POR JOSÉ MARÍA FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
La primavera es la época en la que la sepia -la «xibia» decimos en Asturias- está en su mejor sazón; circunstancia que, quizá, algo tenga que ver con eso de los «enamoramientos» porque sabido es que la primavera es la estación del amor.
Ya lo decíamos en otro comentario anterior: La primavera la sangre altera y reverbera el trian-laranlán-la-la…
¿Y qué relación hay entre xibia y amor?
Vayamos a la tradición pesquera.
A la xibia se la pescaba mediante la «garabexa» o «grampín» provistos de un reclamo que era nada más y nada menos que un espejo. La xibia, al verse reflejada en él, y suponiéndolo un ejemplar de sexo contrario, se «lanza» a abrazarlo con pasión y… queda atrapada en el engaño.
Esta práctica pesquera «a lo erótico» se fundamenta en la conocida (o supuesta) «impetuosidad sexual de los machos» que abrazan apasionada y violentamente a la hembra hasta «no poder más».
Hasta San Isidoro, el sevillano, se «espantaba» de la fogosidad amatoria de les xibies. Lo dice en sus Etimologías: «Sepia dicitur quia sepibus interclusa facilius capitur; in coeundo obscenum genus; ore enim concipit sicut vipera» (Le sepia debe su nombre a que se captura fácilmente con una jaula de cañas (sepes). Es una clase de animal obsceno en su apareamiento y concibe por la boca como las víboras).
Pues eso: hoy «abriremos boca» con un plato de xibia en su tinta en pareja con un arroz blanco.
Pediremos al pescadero que limpie la xibia y extraiga cuidadosamente la bolsa de tinta, que reservaremos.- Ya bien limpio el animal, lo cortamos en trozos mediano-pequeños.
En una cacerola pochamos cebolla, pimiento rojo y verde y ajo , todo picado en fino ; añadimos un poco de tomate y dejamos hacer lentamente a modo de pisto. Se sala al gusto.
Se suma la xibia con su tinta desleía en caldo de pescado y se aromatiza con un chorro de vino blanco. Cuece a fuego manso hasta que esté tierna y la salsa ligeramente espesa (piensen que la xibia «suelta » agua en su cocción).
Aparte, en cazuela, se prepara un arroz blanco según costumbre de cada cual.-
En una fuente se dispone una corona de arroz (debe utilizarse un molde de aro) y en su interior la xibia en tinta.
¡Ah! Si tienen en casa algún pajarín enjaulado, cuelguen entre los alambres de jaula un trozo (o la pieza entera) del «guesu» de la xibia, previamente sometido a un lavado y ebullición en agua. Es un buen aporte de calcio para el pajarín.