POR MIGUEL GALLEGO ZAPATA. CRONISTA OFICIAL DE LA VILLA DE SAN JAVIER (MURCIA)
San Javier, 17 de noviembre 2014
Antonio Meroño el autor sanjaviereño presenta su primera publicación, una novela histórica y de intriga ambientada en el origen de San Javier como pueblo
Meroño ( San Javier, 1954) presentó el pasado viernes en el salón de actos del Museo Municipal de San Javier su primer libro “El valle de los espantapájaros” una novela histórica, publicada por la editorial ViveLibro, cuya intriga discurre en el primer cuarto del siglo XVIII durante el nacimiento San Javier como pueblo.
Antonio Meroño estuvo acompañado por la concejala de Cultura, Inmaculada García, su editor, Alex Herrero, y Juan Manuel Sánchez, que fue el encargado de presentar al autor y su obra, “una novela, coral, de intriga popular, en la que profundiza en su búsqueda de lo que fue San Javier antes de ser San Javier”.
Este “hombre de cuentas que hoy nace como hombre de cuentos”, como lo definió Juan Manuel Sánchez, en referencia a su pasado laboral como director de una sucursal bancaria en San Javier, admitió ante el público, que abarrotaba el salón de actos, haber hecho realidad un sueño al presentar su primera novela “en mi pueblo y con mi gente”.
Antonio Meroño, que lleva mucho tiempo escribiendo e investigando sobre la historia de su propia familia y su entorno geográfico y social, aunque sin publicar hasta ahora, compartió con su auditorio el duro proceso de creación de esta obra, que arrancó hace años, y que hace seis meses se decidió a poner en orden y finalizar.
La novela está escrita con profundidad y desde el corazón, apuntó Alex Herrero, representante de ViveLibro, quien destacó el equilibrio entre el rigor documental, que se traduce en descripciones detalladas, y la amenidad que atrapa al lector, en un obra “que confío que sea la peor que escriba”, admitió el editor dispuesto a seguir colaborando con Meroño.
Antonio Meroño viene a enriquecer el panorama literario local siendo pionero en hacer de San Javier un personaje de novela, apuntó Juan Manuel Sánchez quien remarcó que “la ficción no es lo contrario de la realidad”, y eso es lo que hace el autor en esta obra de corte histórico que arranca en 1796 con llegada de Raimundo a La Habana dispuesto a conocer a la única persona viva que había conocido a su abuelo materno, y con ello desentrañar el misterio de un pergamino que llevaba consigo.
El relato del anciano arranca en un pueblo “que solo tenía unas pocas casas desperdigadas , una iglesia a medio construir y una tienda en la que tenían un poco de cada cosa….”. en lo que es una rica descripción del origen de San Javier, en la que no falta la “…residencia de verano de la señora marquesa, mucho más grande y fuerte, que ocupaba todo un lado estrecho del rectángulo que formaba la única plaza frente a la iglesia”, y que más tarde se reconvertiría en Ayuntamiento, hasta la actualidad.
La concejala de Cultura, Inmaculada García felicitó al autor por su labor valiente, a la hora de publicar un trabajo, y su aportación a la historia y la literatura local.
De momento, el libro está a la venta en Papelería Gala, de San Javier, y en internet a través de esebook.com y librerías digitales.
Cuando le oía presentar su libro, no pude evitar sacar del baúl de mis recuerdos a su padre mi gran amigo Francisco Javier Meroño Peñalver y a su abuelo José Meroño Sánchez, mi compañero en tareas sindicales, pues era un alto cargo en la Hermandad de Labradores, sin retrotraerme a su bisabuelo, José Meroño Primer Alcalde Constitucional de San Javier en el año 1836.
Podría hacer un panegírico de todos sus antepasados, gente de bien, cuya generosidad estuvo siempre ahí, pero me voy a limitar a citar a su madre Benita Meroño, una gran mujer con la que compartí militancia en el Movimiento de Mayores “Vida Ascendente”, que aglutinó a la familia y puso su acento bondadoso y desprendido en una saga que, como pudimos comprobar en el multitudinario acto, no tiene trazas de extinción, a Dios gracias.
Me quedé sorprendido cuando vino a invitarme, pues lo conozco desde que era pequeño y he ido siguiendo sus vicisitudes y progresos primero en la Caja Rural y después en Caja Murcia, donde alcanzó, por méritos propios, los más altos cargos, incluso mereció la confianza de importantes empresarios que le confiaron su asesoramiento, lo que no tenía ni idea era de su faceta de novelista e historiador y la buena nueva me ha producido una gran satisfacción
Felicito a mi amigo Antonio por su primera salida y espero nos siga deleitando con su imaginación que, por lo que he podido comprobar en las primeras páginas de su “El Valle de los espantapájaros”, es mucha y buena.
Su generosa copa nos sirvió además para saludarnos a amigos, conocidos y familiares que ordinariamente por nuestras muchas ocupaciones es difícil vernos.