ALICE WILMER, ESCULTURA EN BRONCE
POR MIGUEL FORCADA SERRANO, CRONISTA OFICIAL DEL PRIEGO DE CÓRDOBA (CÓRDOBA)
La exposición de esculturas de Alice W. Wilmer que puede verse en el patio-jardín del Museo Lozano Sidro es un recorrido cargado de emociones sencillas y profundas; simplemente, una gozada… Uno puede encontrarse allí con un gato mirando al cielo o con una paloma levantando el vuelo. Tres pasos más adelante vemos a Don Quijote y Sancho conversando mientras hacen su camino y, en lugar preferente, una Santa Cena en la que no es fácil distinguir a San Pedro de San Juan, ni a Judas de Jesucristo. El jardín del Museo también ayuda a dar esplendor a las esculturas. Pero lo más llamativo (y lo más abundante), son las piezas que representan la figura humana: los desnudos.
Al visitar la exposición es muy conveniente leer en las plaquetas adosadas a la pared, los textos explicativos que ha preparado Federico Castro Morales, comisario de la exposición y gran conocedor de la obra de Alice Wilmer, porque esos textos nos hacen entender todo lo que estamos viendo.
Frente al gato y la paloma, Federico nos dice: “Alice da un tratamiento empático a los animales. Capta su carácter y gestos porque para ella todas las criaturas del mundo animal merecen ser tratadas con la misma dignidad que las figuras humanas.”
Y ante las figuras desnudas: “Aunque la moral dominante era pacata y el naturalismo era una práctica inconcebible durante la postguerra española, existían rincones de espontaneidad vital en jardines, fincas privadas, playas recónditas o en el estudio de artistas donde era posible la expresión desinhibida del desnudo”. Por eso, estas esculturas “Proclaman un personal universo de libertad, la plasmación de un paraíso hedonista que Alice procuró para ella, su familia y su círculo más próximo: son imágenes de un mundo feliz”.
Alice Wilmer “Concibe la figura humana como ámbito de investigación artística. Capta la esencia de las personas a través de su postura, los gestos o el movimiento, de forma que al modelar, da vida a la materia y subraya la elocuencia de los cuerpos.
Estas piezas fueron modeladas en barro y después fundidas en bronce. Por eso esta exposición, organizada por la Universidad de Córdoba (UCO-Cultura), se trajo a Priego coincidiendo con el Curso de Escultura en Bronce de nuestra Escuela Libre de Artes Plásticas. NINGÚN PRIEGUENSE DEBERÍA PASAR SIN VERLA. TODAVÍA ESTARÁ UNOS DÍAS MÁS EN EL PATIO-JARDÍN DEL MUSEO LOZANO SIDRO.
