POR MIGUEL FORCADA SERRANO, CRONISTA OFICIAL DEL PRIEGO DE CÓRDOBA (CÓRDOBA)
Me gusta visitar lugares olvidados. Lugares en los que el bullicio de la vida duró cientos de años, tal vez miles, pero que hoy languidecen en la soledad y el silencio. Como Fuente Alhama… A pocos kilómetros de Priego, muy cerca de la aldea de Esparragal. En torno a un manantial muy potente, existió una pequeña aldea de origen altomedieval, en la que hoy solo quedan dos casas habitadas. Y ese lavadero de aspecto tan antiguo…
El manantial de Fuente Alhama es uno de los más importantes del sur de Córdoba ya que puede aportar entre 60 y 300 litros por segundo (o 5,3 hm3 al año); desde aquí se abastece a pueblos como Luque, Zuheros, Doña Mencía o Baena a través de una larga tubería que se instaló a finales del siglo pasado. Pero a mi me impresiona el lavadero, porque un lavadero, algo que hoy es completamente inútil, era, hace un siglo, un servicio público de enorme utilidad social. No había agua corriente en las casas de la gente humilde y las mujeres tenían que ir a lavar la ropa al arroyo o al rio más cercano. Hasta en la época de la II República se construyeron lavaderos en Priego y se conservan algunos en Priego y en algunas aldeas; eran espacios abiertos, pero techados; en el centro había una gran pila por la que pasaba agua corriente y en sus laterales había piedras naturales estriadas colocadas inclinadas hacia el agua; en ellas, las mujeres restregaban la ropa con jabón para sacarle las manchas. Pero este lavadero de Fuente Alhama es un lavadero extraño, del que no se conoce la fecha de construcción.
No está techado, sino que es solo una serie de piedras sostenidas por una leve estructura de obra hecha al borde mismo del arroyo; las piedras parecen burdas y sin labrar. Según puede leerse en un cartel cercano, en 2009 se hizo una limpieza a fondo y se colocaron al borde del arroyo mesas y bancos a modo de merendero.
Pero actualmente, todo aquello está sucio y abandonado… Habría que darle un repaso, vale la pena. Tenemos que promover el turismo rural, aprender a valorar lo que tenemos, verdaderos tesoros etnográficos olvidados, en esta “joya escondida de la Subbética”, según escribió Peter Such. (Fotos de Fuente Alhama. La última, el lavadero de Priego.