POR MARÍA TERESA MURCIA CANO, CRONISTA OFICIAL DE FRAILES (JAÉN)

En otros tiempos esta calle era nombrada como Hondillo, y popularmente como Barrio Hondillo, por encontrarse en lo hondo de la población pegando al río que venía de los Barrancos y que se extiende desde la calle Huertos a la calle Cuevas. Profusamente poblada y con un gran número de casas era una de las calles más pobladas de la villa con casas a un lado y otro lado, y con la riqueza de tener las aguas del río para la colada y otros menesteres de la casa.

En 1972 la calle Hondillo cambia de nombre y pasa a llamarse D. Fermín Medina Ibáñez. Fermín Medina Ibáñez había nacido en Frailes en 1898, hijo de Enrique Medina Cabrejas, natural de Puerto Real (Cádiz) y de María Ibáñez Caraballo, de Vejer. Enrique Medina había llegado a Frailes como médico y se instaló con su familia en la calle Huertos, casa en la que nacieron sus 7 hijos de los que Fermín era el mayor.

Fermín Medina Ibáñez nació en Frailes en 1902, se marcha a Granada a estudiar y obtiene el título de Bachiller en 1916 y el de Medicina en 1923. Y en 1932 es nombrado médico de Frailes tras la muerte de su padre Enrique Medina Cabrejas el 29 de mayo de ese año. Lo que caracterizó a este largo periodo (siglo XIX-primeras décadas del XX) fue la construcción corporativa de una imagen de médico rural «vocacional, abnegado, sacrificado, dispuesto a ejercer su profesión en situaciones de gran adversidad profesional y personal» . La práctica de la medicina rural por parte de facultativos aislados, sin ningún tipo de apoyo académico o institucional, y enfrentados a una realidad sanitaria compleja generalmente sin los mínimos recursos diagnósticos, terapéuticos y tecnológicos, se convirtió así en una suerte de apostolado .

Durante las décadas de 1940 y más allá, el principal mecanismo de asistencia sanitaria de la población rural continuó siendo la iguala. Esta fue suscrita de manera mayoritaria por las familias de pequeños y medianos campesinos y garantizaba el derecho a una asistencia sanitaria básica. Los partos, los tratamientos especializados, los análisis clínicos y otras pruebas diagnósticas, las cirugías o la atención fuera del horario establecido eran, por lo general, servicios médicos no incluidos en ella. El sistema de igualas o «ajustes particulares» entre familias y médicos sobrevivió en muchas comarcas del país hasta entrada la década de 1970. Este era el sistema del médico en Frailes.

Tras el fin de la Guerra Civil se forma una Comisión Gestora para dirigir el Ayuntamiento a la que pertenecía don Fermín, para más tarde en 1940 ser alcalde de Frailes. Durante su mandato se hacen las escuelas que se encontraban en la calle Huertos, se organizó el cementerio a fin de que los enterramientos tuviesen cierto orden. Y con motivo de los gastos ocasionados por el encuentro entre la guardia Civil y el bandido “Hojarasquilla” en 1942, se le pagan al médico 554,32 pesetas por la autopsia que se le hizo.

Fermín se casó en Frailes con Carmen Tello de la que nacieron dos hijos, David y Enrique. Médico e ingeniero, David murió poco antes de terminar la carrera de medicina, mientras que Enrique fue el ingeniero responsable de FASA Renault de Sevilla, e hizo que muchos fraileros se fueran a trabajar a la ciudad del Betis.

Con el fin de la Guerra Civil el también médico, don José Escribano, quiso vender la casa que había construido para su recreo en su villa natal, y que tras ser “Hospital de sangre” en la guerra, quiso venderla y Fermín la compró. De ahí que popularmente sea conocida como “casa del médico”. Y allí instaló su consulta a la que asistíamos los fraileros a buscar la salud del cuerpo. 40 años al servicio de las gentes de la villa y alrededores que veían en él un ángel salvador a sus dolores y malestares.

Las condiciones laborales en el medio rural eran extremadamente duras. El trabajo se realizaba con falta de recursos sanitarios, modestos honorarios muchas veces pagados en especies, dispersión de pacientes, aislamiento profesional…. El médico rural se implicaba en la comunidad, donde ejercían, intentando resolver los problemas que surgían. Asumía actividades de medicina legal y las medidas de higiene individual y colectiva. También denunciaban las carencias socio-sanitarias de la administración local y dedicaban sus esfuerzos a los mas desfavorecidos. El trabajo de un médico rural se desarrollaba, en un ambiente poco adecuado para lograr éxitos en la lucha contra la enfermedad. El médico no solamente atendía al pueblo en el que residía, sino también a una o varias aldeas próximas. Ello suponía trasladarse desde un núcleo a otro de día o de noche, con buen tiempo o con lluvia que borraba los caminos, andando o en caballería.

Y en 1972 le llegó la jubilación, Frailes se volcó en un homenaje hacia aquel hombre de estatura pequeña y cigarrillos interminables. Momento que aprovechó el Ayuntamiento para renombrar la calle Hondillo por Fermín Medina Ibáñez.

Don Fermín era conocido por sus tardes de juego de cartas en el Bar “La Cueva” a la que acudía acompañado por su chofer Zacarías. En Frailes murió y en su cementerio esta enterrado en 1987.

FUENTE: http://cronistafrailes.es/a-proposito-de-los-nombres-de-las-calles-fermin-medina-ibanez-vii