POR RAFAEL MARTÍN ARTÍGUEZ, CRONISTA OFICIAL DE LA CIUDAD DE SEGORBE
Tal día como hoy, 22 de octubre, de hace 550 años, Segorbe se convertía en ciudad real. Fue como resultado de la donación realizada por Juan II, a la sazón rey de Aragón y Navarra, Mallorca, Valencia, Cerdeña y conde de Barcelona, a favor de su hijo Fernando, rey de Sicilia y posteriormente de Castilla y León por matrimonio con Isabel I, con quien compartió el apelativo de El Católico.
La historia dice que fue en el año 1474 y en dicha fecha, cuando el monarca aragonés desposeyó a su sobrino, Enrique de Aragón y Pimentel (1445-1522), de sobrenombre Infante Fortuna, del señorío de la Ciudad de Segorbe, así como del Condado de Ampurias, Valle de Uxó y Sierra de Eslida que había heredado de su padre, también llamado Enrique de Aragón (1400-1445) y señor de Segorbe, hijo de Alfonso V el Magnánimo. La decisión de Juan II de desposeer a su sobrino de sus territorios para entregárselos a su hijo, se produjo como respuesta a las intrigas palaciegas subrepticias que preparó el infante Enrique para apartar a Fernando e Isabel del trono de Castilla.
Varios autores señalan que Enrique estaba preparando su casamiento con Juana conocida como la Beltraneja, hija del rey Enrique IV de Castilla y aspirante al trono en competencia con Isabel. Con este matrimonio se planteaba una seria alternativa a la sucesión de Enrique IV; y con este motivo el Infante Fortuna pasó a defender los intereses de Castilla, dándose a “la fuga y desamparando sus estados” por lo que el señorío de Segorbe fue confiscado por el rey según refleja la escritura de donación a su hijo.
El tiempo que Fernando estuvo al frente de sus estados en Segorbe fue breve: cuatro años más tarde, y ya como rey de Castilla, Aragón y Sicilia, le devolvió el señorío de Segorbe al Infante Fortuna, convirtiéndolo en Ducado, para atraerse sus favores, y también le nombró gobernador y virrey de Valencia y de Cataluña. La condición real de Segorbe se repetía casi un siglo después de que la señora de Segorbe, María de Luna y el conde de Jérica, Martín el Humano, poseyeran el reino de la Corona de Aragón.
FUENTE: R.M.A.