DESDE MI ATALAYA. HISTORIA DEL CELIBATO EN LA IGLESIA CATÓLICA
Ene 22 2015

POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)

San Pedro.
San Pedro.

En el siglo I, Pedro—y los Apóstoles escogidos por Jesús—eran, en su gran mayoría, hombres casados. Ya, en el Nuevo Testamento, se sugiere que las mujeres presidían la “Comida Eucarística”, en la Iglesia primitiva.

En la Edad del Gnosticismo, en los siglos II y III, se afirmaba que la luz y los actos espirituales eran reconfortantes; son buenos, y que, la oscuridad y las cosas materiales; son malas. Se hacía énfasis en que una persona no podía estar casada y ser perfecta. No obstante, la mayoría de los sacerdotes eran hombres casados.

En el siglo IV, concretamente en el año 306, se celebra en España, en Granada—entonces llamada Elvira, su primer Concilio, al que asistieron 19 obispos peninsulares y una veintena de presbíteros y diáconos; la mayoría ayudantes de los obispos, en representación de todos los rincones de España. Se concluyó con un comunicado, reflejado en el Decreto 43, que dice: Todo sacerdote que duerma con su esposa, la noche antes de hacer misa, perderá su trabajo.

En el Concilio de Nicea, año 325, se hace un comunicado en el que se deja bien claro que las mujeres no pueden ser ordenadas. Esta orden sugiere que, con anterioridad, se realizaba la ordenación de mujeres.

El Papa Siricio, en el año 385, abandona a su esposa para convertirse en Papa. Se decreta qué, a partir de aquí, no pueden dormir, con sus esposas, ningún sacerdote.

En el siglo V, concretamente en el año 401, San Agustín, tras una azarosa –y licenciosa—juventud, escribe lo siguiente “Nada hay más poderoso, para envilecer a un hombre, como las caricias de una mujer”.

San Gregorio Magno.
San Gregorio Magno.

En el siglo VI, año 567, en el Concilio de Tours II, se dice que todo clérigo que sea hallado, en la cama, con su esposa- o cualquier otra mujer-, será excomulgado por un año y reducido al estado laico.

El Papa Pelagio II, en el año 580, afirma que su política es no meterse con los sacerdotes casados en tanto no pasara, la propiedad de la Iglesia, a sus esposas o hijos.

El Papa Gregorio, llamado “El Grande”, entre los años 590 y 604; dice lo siguiente: todo deseo sexual es malo en sí mismo ¿Se trata de aseverar de que todo deseo sexual es, intrínsecamente, diabólico?

En Francia, en el siglo VII, aparecen documentos que son demostrativos de que la mayoría de los sacerdotes eran casados.

En el siglo VIII, San Bonifacio informa al Papa de que, en Alemania, casi ningún obispo- o sacerdote, es célibe.

En el siglo IX, en el año 836, se celebra el Concilio de Aix La Chapelle, en donde se admite, abiertamente, que en los conventos y Monasterios, se han realizado abortos e infanticidios, para encubrir las actividades de los clérigos que no practican el celibato.

San Ulrico, un obispo adelantado a los tiempos, por su gran clarividencia, argumenta que, basándose en el sentido común y las Escrituras, la única manera de purificar a la iglesia, de los peores excesos del celibato, es permitir a los sacerdotes que se casen.

Ya en el siglo XI, en el año 1045, el Papa Bonifacio IX se dispensa, a sí mismo, del celibato y renuncia al papado para poder casarse.

En el año 1074, el Papa Gregorio VII dice: toda persona que desee ser ordenada, debe hacer, primero, un voto de celibato “los sacerdotes deben escapar, en primer lugar, de las garras de sus esposas”.

En el año 1095, el Papa Urbano II, hace vender, a las esposas de los sacerdotes, como esclavas y, sus hijos, abandonados.

En el siglo XII, el Papa Calixto II, en el año 1123, en el Concilio de Letrán I, decreta que los matrimonios clericales no son válidos.

En el año 1139, el Papa Inocencio II, en el Concilio de Letrán II, confirma el decreto del anterior Concilio.

En el siglo XIV, el Obispo Pelagio se lamenta de que las mujeres sigan siendo ordenadas y administrando confesiones.

El siglo XV, supone un periodo de transición y, el 50 %, aproximadamente, son casados y, como tal, aceptados por los feligreses.

Como apostilla a esta situación, pasados más de 500 años, el Papa Juan Pablo II, en una declaración efectuada en julio del año 1993, dice lo siguiente: “El celibato no es esencial para el sacerdocio; no es una ley promulgada por Jesucristo”.

En el siglo XVI, entre los años 1545 y 1563, se da desarrollo al Concilio de Trento en el que se establece que el celibato y la virginidad son superiores al matrimonio.

