«LOS VIAJES CIENTÍFICOS DE LA ÉPOCA SON FUNDAMENTALES PARA CANARIAS, PORQUE CASI TODOS ELLOS PASARON POR AQUÍ CAMINO DE AMÉRICA, ÁFRICA, OCEANÍA, Y TAMBIÉN HACÍAN ESTUDIOS GEOGRÁFICOS, CLIMATOLÓGICOS, VULCANOLÓGICO», INDICÓ JUAN JOSÉ LAFORET, CRONISTA OFICIAL DE GRAN CANARIA
La historia naval de Canarias y del resto del globo terráqueo debe mucho a un alicantino llamado Jorge Juan Santacilia. Nacido hace 300 años, la figura de este marino y científico fue clave para descubrir la forma esférica de la Tierra, achatada en los polos y ensanchada en el Ecuador, y su medida exacta, además de su legado como embajador ilustrado e ingeniero para un nuevo sistema de construcción naval de buques, muelles y arsenales más rápido y barato.
La Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria (Rseapgc) y el Mando Naval de Canarias, entre otras instituciones, homenajean su tricentenario en unas V Jornadas Navales, que se celebrarán entre el 4 y el 8 de noviembre, en entidades de la capital grancanaria, como la sede de la Rseapgc, Casa de Colón, el Arsenal (Base Naval) o el Real Club Náutico grancanario.
«Los viajes científicos de la época son fundamentales para Canarias, porque casi todos ellos pasaron por aquí camino de América, África, Oceanía, y también hacían estudios ge-ográficos, climatológicos, vulcanológico», indicó Juan José Laforet, cronista oficial de Telde y secretario de la Rseapgc.
Designados expresamente por el rey Felipe V, Jorge Juan y su colega de batallas científicas Antonio de Ulloa partieron en uno de esos viajes ilustrados transatlánticos con la Real Academia francesa hacia Ecuador, para medir el arco del meridiano. Tras más de una década de estancia allí, «era la primera constatación de que la Tierra era esférica y cuál era su medida real», explicó Antonio de Ugarte Blanco, capitán de Corbeta y jefe de la oficina de Relaciones Públicas del Estado Mayor del Mando Naval de Canarias.
Sus cálculos matemáticos fueron la génesis para el nuevo sistema internacional de medidas: el sistema métrico decimal. Sus conocimientos de mecánica hidráulica se aplicaron en los arsenales de Ferrol para potenciar las grúas y el traslado de talleres de lonas y velas de diferentes partes de Galicia. «Trae de Inglaterra sistemas de construcción naval, fundamentales para la construcción de barcos en España tanto militares como civiles [como El Correíllo La Palma, pequeño barco de pasajeros interinsular de 1912], y sus libros van a ser definitivos a lo largo del XVIII y XIX en la enseñanza de los nuevos marinos», recordó Laforet.
Dado su prestigio internacional, fue Embajador español en Marruecos. «Era tan perfeccionista que levantó planos de todas las bases navales y fortificaciones. Hacía una labor de espionaje», señaló Ugarte.
Fuente: http://www.laprovincia.es/ – Eva Rancho