POR LA REAL ACADEMIA DE CULTURA DE VALENCIA.
El experto José Iborra da a conocer nuevos datos sobre el histórico instrumento musical y actualiza su estado de conservación.
La intervención se ha realizado durante el II Simposium Internacional del Patrimonio Musical Hispano celebrado en Orihuela.
El órgano histórico de la Basílica de Santa María de Alicante, a debate. Ha sucedido durante el II Simposium Internacional del Patrimonio Musical Hispano celebrado en Orihuela este 21 de noviembre, un evento cuyo objetivo es fomentar y difundir la investigación histórica y musicológica del patrimonio musical conservado en el territorio nacional. Y en dicho marco, el profesor José Iborra Torregrosa, doctor en Antropología Social y miembro del grupo de investigación Cultura y Sociedad de la Universidad de Murcia y de la Real Academia de Cultura Valenciana, ha centrado su intervención en un órgano «insólito» y «con un gran valor artístico».
La intervención ha tenido lugar bajo el título El órgano histórico de la Basílica de Santa María de Alicante. Nuevas contribuciones al estudio documental, donde se han dado a conocer nuevos datos sobre las motivaciones e intervenciones que originaron la creación y las reformas del instrumento musical de la iglesia de la Villavieja. Junto a estos hallazgos, de gran magnitud histórica, se ha puesto de relevancia «la necesaria y urgente restauración integral, tanto artística como musicológica», del órgano.
A pesar de los esfuerzos de conservación a lo largo de los años, el órgano de la Basílica de Santa María enfrenta actualmente un «estado de conservación preocupante». El profesor Iborra subraya la necesidad urgente de una restauración para preservar este bien patrimonial. Según el experto, las intervenciones realizadas a principios del siglo XX alteraron «la esencia primigenia del instrumento», que fue concebido en 1760, por lo que una restauración adecuada permitiría devolverle su fisonomía original.
«Ha habido tímidos movimientos, pero no se ha llevado a cabo una restauración como tal. Solo se han realizado propuestas. El órgano necesita una restauración mediante un proyecto en el que se impliquen tanto la diócesis como la administración pública, la Generalitat Valencia , el Ayuntamiento de Alicante, la Diputación y, por supuesto, la iniciativa privada», comenta Iborra, pues subraya que es «una restauración muy costosa que hay que abordar con paciencia y tenacidad».
Esta restauración no solo beneficiaría la vida litúrgica de la parroquia, sino que también ampliaría las posibilidades culturales y musicales de la ciudad de Alicante. El órgano restaurado podría ser utilizado en la programación de conciertos, grabaciones discográficas y actividades docentes, contribuyendo a la oferta cultural de la provincia. «Incluso podría servirle de utilidad al Conservatorio Superior de Música Óscar Esplá, pues muchas audiciones y clases podrían realizarlas aquí», señala el experto. «En definitiva, sería un beneficio para todos, para la iglesia, para la cultura y para la enseñanza».
Investigación documental
A través de una exhaustiva investigación documental, Iborra reconstruye la cronología de los eventos más relevantes del instrumento musical, como la fecha de construcción, las restauraciones y las modificaciones que sufrió a lo largo de los siglos. En palabras del investigador, esta nueva aportación “ofrece, por vez primera, nuevas contribuciones al estudio documental, de capital importancia, para conocer el proceso de restauración emprendida a finales del siglo XIX, así como los participantes que contribuyeron en su recuperación”.
El órgano de la Basílica de Santa María es un importante ejemplar de la organería valenciana de mediados del siglo XVIII. Encargado en 1760 al organero Matías Salanova, su estructura inicial se conserva en la misma caja renacentista, aunque con añadidos barrocos. A lo largo del tiempo, el órgano sufrió diversas intervenciones para mantener su funcionalidad, aunque algunas de ellas alteraron su sonoridad original. La restauración más importante tuvo lugar en 1881, cuando el organero José Rogel llevó a cabo una reforma integral del instrumento. Una curiosidad de esta restauración es la anotación dejada en el interior del secreto, que menciona la fecha y el autor de los trabajos realizados.
En la investigación liderada por José Iborra, se ha descubierto una serie de documentación hemerográfica de prensa histórica en la cual se da cuenta de un proceso de restauración artística a cargo de Antonio Riudavets, un artista de mediados del siglo XIX asentado en tierras alicantinas. A él le encargaron la restauración pictórica del órgano, lo que supone un avance en lo que se conocía hasta la fecha dentro de las restauraciones del órgano.