En el año 1517, Martín Lutero comienza a disentir de las directrices de Roma y del Estado y dice que carecen de autoridad moral, estando, por encima de ellos, “la voluntad de Dios”. Desafió a los papas Julio II y León X y acabó casándose con Catalina, una “monja de clausura que colgó los hábitos”.

En el año 1530, Enrique VIII, como Príncipe de la Iglesia británica, desafió las leyes eclesiásticas al querer divorciarse de su mujer legal, Catalina de Aragón, para casarse con Ana Bolena; condición que le puso esta última si el Rey quería convivir con ella. Instó al Cardenal Wolsey, delegado papal en Inglaterra, para que mediara ante el Papa Clemente VII, para conseguir dicha nulidad.

En el siglo XVII, época de gran auge de la Inquisición, en Italia, el Papa Urbano VIII solicitó su ayuda para tratar de convencer a Galileo, en el año 1632, para que observara las buenas normas sobre el celibato en los clérigos y teólogos de la época. Al promulgar la abolición del celibato, fue detenido y apartado de su trabajo como físico, matemático y teólogo. Murió en la soledad de una isla en la que fue confinado.

Newton, teólogo y matemático ingles, por las mismas razones que Galileo, en el año 1642, montó una verdadera cruzada, para que se aboliera el celibato en los eclesiásticos y que, este, fuera optativo; pero sin amenazas.

En el siglo XVIII, el día 4 de julio de 1776, Jefferson redacta un informe en el que rompe los lazos de dominación británica, declarando la “Independencia de Estados Unidos de América”. En su escrito hace hincapié en que “todos los hombres son iguales”, porque recibieron, del Creador, derechos inalienables como la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad. A su vez advierte al Vaticano que no juegue con el celibato de los clérigos, según intereses irracionales, dejando libertad a los hombres y mujeres para elegir su estado civil; según su recto proceder.

En el siglo XIX, Napoleón (1769—1821), fue arengado por el Papa Pío VI, por su conducta marital inapropiada y por no defender el celibato de los clérigos; así como por la ejecución del rey Luis XVI, al desoír las súplicas del Vaticano. Considerando al Papa Pío VI un incordio pasa sus posesiones, entró su ejército en la Ciudad Santa y capturó al Pontífice; que acabó siendo confinado hasta su fallecimiento en cautiverio.

Darwin (1809—1882), fue amonestado por el Papa por haber publicado un libro sobre “la evolución humana y el origen del hombre” y otro sobre “la selección en relación al sexo”, en el que preconizaba la libertad de estado civil de los clérigos. Aunque no perteneció a la realeza británica, fue sepultado en la Abadía de Westminster.

El día 8 de diciembre de 1869, tiene lugar, en la ciudad del Vaticano, el Concilio Vaticano I auspiciado por el Papa Pío IX.

Como continuación del Concilio de Trento, se abordó el tema de la infalibilidad del Papa, que había quedado inconcluso. En el Concilio se dice que “la Iglesia Romana posee el derecho divino; la primacía sobre las demás iglesias”. “La Iglesia es, pues, monarquía de derecho divino y el Papa recibe órdenes, directamente de Dios” Se trató el problema planteado en la iglesia con el celibato de los clérigos y monjas y, aquí, no hubo acuerdo; a pesar de que se alzaron muchas voces discrepantes. Se trató de armonizar a las dos corrientes prevalentes: liberal y conservadora, dejando el estudio del celibato para mejor ocasión, ya que el Papa Pío IX se encontraba confinado, en el mismo Vaticano.

Ya en el siglo XX, concretamente en el año 1930, se atreve a decir, el Papa Pío XI, que “el sexo puede ser bueno y santo”.

El Papa Pío XII, en el año 1951, autoriza a que un pastor luterano, casado, sea ordenado sacerdote católico, en Alemania.

El Papa Juan XXIII, en el año 1962; Concilio Vaticano II, dice, con rotundidad, que “el matrimonio es equivalente a la virginidad”.

El Papa Pablo VI, en el año 1966, se atreve a efectuar varias dispensas del celibato.

El Papa Francisco.
El Papa Francisco.

En la década de 1970, Ludmilla Javorova—y otras mujeres checas–, reciben órdenes sacerdotales para atender las necesidades de las presas comunistas.

En el año 1983, se promulga una nueva Legislación del Derecho Canónico.

En el año 1994, se efectúa la ordenación de pastores protestantes, anglicanos y episcopales casados, como sacerdotes católicos, en los Estados Unidos. Estos acontecimientos, también, se dan en Canadá e Inglaterra.

