POR ÁNGEL DEL RÍO, CRONISTA OFICIAL DE MADRID Y GETAFE
Noche de Halloween, la de los muertos vivientes de cartón; noche de terror, con sangre de bote, apostemas supurantes de plástico, úlceras de maquillaje y esqueletos de pega. Las tiendas de chinos se ponen las botas vendiendo toda la artillería para esa parafernalia.
Noche de Halloween de 2012, donde los muertos fueron de carne y hueso; la sangre tan cierta como el pánico; las heridas tan reales como el horror que se vivía en la cueva de la muerte, llamada Madrid Arena.
Ha pasado un año de aquella tragedia que pudo haberse evitado si un desaprensivo no hubiera reventado el aforo de la sala; si los servicios de inspección hubieran actuado según el protocolo, y si los efectivos sanitarios hubieran sido los exigibles, además de otros factores y de otras irresponsabilidades.
El proceso judicial está en marcha y plasmado en más de 9.000 folios; 24 son las personas imputadas, 42 las que han prestado declaración como testigos, y otras 43 como afectados por lesiones. Hay muchos presuntos implicados; hay muchas responsabilidades políticas, profesionales, y otras bajo sospecha, pero que nadie olvide que hay un responsable principal, actualmente en la calle por haber satisfecho una fianza que se me antoja escasa, y que fue el responsable de vender muchas más entradas de las permitidas por el aforo: el empresario Miguel Ángel Flores.
Que se haga justicia y no ocurra como en la tragedia de la discoteca Alcalá 20, donde hubo 82 víctimas mortales, nadie fue a la cárcel y las indemnizaciones se pagaron con el dinero de todos los madrileños.
Fuente: http://gentedigital.es/