POR FULGENCIO SAURA MIRA, CRONISTA OFICIAL DE FORTUNA Y ALCANTARILLA (MURCIA)
Uno de los aspectos que nos sorprende de la villa de Fortuna es lo mistérico que mantiene como un valor patrimonial que la caracteriza. A la villa se puede acudir para disfrutar de sus celebres baños que han consolidado su fama, como acompañar a sus familiares en los días lúdicos de su fiesta patronal en honor de San Roque, en agosto, que es un atractivo indudable. Sin embargo posee amén de su historia que comienza con la Carta de Repoblamiento en el siglo XVII en que se inicia su andadura todo un manantial de valores culturales que atrae como un imán. Nos referimos a monumentos y espacios naturales de signo mágico como son la Cueva Negra y el Cabezo de Mesa en la pedanía de Caprés. Dos focos, entre sus arcaicos baños y castillo que la elevan a un rango de carácter universal, de tanta importancia como para ocupar la mente de los estudiosos en indagar sobre su significado.
Y lo es por cuanto ambos conjuntos siempre nos invitan a acercarnos, observar sus viejas piedras, atender a las inscripciones que quedan en los muros de Cueva Nigra destrozados por el vandalismo de quienes, más bien jóvenes acuden para sus solaces y hacen fuego en su interior cosa que repele a quienes amamos sus monumentos y tradiciones, de lo que tendremos ocasión de escribir, pues bastantes vándalos ocasionaron en momentos oportunos, que no hay que olvidar los graves daños al patrimonio de la villa, como la destrucción de los. tituli picti de índole virgiliano en el interior de la cueva que nos dicen de ceremonias en relación con las mujeres embarazadas, lugar donde acudía gente de pueblos comarcanos en auténticas romerías.
De ahí la potencia de este monumento pétreo de insinuaciones ninfeas, cita de estudiosos y artistas dispuestos a impregnarse de ese flujo mágico que expide el contorno de la Cueva que como una boca abre las puertas de su interior inconmensurable dejando que la imaginación actúe por sus propios fueros. La Cueva Negra que ocupa un espacio mágico en la sierra de Fortuna, denominada así por el color de sus paredes, donde subyace una cultura que data de hace dos mil quinientos años A.C. se hace cada vez más importante, en la necesidad de ser custodiada por los organismos competentes, desde luego evitando todas contaminación, junto con su entorno paisajístico.
Auténtico monumento natural, esta referencia geológica dispuesta a engullir los viejos fantasmas que la habitaron, sigue siendo un tema predilecto de los arqueólogos y cronistas que se embelesan ante tan encantador sitio donde confluye una fuente de sabores antañones que hay que disfrutar, también entender el significado de sus inscripciones que delatan la presencia del dios Asclepios y las ninfas que pululan en su entorno; lo que ha hecho que se den cita en tan insigne lugar propios y extrañaos para recibir los beneficios que proporciona su pasado.
Comprende por tanto la Cueva uno de los soportes esenciales de la cultura de la vieja Santa María de los Baños que la diosa Fortuna forja en este espacio donde convive Helios con la sequedad de la tierra que aborta, de vez en cuando gérmenes de su legado:. restos ibéricos que proceden del “ Cortao” de las peñas y Castillejo de los Baños, aunque sus más arcaicos proceden del Cabezo de la Mesa, cerro que emociona cuando se observan extrañas letras en sus piedras impresas por sus antepasados todavía por reseñar.
Es Caprés un lugar mágico como los que habitan en su derredor entre sierras yermas y plomizas con el fondo de la sierra de Corque con su silueta tenebrosa, monte pelado que evoca la presencia del célebre bandolero Jaime El barbudo, con senderos tortuosos desde donde se enfocan paisajes de láminas ocrosas y se dominan los barrancos del Infierno y de Artesica donde todo es lóbrego
Ya interesó el lugar a l eminente arqueólogo que conocimos D. José Crespo Garcia, que dejó interesantes conclusiones como en la actualidad Gonzalo Matilla Seiquer estudioso de la pedanía apartada en un paisaje lunar que sorprende, donde el agricultor dirige sus súplicas a San Jerónimo en petición de lluvia y defensa de la brujería.
