas fechas de 1755, o fue otra la causa, de esta robusta fortaleza en ruinas que Hernando y Francisca edificaron sobre 1552 y dieron santidad, al lugar, por su fe cristiana, Francisca veneraba con cirios y velas que fueron bendecidos y amasados con cenizas de santos por las manos de nuestro muy Santo Padre apostólico de Roma, leía en cierta ocasión, se financiaban las obras del Vaticano en Roma, podría ser dada su religiosidad cristiana. Actualmente la casa señorial, de la marquesa de la Conquista, se encuentra en reforma para alojar unos lujosos apartamentos turísticos, ambientándose en la nobleza del señorío de los Pizarro y Pizarro-Orellana, que llegó a albergar un globo aerostático para su vuelo, ocio y disfrute ,si el viento sopla del norte es frío por las nieves de las Sierras de Gredos del Almanzor lo enfría ,en cambio si es Solano es cálido procede de África del Sahara, gracias a un testimonio sabemos que en sus paredes colgaba un retrato de Francisquito, cuadro en óleo, buscando en el árbol genealógico aparece con ese mismo nombre el hijo de Gonzalo Pizarro ,hermano del conquistador, este es hermano de Juan y de Inés 1535, casada en 1556 con Francisco Pizarro Yupanqui 1539-1557, hay otros Franciscos en el linaje, pintura retrato cuyo autor desconozco, no sabemos del paralelo de ese lienzo, ni tan siquiera a qué Francisquto se retrató, el pintor Francisco Masa lo recuerda siendo niño, dado que su padre el señor Elíseo, carpintero, trabajó para la marquesa, sería en la década de 1930, y tenían una colección del realismo decimonónico de esculturas de Mariano Benlliure de temática taurina y ecuestres, el patrimonio pasa a su sobrina Doña Julia Orellana, casada con un abogado el Sr. Plaza que cometió atrocidades en el palacio dinamitándolo para construir establo y cerca del estanque, me consta que unos vecinos el señor Floriano junto a su esposa Natividad, llevaron muy bien la administración y gestión de los bienes de Julia Orellana ,, la casa fue comprada por el Sr. Juan Rodríguez, quien fue alcalde de la villa, en aquellos años tan difíciles de la posguerra española, mas contemplando la sierra de Conquista y en su cuerda en lo más alto, se dibuja la silueta de “Cuerda de la Loba”, llamada así porque en su cima a principios del pasado siglo hubo lobos o bien porque esa loma recuerda a la silueta la anatomía del perfil de una loba, que entre escobas y cantuesos amamantan siete arroyos, dos de ellos afluentes que convergen para la presa del marqués que la almacena, está cegada por aluviones, según contaban cuando reventó la Barrera, por el costado de Hernán Sanchez y otras lluvias torrenciales y que por un canal acequia que conduce el agua a un molino que movía simultáneamente sus dos ruedas de piedras hoy esta demolido, Francisco Holguín, fue su último molinero, todo ello envuelto en una arquitectura que recuerda por su cárcavo trapezoidal, por dónde retira evacuando el agua, a la arquitectura Inca del Tahuantinsuyo allá en los Andes, quizás algo tendría que ver los súbditos o séquitos que servían a Francisca Pizarro Yupanqui, más abajo hay unos muros de construcciones del apogeo de aquella época ¿y que ella ordenaría? esto es terrero para la imaginación, y junto al arroyo su corriente formaron pilas que eran lavandero, donde antaño iban llenas de alegría, con su sentido de la gracia y elegancia, las mozas lavanderas, en el río, a lavar las ropas, recogidas en cestos de mimbre que portaban sobre sus cabezas y con sus sueños de adolescencia y afán de superación. Amanece por sierra llamada la Barrera por sus lugareños, es una barrera montañosa, a un lado hay estanque, a modo de aljibe, a cielo abierto que recoge el agua que almacena entre tres muros de arquitectura vernácula, y en el otro extremo hay otro que también