POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ. CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JÁEN)
Matías Molina Navarrete vivió su niñez en la calle Vera-Cruz, frente a la iglesia del Cristo de Benlliure; las oraciones que rezaban las niñas en la escuela de su madre, Nicolasa, y la monotonía de la tabla de multiplicar.
La enseñanza primaria la realizó en la SAFA de Villanueva, en el edificio de la calle Morales. Aún recuerdo en los finales de curso como Matías era nombrado edil de clase, y se le imponía la medalla y diploma correspondiente, los partidos de fútbol jugados…
Después continuó sus estudios en Úbeda. De allí ingresó en el Seminario de Jaén donde estudió durante siete cursos. Villanueva fue una viña que dio frutos de sacerdocio. Cada día de San José, Día del Seminario, eran numerosos los seminaristas, con su sotana y fajín rojo, venían a nuestra localidad para participar en los distintos actos religiosos.
A Matías siempre lo responsabilizaban de la predicación y colecta en la iglesia de la Vera-Cruz. Al abandonar el seminario estudió Magisterio.
Fue uno de los promotores de las famosas Semanas de la Juventud años 1967-1968, en donde nuestra localidad recibió la lluvia de la cultura, teatros, conciertos musicales, conferencias, cine, exposiciones, viajes… en un Parque de San Blas, que “descubrió” su belleza para los multitudinarios actos.- Numerosos de estos jóvenes creativos, defensores de la cultura, partieron de nuestra localidad, dejándonos huérfanos de estas iniciativas. Con el transcurrir de los años, otros tomaron ya el camino de las estrellas para seguir dibujando, recitando, representando…
Ejerció como maestro en las escuelas unitarias que la Compañía Sevillana de Electricidad tenía en las centrales hidráulicas, para los hijos de los empleados, Doña Aldonza en la estación de Jódar y después en Encinarejo, muy cerca del santuario de la Virgen de la Cabeza. Aquí volvió a coincidir con el trinitario padre Francisco con el que entabló una buena amistad en su época en el santuario de Villanueva.
Trasladado a Sevilla conoció a un grupo de ubetenses que tenían una imagen de la Virgen de Guadalupe en una iglesia sevillana. Matías realizó las gestiones para que a una imagen de la Virgen de la Fuensanta, se le diera también culto allí. Fue bendecida el día de San Miguel, siendo Hermano Mayor, Eduardo Segura.
Posteriormente con Fernando Usero, José Luis Carrascosa, Antonio Parra y Vicente Guijarro, fundan en Sevilla, una asociación Sevillanueva, dedicada a difundir el nombre de Villanueva, proponer periódicamente, un homenaje a una persona de la localidad por su intenso trabajo y labor; hermanar nuestra localidad, donde nació Fray Domingo de Baltanás con Alcalá de los Gazules, donde murió,-ya han realizado un viaje a esta localidad- y otra larga serie de actividades y nuevos proyectos.
Jubilado ya, comparte su vida entre Sevilla y Sorihuela del Guadalimar, pueblo de su mujer; entre Santa Águeda y la Virgen de la Fuensanta; entre nuestra Semana Santa y las fiestas de septiembre; en la compañía de sus dos hijos y nietas y los amigos villanovenses; realizando el trayecto, casi diario, de la carretera que une Sorihuela y Villanueva…
Matías es un intenso lector de variados temas, pero ávido de cualquier publicación villanovense; apasionado en profundizar en los temas religiosos- tal vez “heredado”, de su tío, que fue párroco, aquí, D. Matías Molina o de sus largos años de estudios en el seminario; siempre evoca sus recuerdos infantiles y juveniles en nuestra localidad.
En este otoño sus frecuentes paseos sevillanos, junto al río Guadalquivir, este le habrá llevado en sus aguas las emociones y vivencias de Villanueva, y que habrán sido fuentes de trabajo e inspiración para el pregón que nos ofrecerá como pórtico de la Semana Santa.