POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA- CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
En el entorno de las ventas y ventorcillos se construían casas diseminadas que formaban pequeños núcleos de población.
Ya, desde mediados del siglo XVII, al sur de ‘Cuesta Blanca’, en el paraje del Tinajón’, se formó un pequeño caserío que al ser lugar de paso obligado de mercaderes y ganados que procedían del Reino de Castilla y, algo menos, del Reino de Aragón; la venta- ubicada en dicho caserío- tenía mucho trasiego y, como consecuencia, se convirtió en lugar de descanso y pernocta de animales y mercaderes. La afluencia era cada vez mayor y, para poder alojarles se tuvieron que construir “corrales, pesebres y covachas”. La consecuencia inmediata fue la perentoria necesidad de hacer acopio de provisiones, tanto de pienso para los ganados como de alimentos para los transeúntes.
A veces, las inclemencias del tempo obligaban a pernoctar en la venta durante varios días y, como consecuencia, el personal alojado se entretenía jugando a las cartas o cantando. En dicha venta, los escasos mercaderes andaluces que entraban tras el paso obligado de la ‘La Aduana del Puerto de La Losilla de Ulea’ introdujeron el ‘cante flamenco’.
Ginés Miñano Pagán, morador en la venta del Tinajón (recibió dicho nombre porque cercó dicha venta con tres tinajas grandes enterradas hasta el cuello, en los alrededores de la venta: una para agua, otra para aceite y la tercera para vino).
Pues bien, dicho Ginés Miñano, al ver que se sentía incapaz de alojar a tanto transeúnte y ganado, decidió construir pesebres, cuadras, corrales y cuartos, con el fin de alojar cómodamente a los transeúntes y ganados. Para tal menester tuvo que solicitar a la Real Cámara la permuta de unas tierras de un primo suyo- en los alrededores de la venta- por las suyas, ubicadas en el paraje de “Cuesta Blanca”. Dicha gracia fue concedida por el Ayuntamiento de Ulea, tras escuchar las alegaciones de ambas partes (1).
Para entonces, Ulea había recobrado la categoría de “Villazgo”, gracias a la labor realizada por D. Diego del Águila, ante S. M. Felipe II en el año 1588, por haber contribuido Ulea para reforzar a “La Armada Invencible” con 700 ducados y 20 de sus mejores soldados- tres de ellos del caserío del Tinajón.
1) Era el año 1691, siendo alcalde de Ulea, Sebastián de Rueda y Benavides y Almeida, dueño de una parcela de terreno en la Tercia del Tinajón, ubicada entre la venta y la Ermita; lugar en donde veraneaba con frecuencia con su familia.