POR JUAN CUÉLLAR LÁZARO, CRONISTA OFICIAL DE FUENTIDUEÑA Y FUENTEPIÑEL (SEGOVIA)
En Sacramenia hay una iglesia con su advocación. Su retablo mayor, barroco, está presidido por la imagen del santo patrón como obispo, y no como soldado romano compartiendo su capa con un mendigo aterido de frío, que es como se le suele representar iconográficamente de forma habitual. Como todos los templos románicos de la comarca, fue concebida con una única nave, si bien en la primera mitad del siglo XVI se le añadió hacia el mediodía la nave lateral, estando unidas ambas mediante arcos formeros.
Conserva de época románica el ábside semicircular, que en el exterior en su sección curva aparece fraccionado por dos semicolumnas en tres tramos en los que se emplazan tres ventanas con sus respectivos arcos de medio punto con perfil de arista y chambrana que apoyan sobre unos capiteles con decoración vegetal que sustentan unas pequeñas columnillas. Resulta llamativo que la antigua cornisa, que apoya en las dos semicolumnas citadas y en los correspondientes canecillos, casi todos lisos y con perfil en nacela, hoy tenga una función exclusivamente decorativa pues al recrecerse el edificio en altura el alero de la cubierta descansa sobre otra cornisa más moderna,
En su interior, como sucede con tantas iglesias en su origen románicas, se pueden apreciar dos partes muy bien diferenciadas que están separadas por el gran arco triunfal que delimita la cabecera románica, y que apoya sobre esbeltas columnas pareadas coronadas por dos capiteles dobles cuya decoración se halla ya algo deteriorada por el paso del tiempo. Espectacular resulta la pila bautismal que tiene forma de concha circular, tanto interna como exteriormente, y entre cuyos gallones aparecen unas cabezas humanas. Curioso y único resulta el detalle del ángel en altorrelieve que parece portar quizás un recién bautizado, envuelto en un paño que a modo de cestillo sustenta con ambas manos. ¡Buen día!