SE CONVIRTIÓ EN LA OBRA DE TODA UNA VIDA, LA DE ANTONIO GARCÍA LINARES, CRONISTA OFICIAL E HIJO PREDILECTO DEL CONCEJO DE ALLANDE (ASTURIAS)
Mañana es 23 de octubre, una fecha de sombrío recuerdo para El Valledor, en Allande, ya que ese mismo día, en 2011, un devastador incendio devoró más de 2.000 hectáreas de monte en poco más de una tarde y sumió al valle en un paisaje de cenizas. Aquel día ardieron bosques, matorrales, prados, aperos de labranza, cierres, hierba almacenada, algunos edificios, parte del alma de la zona y un Bien de Interés Cultural (BIC): la Torre del Valledor del pueblo de San Martín.
Primero, la sociedad civil y, después, las administraciones se movilizaron para ayudar a recuperar El Valledor. El 24 de noviembre de 2011 se aprobó un plan de ayudas para la zona por un importe de 409.916 euros; de ese dinero, 288.537 euros eran para el arreglo de la Torre del Valledor, la iglesia, las antiguas escuelas y los caminos de los alrededores. Salvo la torre, las demás actuaciones estaban cofinanciadas por la parroquia rural y se han ejecutado; aquella, en cambio, sigue sin haber recibido ni un euro, según la familia propietaria, y en un estado totalmente ruinoso.
La Torre del Valledor alcanzó la calificación de Bien de Interés Cultural por ser, prácticamente, un museo etnográfico en sí misma. Se convirtió en la obra de toda una vida, la de Antonio García Linares, cronista oficial e hijo predilecto del concejo de Allande.
Este popular personaje de la vida allandesa reparó la iglesia, la capilla, la casa del cirujano y la bodega y fue recopilando todo tipo de documentos históricos relacionados con el concejo de Allande y con todo el suroccidente de Asturias. Almacenó instrumentos de la vida del campo, los restauró y los expuso. A pesar de ser un lugar privado, siempre lo tuvo abierto a los visitantes y la Torre del Valledor se fue convirtiendo en uno de los lugares más especiales de la cultura asturiana del Suroccidente. Con el incendio se perdió la gran parte de esa riqueza.
Andrés García, hijo de Antonio, es quien denuncia la situación actual. «Solicité en febrero de este año una reunión con el presidente del Principado porque cuando estuvo aquí (octubre de 2011, aún en la oposición) nos mostró todo su apoyo y nos ofreció toda su ayuda. Acabó recibiéndome, en abril, José Adolfo Rodríguez Asensio, director general de Patrimonio y Cultura, sólo para decirme que no tenían dinero y que no había nada aprobado», se lamenta García.
La aprobación del presupuesto para las ayudas al Valledor se hizo, a bombo y platillo, el 24 de noviembre de 2011 y las partidas destinadas a la ganadería sí que se hicieron efectivas, «por eso no entiendo muy bien a qué se refiere al decir que no se aprobaron o que no tienen dinero. Si no tienen dinero para hacer nada, ¿en qué consiste su cargo entonces?», comenta el hijo del cronista oficial de Allande.
Antonio García Linares ha sufrido en su salud la pérdida de la obra de su vida y el ver cómo no llegan las ayudas prometidas; este hijo predilecto de Allande cayó en una depresión y está en tratamiento, por lo que no puede hacer vida normal.
«Siento rabia, impotencia, siento que nos utilizaron para hacerse la foto. Me parece mal, muy mal, que nos digan que no hay dinero de algo que dijeron que estaba aprobado, y así se anunció», denuncia Andrés García, a la vez que apunta: «También quiero dejar claro que el Ayuntamiento de Allande sí que financió la redacción del proyecto de reparación y que se lo envió a la Consejería de Cultura, aunque el Director General de Patrimonio me dijera que no estaba al tanto y tuviésemos que reenviarlo, que es otra cosa que no tiene ningún sentido».
La Torre del Valledor era uno de los puntos más importantes de la conservación etnográfica y cultural del Suroccidente. Cuando el fuego se la llevó por delante todo fueron buenas palabras y promesas; dos años después su realidad es la ruina.
Fuente: http://www.lne.es/ – Pepe Rodríguez