sirve sirve de abrevadero, más construida magistralmente en el pedregoso pizarral y en lo alto y en un rincón al norte emana la Fuente Blanca, dónde brotan aguas ferruginosas y cárdenas, quién sabe si este manantial abasteció a celtas, visigodos y pastores, en asentamientos de sus antiguos pueblos, y llegó Roma y sus pobladores y descendieron al valle y a las vegas, esta montaña que cobija a dos cerros menores, el Cerromesado o Cerro Mesado, señorea cortijo y casa pastor y desde allí se divisa el Valle de las Monjas que reza en Matavacas, que en su otro costado a oración y plegarias evoca al santuario y dando esbeltez y solemnidad está el Cerro del Tesoro, que guarda sus secretos, al igual que los hijos del pueblo, con sus intrigantes leyendas y repitiendo el patrón del tesoro en un pergamino de vaca, y otros cuentan, más propio de mitología griega, que fueron unos niños y niñas, queriendo alcanzar el centro del arcoíris los que encontraron un tesoro y que para que no se lo robasen, lo enterraron con tanta tierra que se hizo el monte, para cruzar la sierra dos caminos uno que se asciende por el roble y alcanza hasta los humedades de los bohonales y otro camino que atraviesa sobre el puente del Rincón de la Coria, cobija en la ladera sur del Pedro Gómez que con sus más de mil metros de altura que supera, ya no es un cerro, alcanza hasta la categoría geológica de montaña media, vértice geodésico de 1002 metros y entorno natural, valle en las vegas, que tiene formaciones de rocas graníticas elevándose, son atalayas que servían de refugio y vigilancia a los almohades y campesinos para divisar el horizonte, dejaron sustrato como el lingüístico en sus topónimos. Y como no hay serranía sin sus apuestos bandoleros, ataviados con sus vistosos y elegantes atuendos serrados forajidos, en estas montañas, no se da el fenotipo, del bandolero del romanticismo de sierra Morena, de las novelas, sobrevivían, eran bandidos rudos, primarios, sanguinarios, fue en 1837 ya en las postrimerías de las guerras Carlistas cuando la gavilla capitaneada por los hermanos Cuesta invadieron, saquearon y atemorizaron Conquista y otros pueblos de la comarca de Trujillo y de las Villuercas y otras facciones acampaban, como las comandadas por los cabecillas bandoleros Patagorda, Barbados, Valencia, Pulido, Arroyo, Sánchez. Esas cuadrillas de espléndidos caballos, en este terreno tan propicio para sus escaramuzas y refugio, aquí también tuvieron su final, porque ellos huyeron pero fueron alcanzados y derrotados el día 27 de agosto por el comandante D. Carlos Buil, en el robledal de Garciaz, o la incursión de las fuerzas Carlistas en la tercera parte de la guerra, que al mando de Gómez y Cabrera el 29 octubre de 1836 están en Conquista, para organizarse y dirigirse hacia Trujillo y Cáceres, el autor Fernando Flores del Manzano tiene un minucioso estudio sobre el fenómeno del “bandolerismo en Extremadura”, de muy buena lectura y un cordel trashumante rebaños de merinas de tramo de Navalmoral que conduce a Madrigalejo, un documento como la certificación del archivero de la asociación general de ganaderos del reino de 10 de diciembre de 1927 en el que se le otorga la categoría de Cañada, bordea la sierra por su umbría de alcornoques. Ya en el pasado siglo XX en la avenida del pueblo que conserva sus caballerizas en una de las entradas del pueblo en el siglo XX, sería la sede de la “6ª Compañía de Intendencia el la guerra española del 36 rotulado “Todo por la Patria”sobre el arco escarzano de ladrillo, de uno de los numerosos corralones, mientras los mercenarios reclutados en el norte de África cultivaron plantaciones de té en las huertas del regajo del Cancho de la Escalera, y otro canchal a lo quijote rubricándolo Saavedra, enroca a Conquista con Herguijuela.
