POR FERNANDO JIMÉNEZ BERROCAL, CRONISTA OFICIAL DE CÁCERES
Es difícil condensar toda una vida en unas pocas líneas. Una vida da para muchas, demasiadas. Es prácticamente una tarea inabarcable. Más incluso si se trata de la de alguien que ha dedicado la suya a documentar la vida de otros, de la de sus vecinos, durante décadas. En la vida de un archivero caben tantas vidas como las que haya en la ciudad, en la de Cáceres, más de noventa mil en la actualidad, que se dice pronto, no obstante, a ellas se suman las que han formado parte del devenir de la capital durante generaciones, siglos. Ya no salen las cuentas, se salen de la calculadora.
De recopilar todo lo que ha ocurrido en todas ellas se ha encargado Fernando Jiménez Berrocal durante dos décadas. El que ha sido responsable del archivo municipal desde 2004 se ha ocupado de una tarea al alcance de unos pocos, conservar la memoria de todo un pueblo, una encomienda de vital relevancia porque solo el conocimiento sobre el pasado permite a las sociedades un futuro.
Durante veinte incansables años, ha logrado abrir la historia de Cáceres a los vecinos y adaptarse a las exigencias a las que obliga el presente, nuevas tecnologías incluidas. Ahora, cuelga la bata -de forma literal- para disfrutar de su merecida jubilación. Jiménez Berrocal ha querido compartir con El Periódico Extremadura sus últimas horas en el despacho, que recibe a los visitantes con cajas amontonadas en plena mudanza. Él mismo ha contribuido también a moldear la historia de este periódico centenario, ya sea con sus aclaraciones para reportajes o con sus tribunas quincenales que publica desde hace años.
Porque si hay algo que haya caracterizado a Fernando Jiménez Berrocal es que a lo largo de estos veinte años las puertas de su despacho siempre han estado abiertas. Siempre disponible, siempre diligente y siempre con unos minutos para resolver una consulta o atender a este diario centenario para el que ha colaborado durante otros tantos años y al que ha cuidado con el compromiso que puede tener alguien que ha dedicado su vida a conservar la historia de la ciudad.