POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA. CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
Los tiempos han cambiado. Nada es lo que era; al menos no lo parece. Este entorno, surcado por un río Segura caudaloso se ha convertido en una quimera. Huertas frondosas, paz, armonía y unos pobladores maravillosos formaban parte de este inigualable rincón. Si, a estos ingredientes le añadimos la cantidad de monumentos que en este valle se ubican, entenderemos la enorme riqueza que la comarca atesora.
La orografía, y sus vistas panorámicas son un prodigio que la naturaleza nos ha regalado a cuantos hemos nacido, y vivido entre Abarán y Archena; pasando por Blanca, Ricote, Ojós, Villanueva del río Segura y Ulea.
Nuestro valle ha sido—y debe seguir siéndolo, espejo en donde se miren cuantos nos visiten. Los que hemos tenido que emigrar, por razones de trabajo deseamos volver para recrearnos con los nuestros al contemplar este paraje tan insólito, tan majestuoso,…tan excepcional.
Los tiempos han cambiado. Lo sé, pero ¿para bien? Eso si que no lo sé. Puede que la historia sea justa y, alguna vez nos trate con intransigencia. Se alegará que todos los cambios estructurales se han hecho en aras del progreso; pero ¿de qué progreso? El río, otrora limpio y caudaloso, está en continuo estiaje y sucio. La huerta hasta hace poco tiempo frondosa, está transformándose en parajes áridos que muy pocos quieren seguir cultivando.
Nos lo están recalificando y especulando. Poco a poco nos vamos asemejando a los habitantes de las grandes ciudades, en las que casi nadie se conoce; ni los que viven en el mismo edificio ¡Todos los árboles están siendo suplantados por ladrillos y cemento!
Nací, viví y sigo ligado a esta tierra por un cordón indeleble: el de los sentimientos. Durante mi infancia y juventud recorrí los rincones del Valle de Ricote; incluso los más agrestes e insólitos. De forma más sosegada, he seguido disfrutando de este maravilloso paisaje pero, hete aquí que, desde hace unos años—un par de lustros, se han invertido los valores de esta comarca.
He recorrido—y sigo recorriendo a pie, todos los pueblos que componen el Valle de Ricote y, cuando regresaba me frotaba los ojos; porque no me creía cuanto había visto. No le daba crédito. Seguía frotándome para intentar ver con claridad, como si estuviera recién levantado; y, cada vez lo veía más opaco. A veces pensaba que estaba despertando de un mal sueño, pero no: la realidad era evidente.
En ‘Abaran’ nos encontramos parajes insólitos, como el “Humedal de Aljareque” y “Rambla salada”, así como el entorno natural de “La Sierra de la Pila” y “el Santuario de Nuestra Señora del Oro”. Además, como “Tesoro Patrimonial” nos encontramos con la “Iglesia de San Pablo”, construida en el siglo XVI. La Ermita de los santos médicos de Abarán: “San Cosme y San Damián”. “La Plaza de Toros”, “El Teatro Cervantes”, “Tres chimeneas industriales, entre las que destaca la de Felipe Cayetano”, “El Cabezo de la Cobertera”, “Las Norias: Grande, de la Hoya, de D. García y la Ñorica”. Existen otros tesoros patrimoniales más pequeños, aunque no menos importantes.
En BLANCA nos encontramos con “la Iglesia Parroquial de San Juan Evangelista del siglo XVIII”. En “la Peña Negra, restos del Castillo, del siglo XVI” “La Casa del Conde” de estilo neoclásico del siglo XIX, “El Teatro Victoria”, “Casa La Favorita” junto a la “Casa del Conde de la Vallesa”, etc.
En RICOTE tenemos “La Iglesia de San Sebastián” del SigloXVIII”, “El Palacete de Llamas o Casa de los Castellanos” del año 1702, “El Convento de D. Diego Candel Rubio” del siglo XVI, “La Ermita de Nuestra Señora de las Huertas” del siglo XVI, “Portada de la Casa de Hoyos” del siglo XVIII, “Casa Alarbona” del siglo IX, etc.
En OJÓS tenemos “la Iglesia Parroquial” de estilo mudéjar del año 1605, “Las Casas Solariegas” construidas en piedra con escudo Solariego perteneciente a la familia Massa y a las de Marín y Melgarejo (regidores de Ojós en el siglo XVII). La naturaleza ha sido generosa con este pequeño pueblo del Valle y nos encontramos en la carretera de Ojós a Mula con “el Embalse del Mallés”, “El Desfiladero del Solvente” en la carretera de Ojós a Blanca, en donde se encuentra El Azud que canaliza las aguas del Trasvase Tajo Segura, “El Salto de la Novia” en el límite con Ulea, “Los Puentes sobre el río Segura”, uno de ellos de madera, etc.
