IBAI MENOYO AGUIRRE: UN GRAN CABRERO DE EUSKADI
Sep 24 2024

POR SILVESTRE DE LA CALLE GARCÍA, CRONISTA OFICIAL DE GUIJO DE SANTA BÁRBARA (CÁCERES). 

Ibai Menoyo Aguirre (n.1984) es un cabrero natural de Arrigorriaga (Bizkaia) aunque su explotación ganadera se encuentra en la cercana localidad de Zaratamo donde mantiene un extraordinario rebaño de cabras Azpigorris, raza autóctona de Euskadi.

A Ibai le encantan los animales, especialmente las cabras, desde que era niño pero sus padres no eran ganaderos aunque sus abuelos paternos sí que mantuvieron siempre ganado en el caserío familiar donde Ibai creció escuchando a su abuelo contar miles de historias de ganado y de ganaderos, soñando que un día él podría ser un gran ganadero como sus antepasados.

La andadura de ganadero de Ibai comenzó cuando hace alrededor de 20 años compró un caballo. Para que el animal no estuviese solo, decidió comprar al año siguiente otro más.

Al principio los animales pastaban en Arrigorriaga pero en 2004, Ibai compró un terreno de alrededor de 4 hectáreas en Zaratamo.

El terreno comprado por Ibai estaba ocupado en gran parte por bosque y maleza, por lo que para desbrozarlo sin gastar dinero, decidió tomar una gran decisión: comprar cabras.

Inicialmente, compró dos cabras cruzadas de tipo alpino con una cabrita cada una. El objetivo de estas cabras no eran producir carne o leche sino simplemente comer maleza, algo que a las cabras se les da muy bien.

Unos años más tarde, Ibai comenzó a soltar las cabras al monte junto a las de un amigo el cual le habló de las grandes ventajas de criar cabras de raza Azpigorri, autóctonas de la zona y por lo tanto perfectamente adaptadas al terreno y al clima de los montes de Euskadi.

Ibai se decidió a comprar cabras autóctonas comenzando así lo que se ha convertido en parte fundamental de su vida.

En 2015, Ibai participó junto a su hermana Enara, en el famoso Garrastaxtu. Era la primera vez que participaban con su ganado en un concurso como hacían el resto de criadores de raza Azpigorri, presentando 4 cabras y un chivo, siendo para ellos el día más especial de sus vidas como ganaderos.

Sin embargo, el momento más especial para Ibai llegaría el 1 de enero de 2016 cuando a las 00:09 vino al mundo su hijo Oinatz y unos minutos más tarde, a las 00:13 su hija Udane, siendo los primeros niños del año nacidos en la provincia de Bizkaia.

Estos niños nacidos entre azpigorris, son dos auténticos «guindillas» que no paran quietos ni un minuto pero que se han convertido ya en auténticos cabreros.

Años más tarde, concretamente el 28 de mayo de 2022, nació Elaia, la hija de Enara, que desde el principio ha vivido junto a sus primos entre las cabras y es que nada con pocos días de vida, ya acudía con su madre a los concursos y exposiciones en los que, como veremos más adelante, participaban las Azpigorris de la familia Menoyo.

Pero hablemos un poco de las cabras y de su manejo.

La cabra es un animal rústico, sobrio y muy resistente adaptado a vivir especialmente en lugares secos donde soporta temperaturas extremas, siendo capaz de alimentarse de pobres pastos que crecen en lugares inaccesibles para vacas y ovejas.

Tales ambientes son absolutamente antagónicos respecto a Euskadi, el norte de España y Europa Central y Septentrional donde, sin embargo, las cabras llevan miles de años habitando gracias a los esmerados cuidados a los que son sometidas por los ganaderos.

Para que las cabras estén protegidas y resguardadas de la lluvia especialmente durante la noche y también del frío invernal, Ibai cuenta con unas magníficas instalaciones construidas por un auténtico experto que no es ni más ni menos que su padre. Sin ser ganadero, apoya plenamente a su hijo y le ayuda en todo lo que puede.

Ibai piensa lo que quiere construir, se lo dice a su padre y este lo pone en práctica.

Construida con materiales sencillos como chapa galvanizada y madera de la mejor calidad, el alojamiento de las cabras cumple plenamente su función:

Mantener a las cabras a salvo de la lluvia y del frío donde el suelo permanezca limpio, seco y libre de barro.

Interiormente, se encuentra dividida en pequeñas cuadras separadas con sencillos tabiques de madera para poder mantener separadas a unas cabras de otras cuando es necesario.

Debidamente distribuidos y colocados se encuentran diferentes tipos de comederos y bebederos para que las cabras se alimenten cómodamente y sin molestarse unas a otras.

Algunos comederos son sumamente sencillos pero a la vez ingeniosos, permitiendo a las cabras comer fácilmente el pienso sin que surjan peleas entre ellas. Se trata de tubos de pvc seccionados por la mitad, apoyados sobre unas patas y un soporte de madera y colocados a la altura perfecta para que las cabras coman con comodidad.

Alrededor de la nave o cabreriza, se encuentra un amplio cercado con malla metálica que impide que las cabras se escapen y les permite tomar el sol cuando hace buen tiempo, algo que les encanta.

Los machos o chivos, permanecen durante una parte del año separados de las cabras para que no puedan cubrirlas y controlar así tanto la época de la paridera como la paternidad de cada cría nacida en la explotación, algo muy importante teniendo en cuenta que la raza Azpigorri está en gravísimo peligro de extinción.

Llegado el momento oportuno, los chivos serán liberados de su encierro y terminando su temporada de castigo, soltándolos alternativamente para controlar exactamente qué chivo cubre a cada cabra y también para evitar los combates entre los chivos que, en un rebaño tan pequeño, serían muy frecuentes y contraproducentes más pendientes de pelear entre ellos por el control de las cabras que de las cabras que salgan en celo.

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