POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA- CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
Dado que en las casas uleanas no había agua corriente ni desagües, las mujeres -siempre eran las mujeres- tenían que lavar sus ropas en acequias y brazales públicos, que cursan por la población y, como consecuencia, se produce la destrucción de los quijeros y se dificulta el tránsito público.
Por tal motivo, el Alcalde de Ulea (Murcia) Antonio Tomás Sandoval, en pleno del Ayuntamiento de Ulea del día 23 de agosto del año 1903, hizo constar la conveniencia de construir un lavadero público, tanto por higiene como por decoro. Tras una amplia discusión, así se acuerda, eligiendo para su construcción el terreno sobrante del camino que linda con la calle Binondo, en el brazal que recoge sus aguas de la «Acequia Mayor» o general.
Como quiera que fuera a utilizar, en parte, el brazal, se acuerda cubrir todo el tramo que sea necesario.
Las expresadas obras comenzarán a realizarse en breve y correrán a cargo del señor Alcalde, que las satisfará de su capítulo y artículo correspondientes.
Dando credibilidad a su propuesta, así se hizo.
Con posterioridad se construyeron los lavaderos en los brazales de la carretera y del algarrobo.