Como decimos se hace atractiva Fortuna, entre otras cosas por la presencia de estos dos núcleos que ya nosotros tildamos de mágicos en el libro “ Aspectos mágicos de la villa de Fortuna” prologado por Castillo Puche. Merece la pena llenarse de ese misterio que enriquece su patrimonio del pueblo defenderlo y evitar el impacto que la civilización provoca en la naturaleza, aplicando la ley de 2013 sobre la evaluación del impacto ambiental a través de los órganos específicos, que sería otro tema a tratar.
La Cueva Negra,( nigra), es un conjunto de expresiones, encuentros, citas necesarias para comprender el tramado, aliento del primitivo morador ibero romano que en hermandad conviven y dan respuesta al contenido del lugar como Santuario, cita de peregrinaciones de los pueblos comarcanos para celebrar la ceremonia de la lavatio, en que el dios de la salud junto a las musas otorgan beneficios y fertilidad a las embarazadas que se acercaban al templo sagrado, cosa que se ha seguido haciendo por las mujeres de C aprés, cual nos lo manifiestan en la pedanía citada, de tanto valor etnográfico, en relación con otras celebraciones en días lúdicos relacionadas con el calendario agrícola.
Es en los años noventa cuando unos amantes vecinos de la villa se reúnen para dar vigor a la Cueva, rememorando su pasado a través de la intervención de catedráticos y arqueólogos, especialistas, dando con ello tratamiento a sus fiestas de Sodales ibero-romanos, que cada agosto dejan su expresión fidedigna en un festival de actuaciones memorables, unos festejos de índole pagano que se hermana con el religioso del patrón San Roque. Unas fiestas de interés regional con Federación que año tras año deleitan a la población.
No puede ser menos que Fortuna mantenga estas tradiciones, de pauta para consolidar esos dos magnos refugio de lo mágico significados en la pedanía de Capres y la Cueva Negra donde se custodia la cultura de sus antepasados, como vivían y sentían. Espacios consagrados a la veneración de sus dioses, una forma de atender a ese sabor telúrico que se delata en el paisaje, sus piedras enigmáticas donde cabe el susurro de las ninfas cuidadoras de la mágica fuente y las musas es el impacto de las Hespérides, que como se sabe quisieron combatir con las compañeras, aunque siendo vencidas por el ardor y belleza del canto de Caliope, y convertidas en urracas para mayor descalabro. Y a mayor abundamiento es importante contactar con las sombras que invaden el interior de la cueva, rozar sus rocas, algunas destrozadas y manchadas por la ignorancia, como sentir ese halito de bienestar, de participar en una comunión con lo mistérico.
Tan solo queremos, en este esbozo, señalar la importancia de de la Cueva y el espacio natural del de Capres inédito,, señalar el encanto de los Sodales Ibero.romanos unidos a la Cueva, festejos ya consolidados émulos de los Cartagineses y Romanos de Cartagena . Resaltamos desde estas páginas la necesidad de custodiar este monumento natural, hermoso contorno rodeado de terrazas significativas, arbolado y restos de un pasado básico para esta tierra que fuera afortunada, tan unida a sus secuencias de baños termales que nos hablan de su importancia a través de su historia. Como destaca su dimensión geológica, la estructura relacionadas con el agua, fuentes, manantiales y molinería que dan constancia de la calidad y sentido de esta tierra que en su interior nos sorprende con un patrimonio incalculable.
No cabe duda que los festejos de Sodales ibero-romanos son sus señas de identidad que hermosean sus calles y plazas con sus legiones y sobre todo con la belleza de la mujer fortunera al vestirse de ninfas, unas en torno a Apolo, Dionisos, la diosa Fortuna, Venus y Tánatos, recreando toda una trama de mitología griega y romana, con la anuencia de Zeus dominador. Y bien que aún se podría por la Federación de Sodales afrontar nuevos retos recreando el embate entre las musas piéridas con sus contrincantes, en un florido concurso de textos poéticos que den un vencedor, todo ello presidido por un tribunal que constate la belleza del himno que mejor alabe a las ninfas y musas. En todo caso bueno es contemplar el espectáculo en las fiestas de Fortuna marcadas por la potencia impactante de la Cueva Negra de cadencia vagneriana.
FUENTE: EL CRONISTA