ESCUELA PÚBLICA

POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA. CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)

escuela antigua

Las condiciones de escolaridad de los alumnos de Ulea en los últimos años del siglo XIX eran muy precarias. Por tal motivo, en sesión plenaria municipal del día 26 de abril del año 1903, el Alcalde Antonio Tomás Sandoval, ordena al secretario Juan Susarte que de lectura a la Real Orden de 31 de diciembre último, del Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes. Enterados de su contenido y, a la vista del último censo de habitantes, se dedujo que, en el término municipal de Ulea, no existen grupos o entidades de población ajenas al núcleo de población que, en total, asciende a 1194 habitantes.

Tras escuchar el contenido de dicha Real Orden, se acuerda elevar certificación de estos hechos, a la Sección de Instrucción Pública, de la provincia; al que se acompañará un cuadro sintético con los niños de edad escolar, solicitando la creación de una nueva escuela con el modelo oficial de dicha Real disposición vigente.

Como las dos escuelas existentes en Ulea (una de niñas y otra de niños) estaban ubicadas en casas alquiladas y acondicionadas para tal menester y, cada vez, estaban más deterioradas, el nuevo Alcalde Damián Abellán Miñano, el día 1 de octubre del año 1905, hace constar en un pleno del Ayuntamiento que el local destinado a Escuelas Públicas de niños, requiere una reparación urgente, con el fin de conseguir que reúna las condiciones sanitarias necesarias; tanto para los alumnos como para el profesor que la dirige.

Para soslayar estos defectos, se tuvo una entrevista con el dueño de la casa, acordando realizar los pertinentes arreglos de inmediato. El importe de la reparación supuso la cantidad de 175 pesetas que, el Ayuntamiento, tuvo que abonar; además del alquiler.

Al mismo tiempo se da explicación de la visita realizada a los dueños de la casa habilitada para Escuela de niñas, ya que dichos propietarios de la vivienda la necesitan para vivir ellos y, por consiguiente, suplican el cese del contrato. En su lugar ofrecen otra casa ubicada en la calle Jardines, que reúne las condiciones adecuadas; exigiendo un alquiler anual de 200 pesetas.

Dada la imperiosa necesidad del asunto, se acuerda aceptar dicha solución, tanto de la escuela de niños como la de niñas, si bien no quedan nada más que 125 pesetas en las arcas del Ayuntamiento, por lo que hubo necesidad de negociar lo que faltaba con los dueños del inmueble.

La Maestra y la dueña, acuerdan la fecha del traslado, quedando el local alquilado por un tiempo de 10 años. Dicho contrato se respetará por ambas partes- salvo causas de fuerza mayor o que el Estado construya Escuelas Municipales.

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