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La historia está escrita para ser investigada y, estudiada con rigor. Las perspectivas serán distintas, estoy seguro, y su análisis tendrá en cuenta la época en que concurrieron y las circunstancias del momento. Según los datos que he contrastado, sobre los papas y el celibato, con toda meticulosidad, saco la conclusión de que la Iglesia, como cualquier otro estamento vivo, debe renovarse y adaptarse a los tiempos en que acaecen los hechos. Estos datos son los siguientes:

PAPAS QUE FUERON CASADOS

– San Pedro Apóstol: Primer Papa
– San Félix III (desde el año 483 al 492). Tuvo 2 hijos.
– San Hormidas (desde el año514 al 523). Tuvo 1 hijo.
– San Silverio (desde el año 536 al 537). No tuvo hijos.
– Adriano II (desde el año 867 al 872). Tuvo una hija.
– Clemente IV (desde el año 1265 al 1268). Tuvo 2 hijas.
– Félix V (desde el año 1439 al 1449). Tuvo 1 hijo.

PAPAS QUE FUERON HIJOS DE OTROS PAPAS, O DISTINTOS MIEMBROS DEL CLERO

– San Dámaso I (desde 366 a 384). Hijo de San Lorenzo-Sacerdote
– San Inocencio I (desde 401 a 417). Hijo de Anastasio I
– Bonifacio (desde 418 a 422). Hijo de un Sacerdote
– San Félix (desde 483 a 492). Hijo de un Sacerdote
– Anastasio II (desde 496 a 498). Hijo de un Sacerdote
– San Agapito I (desde 535 a 536). Hijo del Papa Gordiano
– San Silverio (desde 536 a 537). Hijo del Papa San Hormidas
– Marino (desde 882 a 884). Hijo de un Sacerdote
– Bonifacio VI (desde 896 a 896). Hijo del Obispo Adrián
– Juan XI (desde 931 a 935). Hijo del Papa Sergio III
– Juan XV (desde 989 a 996). Hijo del Sacerdote León

PAPAS QUE TUVIERON HIJOS ILEGÍTMOS DESPUÉS DEL AÑO 1139

– Inocencio VIII (desde 1484 a 1492). Tuvo varios hijos
– Alejandro VI (desde 1492 a 1503). Tuvo varios hijos
– Julio II (desde 1503 a 1519). Tuvo 3 hijas
– Pablo III (desde 1534 a 1549). Tuvo 3 hijos y 1 hija
– Pío IV (desde 1559 a 1565). Tuvo 3 hijos.
– Gregorio XIII (desde 1572 a 1585). Tuvo 1 hijo

BIBLIOGRAFÍA

– Celibaty in the Christian Church-. 1957
– Oxford Dictionary of Popes
– P K Fewtt the ordination of Women-. 1980
– E. Schussler Fiorenza in Memory of Her-. 1984

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MITOS Y REALIDADES

La realidad supera a la suposición; al mito. Un estudio que realizó un equipo canadiense, llamado Corpus Canadá, exhaustivo y comprobado con un gran muestreo de amplios sectores sociales, nos reveló los siguientes datos:

MITO: todos los sacerdotes realizan voto de celibato.

HECHO REAL: La mayoría de los sacerdotes no hacen voto de celibato. Hacen, solo, una promesa ante el Obispo.

MITO: El celibato eclesiástico ha sido norma desde el Concilio de Letrán II, celebrado en el año 1139.

HECHO REAL: Los sacerdotes y, hasta, los papas, continuaron casándose durante varios siglos después. De hecho la Iglesia Católica Oriental, todavía tiene sacerdotes casados. En la Iglesia latina, un sacerdote puede casarse si:

– primero fue Pastor Protestante, o si ha sido Católico durante toda su vida, pero promete no tener, jamás, relaciones sexuales con su propia esposa

MITO: El celibato no es la causa de la falta de vocaciones.

HECHO REAL: Una encuesta realizada entre las iglesias protestantes, durante el año 1983, muestra un excedente de miembros del clero; solamente la iglesia católica, tiene carencia de sacerdotes.

MITO: La falta de vocaciones se debe al materialismo y falta de fe.

HECHO REAL: La investigación efectuada en Lilly, en el año 1985, concluye en que no existe evidencia capaz de sostener que la falta de fe sea la causante de que haya menos vocaciones. Los ministerios en personas jóvenes y universitarias, están en alza.

La opinión general, recopilada, demuestra que los sacerdotes deberían estar autorizados para casarse. Además, las mujeres; que tienen el mismo derecho que los hombres, deben acceder, en igualdad, al sacerdocio.

Creemos que el celibato es un don del Espíritu, tal como es la del matrimonio y la de permanecer soltero. Los dones no pueden ser obligatorios. Por tal motivo, con un profundo respeto por el don del celibato, solicitamos que se le decrete opcional y no se le imponga a aquellos postulantes que no han sido llamados a permanecer célibes.

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