POR APULEYO SOTO, CRONISTA OFICIAL DE BRAOJOS DE LA SIERRA Y LA ACEBEDA (MADRID)
De aquí a la eternidad no hay camino más corto que el morir, porque a la muerte vamos derechos. O al polvo del que nacimos, que es la nada de la nada y nada más. ¿O sí? Da que pensar.
La posesión de lo mínimo se convierte en lo máximo para subsistir.
Ancha fue Castilla, y tanto, pues pervive en América, que se expresa en castellano.
Lengua de tierra o de mar ¿cuál de las dos nos dio más? La de la tierra, porque nos enseñó a hablar.
Del mono al homo sapiens hubo un gran trecho que algunos no han traspasado aún, pues el mundo sigue siendo un inclemente zoo. Anda con la cabeza erguida y no seas animal.
No mires la escalera; mira al cielo al que intentas ascender.
Si por mí fuera, no habría fronteras, ¿pero quién y por qué cierra el campo de todos? He aquí la cuestión que Shakespeare no se planteó.
Ser o no ser como eres (pacífico), esa es la controvertida pregunta, aún sin respuesta acertada.