En Villanueva del río Segura nos encontramos con la majestuosa “parroquia de la Asunción”, “La Asomá” desde donde se divisa gran parte del Valle y, sobre todo, Ulea; “El Puente sobre el río Segura” que sirve de límite con Ulea; “El monte del Pinico” también llamado del algarrobo, etc.
En Archena nos encontramos con “la Iglesia se San Juan Bautista” reconstruida en el año 1789, el Ayuntamiento o Casa Grande del siglo XV, “El Palacete de Villa Rías” del siglo XIX, “El Balneario de Archena” con su Casino y Hotel Thermas, “Las Norias del Boticario” de La Algaida o “Acebuches”, “El Castillo del Dr. Spreáfico”, “El Cabezo del Tío Pio”, etc.
Al ser uleano, me permito la licencia de emplazar su descripción para más adelante.
He recabado información de los siete pueblos del Valle de Ricote, y he obtenido las respuestas más variopintas. Los políticos me han dado su versión; alegando sus razones: aunque algunos disentían de cuanto estaban realizando, “temiendo el juicio que les hará la historia” con el paso de los años. Otros estaban convencidos de lo que han hecho, o lo que hacen, “en aras del progreso”. A otros les da lo mismo cuanto digan: “están por encima del bien y del mal”. Muchos omiten su opinión “por si caen en desgracia”.
Existen vistas panorámicas del Valle de hace unos años que, al contemplarlas, te quedas extasiado. Pues bien, desde el miador de mi atalaya, de forma sosegada, contemplo con tristeza la agresión que ha sufrido nuestra “Reserva Natural”: nuestra huerta. Esta situación tiene visos de seguir adelante y nos convertiremos en observadores impávidos, ante ese “progreso” tan especial: ¡tan insólito!
Ulea, mi pueblo, juega con ventaja en esta contienda. Está ubicado en un fortín inexpugnable, ya que sus límites geográficos le enmarcan con majestuosidad. Desde “el Monte El Castillo”, al norte; “el Río Segura”, al sur; “Las Lomas”, al este y “El Salto de la Novia”, al oeste: a una distancia de 1600 metros de radio, desde “el punto kilométrico O” del casco urbano-ubicado en el badén de “la Capellanía”, no deja mucho espacio para la especulación del suelo. A pesar de todo lo expuesto, “algunos huertos frondosos están siendo transformados en pequeñas urbanizaciones”.
Además de su configuración geográfica, Ulea posee una gran riqueza arquitectónica: “La Iglesia de San Bartolomé”, santo y seña de las Iglesias del Valle de Ricote, con su “Artesonado de estilo Mudéjar” construido a principios del siglo XVI. “El Ayuntamiento”, erigido en el año 1492. “La Casa Parroquial” (también llamada de Eiffel), construida entre los años 1910 y 1912. “El Templete del Henchidor”, en donde se efectúa el baño de la Santa Cruz. “El Monte el Castillo”, surcado y atravesado por “el Canal del Taibilla” y por “el Trasvase Tajo Segura”, respectivamente. En dicho castillo se conservan: “La Pila de la Reina Mora”, “La Ventanica”, “Las Paratas” y “el Aljibe”, que testimonian el asentamiento de pobladores romanos, iberos y árabes. “El Salto de la Novia”, con su desfiladero fluvial, que limita con Ojós. “La Noria de Villar de Felices”, asentada sobre un acueducto romano. “La aceña y contra-aceña”, de las que solo se conservan algunos cangilones amontonados e inservibles. “El Gurugú”, obra asentada sobre una colina, visible desde cualquier punto de Ulea y Villanueva. Fue encargada, su construcción en el año 1870 por D. Antonio Tomás Sandoval, ilustre uleano, militar de carrera en África y, posterior alcalde de Ulea tras su regreso.
Ulea también tiene programado su plan de expansión urbanística, ahora en cuarentena, pero más allá de Las Lomas en la zona que siempre ha sido de secano y aún lo es, aunque menos, en el 60 por ciento de su extensión. Es de desear que dicha transformación no cambie nuestras costumbres y nuestra convivencia. La lengua que hablamos en Ulea, el castellano, no debe convertirse en segundo o tercer idioma de las nuevas comarcas ubicadas en nuestro término municipal.
Por eso, Las Lomas forman un límite orográfico entre Ulea: antiguo y monumental, y la Ulea expansiva. Es cierto que muchas viviendas están viejas e inhabitables—como en todos los pueblos del Valle, pero debemos abogar por que se restauren, y que no se transformen en moles de cemento y ladrillo. De Las Lomas hacia el este, que construyan, si así lo estiman oportuno; pero que lo hagan con mesura. El casco antiguo, el urbano, el monumento que es nuestro pueblo, que se restaure y embellezca; pero que no se destruya.
Quisiera subir al Castillo y contemplar la vista panorámica de todo el Valle de Ricote; tal y como era hace unos años, pero no: ya no es posible. El paisaje que se ofrece a nuestros ojos es bien distinto. Postales de la comarca, recientes, realizadas desde el aire; así lo confirma ¡Una lástima!