El día 2-VII-1916, la Gaceta de Madrid publicaba un R.D. de 26 de junio, refrendado por el Conde de Romanones ,siendo Rey Alfonso XII, por el cual se modificaba el nombre de 570 municipios para “distinguirlos” de otros homónimos justificándose con distintos y diferentes argumentos en sus consideraciones, que en este caso no procedía, había otro pueblo llamado Conquista en la provincia de Córdoba, que adquirió término municipal propio en el siglo XIX, y se adoptó en su criterio discriminatorio de que el de menor población debía de ponérsele un añadido ¿para diferenciarlos? el mayor gana al pequeño que será marginado ganando un añadido, pero si ya teníamos las provincias para diferenciarse, aquí en la provincia de Cáceres, porque dicho cambio es faltar a la verdad histórica. La Real Sociedad Geográfica y en especial el historiador Manuel de Foronda, Marqués de Foronda, tuvo un gran papel en esa tarea, mas en este caso no dio con la razón historica ,quizás por su gran desconocimiento más allá de dar un añadido a los isotopónimos. El etnónimo, A Conquista se le puso un añadido no sabían que debía ser, Conquista del Tahuantinsuyo, una vez puesto el añadido dado, como resultado da, que nacimos en “Conquista de la Sierra, provincia de Cáceres, partido judicial de Trujillo y Obispado de Plasencia, datada”, era en la escuela y un libro asignatura compartida geografía e historia, se debió consultar, a nuestra historia, se agregó geografía, pero geografía no conocía la historia, fue medio siglo después de este nuevo etnónimo la penúltima generación de nacimientos en Conquista de la Sierra y en todos los pueblos, porque un año después por una orden de Sanidad, las comadronas médicos y practicantes deben enviar a las madres a dar luz en el hospital, en este caso al de Cáceres, con la pretensión de dar garantías en el parto, por lo tanto, ya deja de haber nuevos hijos nacidos bajo la falda de esta Sierra de la Barrera, y la consiguiente brusca caída de la natalidad y la emigración a la ciudad en busca de una vida mejor, eran los años sesenta del pasado siglo, el pueblo se queda triste y llora por la pérdida de sus ahora ya desconquistados serranos hijos, que en su nueva conquista de la vida, ya no volverán a reconquistar más, todo esto , dará como resultado, en una cosa, que ya se extingue, lo genuino y ser natural de Conquista, mas muchos de sus descendientes reclaman su ancestral patria de origen quieren sentirse conquisteñas -conquisteños, es un atributo de pertenencia e identidad, el destino y quiso que la estirpe de los Orellana continuase en la persona de mi hija Paloma y recordando al trujillano navegador del Amazonas Francisco de Orellana que pereció a la llegada de la barra del Gran Río, de unas fiebres malignas a la temprana edad de treinta y seis años, por lo cual su expedición que consistía en fundar dos ciudades en el margen izquierdo del río Amazonas no pudo llevarse a efectos más alcanzó, la fama de explorador, su mujer Ana de Ayala y lo que quedó de la expedición navegaron hasta Isla Margarita, la sociedad internacional botánica le da reconocimiento, poniendo su noble apellido al árbol del achiote, que crece en las zonas andinas que limitan con la Amazonia, en México con el nombre científico de “Bixa Orellana” “Un regato que en diluvios es un torrencial, según un relato a cincuenta pasos del regato del mal nombre el Merderique situaba la ermita de Ntra. Sra. de los Remedios, sepultada es el campo santo, conserva en su entrada un pórtico, (quizás fuera de la ermita o no) con arco de medio punto y forjado en hierro una cruz, de la orden orden de Alcántara modificada, esta sita en una elevación sobre el terreno, es el Cancho Gordo, que según un estudio sobre piedras sagradas en Conquista de la Sierra, de dos docentes que presumen con orgullo de su pueblo natal y que no es para menos, Don Eustaquio S. Salor, catedrático e investigador, gestor, hombre magnífico, que ha adquirido por su propio esfuerzo ilustración, y F. Javier S. Sánchez, un genuino maestro de la naturaleza y su libro sobre botánica autóctona, se trata de un área de piedras sacras ancestrales, al igual que las piedras sacras, asociadas con la sanidad y los ritos paganos, al horizonte, en el Sol poniente se divisa la Sierra de Santa Cruz “La Montaña Sagrada” llena de simbolismo que narran en su libro Francisco Cillán, y José Antonio Ramos, ambos eminentísimos cronistas, Oscar San Marino y Julio Esteban, y su conventual de San Agustín dónde se formaban los misioneros para evangelizar America, y el pueblo dio luz a un último misionero ,eran los años 80, partía hacia el Río Paraguay, en la ciudad de Formosa al norte de Argentina, una de las provincias más pobres, el sacerdote y enfermero Don Pedro Ciprián, persona verdadera, de inquietud espiritual y conciencia de su época, trabajando con los aborígenes y para las gentes más desprovistas de las necesidades más básicas para la vida, y ese camposanto es un libro que está vivo, en nuestra memoria, porque en él, en gloria están nuestros muertos para recordarles cariñosamente y porque ellos representaron la tradición del pueblo y tienen el derecho de autor, jornal y sudor, donde abunda la ganadería y la caza, de todo este entorno natural y legado, de sus mujeres