POR ANTONIO ORTEGA SERRANO, CRONISTA OFICIAL DE HORNACHUELOS (CÓRDOBA)
Queridos amigos y compañeros Cronistas de España, os pido aceptéis este artículo con el que llegamos al final del año 2014 y con él a la Navidad, me voy a referir a esta memorable fecha. La Navidad símbolo de Paz, Felicidad y Fraternidad, es la mejor despedida que podemos anhelar de este vetusto año que se nos va, y yo lo he titulado Navidad Reflexiva, por lo que van a leer a continuación. Ésta Navidad en la que una reluciente estrella sirve de guía a los Reyes Magos de Oriente, para que puedan llegar y postrarse ante un Niño recién nacido, que llegaría a ser Rey de Reyes, ya que es el Hijo de Dios.
El Belén de estos tiempo difiere muchísimo, de aquel Belén que recibió a Nuestro Salvador, aquel Niño que nació en la más rotunda pobreza, con sus padres, la Virgen María y San José, a los que les cerraron todas las puertas y su Santa Madre tuvo que dar a luz y traerlo al mundo en un pesebre en el que comía el ganado, estaban solos ante el mundo, acompañados únicamente de una mula y un buey, que con sus cuerpos le daban calor, ya que de otras personas, familiares o no pudo disfrutar, nació como todos, desnudo y aterido de frío, sólo le pudieron poner unos harapos y unas saleas que unos pastores compasivos les habían donado.
Él, que había venido al mundo para ser algo más que un rey, como lo demuestra el hecho, que tres poderosos Reyes de Oriente recorrieran tantos kilómetros sólo con el propósito de entregarle el Oro, el Incienso y la Mirra, que en aquellas tierras es el presente más valioso y que solo era patrimonio de reyes, se arrodillaran ante Él y lo veneraran, pero que no se podía imaginar lo que le guardaba el destino.
El Niño Jesús, había llegado a nosotros con un mensaje del Padre Eterno, redimir a los hombres de la tiranía, el yugo, el sacrificio y la intolerancia, lo mismo que de mayor Él sufrió en su cuerpo y en su corazón. Primero Él y sus Padres tuvieron que huir de distintos lugares como si de viles forajidos se tratara, cuando se hizo hombre fue tentado por el diablo, luego fue vendido por treinta monedas de plata por uno de sus discípulos, a continuación aprehendido en el Huerto de los Olivos, cuando rezaba por la salvación de todos nosotros, fue juzgado por Poncio Pilatos que al no tener pruebas para condenarlo se lavó las manos, ya que el pueblo, esa algarada dirigida por los poderosos a quienes estorbaba así lo quisiera, sufrió el martirio, el azote, el ultraje, la mofa, el escarnio y fue investido Rey de los Judíos con una túnica morada, una corona de espinas y por cetro una caña para divertir a sus “jueces”, le obligaron a cargar a sus hombros la pesada cruz -su propio patíbulo- hasta el Monte Calvario y allí fue Crucificado junto a dos malhechores, le dieron a beber vinagre y sal, cuando pidió agua y todo ello lo soportó con resignación y sin una queja y cuando el soldado le clavó la lanza en su pecho, sólo pronunció aquellas palabras llenas de bondad y perdón: “Perdónalos Padre que no saben lo que hacen”.
Yo creo que sí lo sabían, como sabemos todos ahora, que parece ser que su sacrificio fue en vano, ya que los hombres seguimos el mismo camino que siguieron aquellos que lo crucificaron, incluso sin remordimiento, y nos parece que es normal que ocurran las tremendas cosas que están pasando, las guerras, los atentados con miles de muertos, las venganzas personales, la sinrazón de unos para con los demás, las ansias de poder, que para conseguirlo no se les ponen trabas a ninguno y la brutalidad de unos pocos, que después son justificados con esas “buenas palabras”, de que no estaba en su sano juicio, de que fue un mal momento, “que el pobre no sabía lo que hacía”, que mezquindad, todo esto no es cierto, lo saben igual que lo sabían aquellos que crucificaron al Señor.
Los asesinos y violadores, son unos seres eminentemente cobardes, sádicos, transexuales, simples delincuentes y malhechores de la peor calaña que ha dado el género humano, por ello aquellos que los justifican sin tener en cuenta la sensibilidad de otros semejantes, dando ejemplos injustificables de digerir, son una vergüenza para la sociedad.
