POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Tarde de lluvia y frío, fútbol para disgustos y para alegrías, una «tele» modelo de incompetencia y de banalidades groseras… HABLEMOS DE DULCES que, en consumo moderado, no engordan tanto como dicen algunos.
Son muchos los que asignan la invención del hojaldre al pintor y excelente pastelero francés Claude Gelée (1600-1682) cuando quiso elaborar un bollo especial para su padre enfermo: a una masa de harina de pan le añadió trozos de mantequilla y, sin amasar, estiró y dobló la pasta repetidas veces; al hornear el pastel vio cómo crecía y se esponjaba en múltiples capas.
No admito como cierta la realidad de esta invención por Gelée puesto que Martínez Montiño, en 1611, en su Arte de Vizcochería, nos da una fórmula de «bollo filete», palabra esta que es una deformación fonética de la francesa FEUILLETÉ (hojaldrado).
El hojaldre tiene antigüedad griega o romana, y, con toda seguridad, árabe.
Lo que sí es más verosímil es que la palabra MILHOJAS sea la traducción castellana de MILLE FEUILLES y que nosotros, ¡qué demonios!, debiéramos decir en asturiano MILFUEYES.
Por cierto, un «milhojas» no contiene «mil» capas sino, así dicen los que saben, 729.
Santiago Pérez, un maestro repostero leonés, distingue tres casos : el hojaldre de alto contenido en grasa origina 649 capas; el de contenido medio, 487; y el de bajo contenido graso, 385.
Hoy vamos a preparar una «tarta milhojas de crema» muy casera.- Hornean a unos 180º C tres láminas finas de hojaldre (adquiridas en confitería o compradas congeladas); ya en su punto, se sacan del horno, enfrían y se reservan.
Aparte, según costumbre, se prepara una crema pastelera más bien espesita y muy dulce.
Sobre una lámina de hojaldre se extiende una capa de crema (0,5 cm), se cubre con otra lámina de hojaldre y sobre ella nueva capa de crema. Nueva lámina de hojaldre que se cierra con un baño blanco (o con azúcar glas) y se decora al gusto.
¡Disfruten con y de la invernada!