y hombres que son obreros y arquitectos, jornaleros y propietarias, verdaderas hijas de un afán de superación, llegando a crear la Sociedad Obrera Conquisteña, para paliar el hambre y la supervivencia, pero si en algo nos diferencia es que contemplamos la belleza de las cosas. Fueron muchos los pueblos de España que ganaron el añadido de la Sierra, si traducimos ,en anglicismo parecería el título de un film del western “Conquest of the Mountains”, los lusitanos romanos, nominativo y genitivo “Serrae Potitio”, “Montis Potitio” o “Veríus, Aesculetum Potitio” que traducido del latín significa “Conquista, con monte de encinas”, según Covarrubias, el chaparro, la encina, dador noble, consagrado al dios Júpiter, culto a Júpiter Repulsor según las inscripciones por Extremadura y un pueblo ungido por olivos centenarios que según, el lugar de los Cantares en los Salmos significada por el aceite, la caridad, la doctrina, la misericordia. Virgilio Libro 10 el olivo es el símbolo de la paz, testimonio de la Sagrada Escritura nos habla del oleum uso medicinal y de salud, con el aceite santo ungían reyes, los profetas los altares los sacrificios y en la Ley de Gracia se bendice para ungir los catecúmenos y enfermos por los sacerdotes y los pontífices, en las despensas el aceite de olivo centenario es patrimonial, se incrementaron los añadidos repitiendo los isotopónimos, qué pensarían sus más de seiscientos vecinos en aquel verano del año de 1916, y, el Sr. Alcalde de Conquista, con su vara de mando y los concejales del Ayuntamiento, se les consultaría como autoridades municipales y con su vecindad, cometiendo el error de esa ardua tarea ,debieron de haber consultado con la Academia Española de la Historia porque en un hipotético informe sería apelar al original histórico de porque se puso ese nombre, por la autoridad señorial de aquel 1626 esto es, por el biznieto de F.Pizarro, el Excmo. Sr., D. Juan Hernando, fueron los de la “sociedad geográfica” desde Madrid, gaceta en mano, marqués F., conde R. y rey. A , todo fue teatral, no dieron en una cosa. O aún más, levantado el telón en este Acto, como lo representarían en la comedia histórica, obra de su estilo conceptismo, evolucionando al culteranismo, en ese reparto de los personajes y protagonistas de Tirso de Molina en la Zarza (Isabel, Reina. Gonzalo Pizarro. Pizarro, muchacho. Hernando Cortés. Don Francisco, Don Álvaro Durán. Doña Margarita. Doña Beatriz. Don Francisco. Don Rodrigo, viejo. Men García, viejo. Carrizo, pastor. Crespo, pastor. Bertol, pastor. Pulida, pastora. Criado. Cerezo. Don Martín. Un maestro. Un paje. Un pagador. Un capitán. Tres pastores. Robledo, soldado. Quirós, soldado. Dos soldados), el crítico Miguel Romera expone las virtudes de estos personajes de Tirso de Molina, que poseen una complejidad psicológica, carácter sostenido y convenientemente humano , con una visión de la vida bastante amplia y moderna y tiene una mujer como figura sobresaliente nada menos que la Reina Isabel la Católica y las otras que luchan por el objetivo de su cariño resultando por consecuencia de esta lucha atrevidas, osadas, incansables para inventar artificios para reducir a sus amantes, primor en los detalles, situaciones y lances más inverosímiles en la Zarza todo se da en una cosa. La ciudad de Trujillo y la Villa de Conquista, son anverso y reverso, de una parte, de un periodo, de una misma historia compartida, remarcar también que se puso el nombre para ir en armonía y en sintonía y que está en consonancia y haciendo alusión al título Marqués de la Conquista, cuyo marquesado se aplica al pueblo y a su territorio, que fue Señorío de la familia de los Pizarro y Orellana-Pizarro, feudo y jurisdicción de los Marqueses de la Conquista, con la Constitución de Cádiz se establece un nuevo orden jurisdiccional y del viejo régimen señoríal se pasa al municipalismo, y sería de aceptar y reciprocidad mutua, si se da, sin entrar en ninguna consideración política, sino de índole de derechos históricos y a título simbólico , sería que la persona que ostentase el título de Marqués de la Conquista, se le atribuyera el nombramiento con carácter vitalicio de Alcalde o Alcaldesa honorífica de Conquista de la Sierra, siempre que hubiera reciprocidad, de lo contrario sería renegar de nuestra gran historia, no se trata dé clasismos sociales, porque todo ese señorío de los Orellana-Pizarro va a dar lugar al régimen local actual y en una c o s a m á s , n u e s t r a autonomía municipal, el ya mencionado título nobiliario de marqués, atributo con Grandeza de España, por los Austrias, Casa Habsburgo, la anterior dinastía Real de las Españas, Marqués es una dignidad y honor, y que hoy por sucesión, se enaltece en la persona de la Exma. Sra. Doña María Pérez de Herrasti y Urquijo, cuya Real Carta de sucesión, en el título de Marqués de la Conquista, fue expedido el día 13 de febrero de 2020, por S. M. Don Felipe VI, Rey de España; que es el Presidente Honorífico de la Real Española de Cronistas Oficiales y primer Cronista Oficial del Reino de España, María también es Marquesa de Albaida, Grande de España por los Milans de Aragón y Condesa de Padul, y su reciente constitución de la “Fundación Casa de Albayda y de la Conquista” y su Patronato.