No puedo aceptar que todos estos seres adopten el calificativo de “perjudicados”, sin inmutarse y con la desfachatez de que llegan a creérselo, en muchas ocasiones y muy frecuentemente hemos escuchado sus declaraciones y las concebidas frases de: “Jamás he sido comprendido por nadie”, “La Justicia ha sido extraordinariamente dura conmigo”, “La culpa no es mía, es de la sociedad que no quiere comprender mis necesidades”.
Haciendo un recorrido por las distintas Hemerotecas, he podido comprobar que desde el 13 de noviembre de 1992, fecha que quedó grabada en los anales de la historia, aquel horrible suceso que hizo estremecer y conmocionar a España ocurrido en Alcásser. Y hoy el asesino que lo produjo, está libre, gracias a una resolución extraña de unos “jueces” sin entrañas. Hechos que hasta nuestros días, han ocurrido muchos de ese tipo y ha quedado registrado en miles de páginas de todos los medios de comunicación escrita y escuchados en las distintas cadenas de radio y televisión el impresionante número de cientos de jóvenes violadas y algunas posteriormente rociadas con gasolina y quemadas, por unos menores y el espeluznante número de mujeres maltratadas, perseguidas e igualmente asesinadas de la forma más vil y alevosa, por la incomprensible actitud de sus “parejas” como ahora se le suele llamar al compromiso e inseparable vinculo del matrimonio ante Dios.
¿Cuándo se van a terminar estos irreparables hechos?, ¿Cuándo la Justicia va a cumplir con el deber ineludible de que estos hombres o adolescentes y en algún caso mujeres, reciban la pena que se merecen, purgando su culpa de por vida en la cárcel? Es inconcebible entender como personas de tal calaña y catadura inhumana, pueden ser puestos en libertad, cuando sólo han cumplido una ínfima parte de las condenas que les fueron impuestas, después de haber violado, vejado, maltratado y asesinado a sus victimas.
Y no es solo eso, lo más irascible y bochornoso es que convivamos con “madres” que asesinan a sus hijos como venganza de los problemas de su matrimonio, o las que los asesinan por haber venido al mundo sin ser deseados y arrojados a un contenedor de basura.
Estos actos de inconsciencia nos demuestran que en este mundo solo impera el sexo, y esto lo estamos viendo cada día en la calle, en cualquier parque repleto de niños, sin importarles y pensando que lo que están haciendo es lo normal, y siento rabia y vergüenza cuando nos llaman “retrógrados” como esta juventud denomina a los que repudiamos estos hechos, sólo soy una persona que ha convivido en el seno de una familia cristiana y educado dentro de las normas y cánones de urbanidad y respeto hacía los demás.
Actualmente los programas de televisión, los denominados “basura”, que en algunos canales sólo se dedican a las más ignominiosas confabulaciones de ultraje a las personas, por “gentecilla” sin pudor que quieren ganar dinero fácil, sin pensar que con su actitud pueden destrozar la vida de otras personas y terminar con matrimonios bien avenidos, y en otros, esas películas y series de violencia y sexo, sea la hora que sea, si hay niños como si no. Esperemos que esto termine algún día ¡Dios quiera que llegue!
Así que queridos amigos, pido al Todopoderoso, que nos ilumine y que nos dé la oportunidad de reaccionar y llegar a la conclusión de que debemos ser más humanos y comportarnos como personas civilizadas, pensando siempre en que Jesucristo dio su vida por nosotros y que en estos días se celebra el adviento y aniversario de su Nacimiento. Pensemos en ello y como decimos cuando rezamos el Padrenuestro “Perdónanos nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”.
Y para terminar deseo enviaros este poema que he titulado…Y MAÑANA NAVIDAD, con el deseo de que llegue al corazón de todos los seres de la tierra, hombres, mujeres y niños, para que nuestro comportamiento cambie y podamos disfrutar de unas muy Felices Fiestas Navideñas.
La Navidad… es el milagro
que la estrella vio en la noche,
cuando Dios condujo El Verbo
del Niño entre los pastores.
La Navidad… es el amor
que colma los corazones
y se asoma a las pupilas
como al balcón los malvones.
La Navidad… es el perdón,
venciendo las sinrazones
porque el Niño del pesebre
nos enseña a ser más nobles.
La Navidad… es ese tiempo
de sentir hogar al orbe
y sin distinción de razas,
hermana a todos los hombres.
La Navidad… es la intención
de mejorar las acciones
por el Niño Rey que nace,
en el pesebre más pobre.
La Navidad… es la esperanza,
la fe del alma en la noche,
cuando Dios conjuga El Verbo,
la Estrella, el Niño y el Hombre.
Córdoba, Diciembre de 2014.