La parada la tenía en una biblioteca cuyo nombre fue dado en honor a la vizcondesa de Llanteno, una de las primeras concejalas del ayuntamiento de Madrid, Biblioteca Blanca de Igual. Asi que he abandonado la A-1 para llegar a El Molar. El frío de la tarde no ha podido con el calor humano que existía en una pequeña sala que ha servido para una presentación.

El telonero ha sido Antonio Iniesta, Antonio Iniesta fotógrafo de la Sierra Norte, sus pueblos y sus noticias, retrator de un Fuero cuando le conocí que, a porta gayola, sin apuntes pero con dialéctica, ha introducido al autor. Esta es la tercera vez que soy consciente de ver a Fernando. La primera vez en la reunión inicial del Grupo de Estudios Locales Pedrezuela-San Agustín, donde Carlos y Sebastián nos animaron tanto a él como a mí a participar. La segunda fue en un programa que emitia Telemadrid donde Fernando nos enseñaba y explicaba sobre un yacimiento visigodo en Colmenar Viejo. Y la tercera oportunidad la he tenido hoy cuando presentaba su libro «Pistoleros en la República». Y por supuesto no la he desaprovechado.

Cuando la cultura impuesta por los estudios americanos de cine mostró a varias generaciones que las grandes historias solo les ocurría a los demás impedia que conociéramos la nuestra. Pero esas grandes peliculas como «La gran evasión», «Cadena perpetua» o «Fuga de Alcatraz» parece que no pudieron ocurrir en nuestra historia pero ocurrieron.

Este arqueólogo y mejor escritor ha investigado la historia de una de las más famosas fugas que tuvo lugar en la cárcel de Colmenar Viejo, protagonizada por Felipe Sandoval «Doctor Muñiz» en 1933. Esta fascinante historia nos la cuenta Fernando, de hecho real en hecho real.

Digno del mejor guión de Hollywood, nos introduce en un mundo de pistoleros, de la bofia del 33, o la pasma de mi época. Dicen que Felipe era de gatillo fácil, donde la política se mezclaba con soplones y ajustes de cuentas. Estoy deseando leerlo. En un debate posterior han preguntado al autor. Y una de las cuestiones nos ha llevado a California y los lamentables incendios. Y para que veáis que el mundo es un pañuelo, Fernando ha contado que ayer habló con una amiga española de nombre Ana Afzali. No he podido evitar intervenir diciendo que a su amiga yo la llamaba Ana Pérez Groba Ana Afzali , porque habíamos ido al mismo colegio. Los presentes han alucinado.

Os invito a leer esta magnífica historia documental que nos regala Fernando Colmenarejo García y que cuando a lo largo del acto se ha planteado si era arqueólogo, escritor, investigador o ensayista, yo simplemente digo que Fernando es un verdadero cronista. No termino sin desearte Ana por parte de todos los presentes, de Fernando y mía, que la situación en aquellas lejanas tierras mejore. Son nuestros deseos.

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