A vos, Doña María Pérez de Herrastsi y Urquijo, ya sabéis que por resolución de diecinueve de diciembre de dos mil diecinueve, con arreglo a lo previsto en el Real Decreto de veintisiete de mayo de mil
novecientos doce, tuve a bien disponer que, previo pago del impuesto correspondiente a las sucesiones directas, se os expidiera, sin perjuicio de tercero de mejor derecho, Real Carta de Sucesión en el Título de Marqués de la Conquista, vacante por fallecimiento de vuestro padre, Don Ramón Pérez de Herrasti y Narváez. Y por cuanto por vuestra parte habéis cumplido con dichos requisitos, he resuelto expedir el presente Real Despacho por el cual es mi voluntad que vos, Doña María Pérez de Herrasti y Urquijo, podáis usar y el Tlitulo de Marqués de la Conquista y que desde ahora en adelante, con él os podáis llamar y titular. En su consecuencia, encargo a mi muy cara y amada hija la Princesa de Asturias y mando a los Infantes, a los Prelados, Grandes y Títulos del Reino, Generales y Jefes del Ejército, de la Armada y del Aire. Presidente
y Magistrados del Tribunal Constitucional, del Tribunal Supremo, de los Tribunales Superiores de Justicia y de las Audiencias Provinciales, Delegados y Subdelegados del Gobierno. Jueces, Alcaldes, Ayuntamientos y demás Autoridades. Corporaciones y personas particulares a quienes corresponda, que os reciban y tengan por tal Marquesa de la Conquista, como yo desde ahora os nombro y titulo, os guarden y hagan guardar las honras, preeminencias y prerrogativas que gozan y deben disfrutar los demás Títulos del Reino, así por derecho y leyes del mismo como por usos y costumbres, tan cumplidamente que no os falte cosa alguna, sin que para la perpetuidad de esta gracia sea necesario otro mandato, cédula ni licencia, pero con declaración de que cada uno de vuestros sucesores en el mencionado Título, para hacer uso de él, queda obligado a obtener previamente Carta de Sucesión dentro del término señalado y en la forma establecida o que se estableciere. Dado en Madrid, a trece de febrero de dos mil veinte.
El Ministro de Justicia. Firma del Rey y del Ministro.
Vuestra Majestad expide Real Carta de Sucesión en el Título de Marqués de la Conquista a Doña María Pérez de Herrasti y Urquijo.
Marqués, Dignidad y ditado grande, lo describe la ley de partida II, tit.I. part.2: “y marqués tanto quiere decir como señor de alguna grande tierra que está en comarca de reinos”. Ditado: El estado del cual toma nombre el señor de el; dicitur, como decir Marqués de la Conquista, Conquista es el ditado.
“Yo he de dar desde hoy en esto; morir o conseguirlo, todo es dar en una cosa, donde hay valor no hay peligros”.
“En la comedia segunda, saldrá la verdad fiadora, que donde hay valor y dicha, todo es dar en una cosa”
“Conquistaré un medio mundo. Fortuna en esto me fundo; vida espero prodigiosa; favoréceme amorosa que en los pechos invencibles para acabar imposibles, todo es dar en una cosa”.
Tirso de Molina, La trilogía de los Pizarro, en La Zarza, en la Conquista o en Conquista de la Sierra. Todo es dar en una cosa. C r o n i s t a O f i c i a l d e E x t r e m a d u r a A C R O E X . Cronista de la Real Española de Cronistas Oficiales, número 357 RAECO
FUENTE: Ángel Cadenas Holguín, Cronista Oficial de la Conquista (Conquista de la Sierra), Cáceres. 2024.