POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)
Añorado Gabo, estamos a finales de febrero del año 2015 y, asisto a La Feria Arco de Madrid, acompañando a la delegación cultural de Colombia, con los que en algunas ocasiones he compartido ilusiones literarias. Al inicio, se te ha rendido un merecido homenaje, a través de «Una travesía cultural, por los estados de la palabra».
En esta muestra de la Feria Arco de este año 2015, he disfrutado como un eterno aprendiz de la literatura: siempre te he considerado, Gabo, como uno de los escritores dignos de ser imitados.
Naciste en Colombia, en el año 1927, y nos dejaste en México -físicamente- en el mes de abril de 2014. Sin embargo, quiero evocar tu gran obra literaria, recordándote qué, estés en la dimensión en que te encuentres instalado, seguirás en el recuerdo de muchos españoles; entre los cuales me encuentro.
En esta Feria, se ha efectuado un recorrido por lo más importante de la obra literaria del escritor colombiano. La relación, muy prolija, hacen alusión a dos países: Colombia y España. Durante el acto, se ha dado lectura a lo más selecto se su obra literaria; Al menos, las que tienen más garra; en las que predomina el poder de la palabra. Sí, la palabra, en estos tiempos en que prevalecen otros medios de comunicación audio visuales.
He participado en varios colegios de enseñanza, en talleres con material impreso, abordando los avatares de tu vida; tanto a nivel humano, como periodista y escritor. En dichos talleres hemos resaltado los valores humanos que has atesorado, así como tu compromiso permanente con la clase social más desafortunada.
Gabriel García Márquez nació en Aracataca (Colombia), en el año 1927 y, aunque estudió la carrera de Derecho, en la Universidad Nacional de Colombia, no consiguió acabar su Licenciatura y, como consecuencia, se dedicó a sus otras dos pasiones: el periodismo y la literatura. Ambas facetas las ejerció- de por vida- con gran ardor; dentro de un escenario de marcado contenido político y social. Sí, Gabo, has sido un hombre verdaderamente comprometido.
Sin embargo, en «tu amada patria»- como tú llamabas a Colombia-, tropezaste con grandes dificultades, tanto económicas como sociales, para seguir con tu andadura literaria y, en el año 1961, te marchaste a México; en donde falleciste el día 17 de abril de 2014.
Así las cosas, en México discurrió tu prolífica vida literaria. Allí escribiste obras inmortales tales como:El Coronel no tiene quien le escriba, en el año 1961. No diste respiro a tu fructífera inspiración y, en el año 1962, vio la luz tu obra Los Funerales de Mamá Grande y, en el año 1967, publicaste en Buenos Aires aunque la escribiste en Colombia la obra literaria que te consagró, como gran escritor, a nivel mundial. Se trata de Cien años de soledad. Por dicha obra, fuiste galardonado con el Premio Nóbel de Literatura, en el año 1982.
La prolífica obra de «Gabo» se completó con «El Otoño del Patriarca» en el año 1975; «El Amor en tiempos del Cólera», en 1985 y «Noticias de un Secuestro» en el año 1996; además de otras obras menores y multitud de artículos periodísticos.
Ya enfermo y, sabedor de que su vida había entrado en la recta final en el año 2002, escribió «Sus Memorias». Previamente, tuvo la valentía de despedirse de sus lectores y simpatizantes; por vía telemática, ¡Gran testimonio, querido Gabo, el que has legado a la humanidad!
A través de las múltiples entrevistas que te han efectuado, amigo, me vienen a la memoria aquellas en que narrabas tus vicisitudes humanas y, sobre todo, «El miedo que tuviste, siempre a la muerte». De ella diste un enfervorizado testimonio; al decir que se trataba de una gran injusticia. Para ti, «la muerte suponía una gran tragedia». Sin embargo, cuantos hemos trabajado desmenuzando tus obras literarias, te decimos: «Los escritores no mueren nunca; de ellos siempre quedan sus legados».
Con gran nostalgia decías, de forma reiterada: «Si algo importa de la vida, es eso; la propia vida» y, a continuación, tras una meditada reflexión, repetías: Entonces ¿por qué nos la roban? No lo entiendo- proseguías diciendo, un tanto cariacontecido. Sí, lo digo tal como lo siento, se trata de una traición; es una verdadera tragedia.
Insatisfecho con tu gran obra literaria, nos has legado multitud de artículos periodísticos e infinidad de «Cuenta Cuentos».
Tu relación con España ha sido de » Odios y Amores encontrados». Tu recia personalidad y tus convicciones sobre los problemas de la sociedad española, te llevaron a la firme decisión de renunciar al Premio Cervantes de las Letras; además de rehusar pertenecer a «La Real Academia de la Lengua Española». No obstante, a pesar de tus reticencias, aceptaste el Premio Nóbel de Literatura y, a Estocolmo fuiste a recogerlo.
Sí, querido Gabo, tu cuerpo físico a desaparecido de entre nosotros pero, siempre, permanecerás en la memoria de quienes admiramos tu obra literaria.