POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Gijón, en estas fechas pascuales, anduvo de «Gran mariscada». Unas jornadas diseñadas para recreo de turistas y para paladares de asistentes ansiosos de degustar mariscos del Cantábrico a precios de «cetárea».
Un éxito de público, de participación y de promoción turística.
Y un servidor, que es ignorante máximo, se hizo esta pregunta aparentemente inocente: ¿QUE ES MARISCO?
El Diccionario vino en mi ayuda: «Cualquier animal marino invertebrado, especialmente el crustáceo o molusco comestibles».
Y, claro, como siempre sucede en las personas «rompehuevos» (y yo soy una de ellas), vinieron las dudas: ¿Son marisco las estrellas de mar, las holoturias, las esponjas, los corales, las medusas (¡oh terror!) y otros animalitos marinos de pequeño tamaño como los protozoarios, tenóforos, platelmintos, troquelmintos, nematelmintos, gefireos, etc.?
Y, ¿los cangrejos de río que no son marinos?
Habrán observado en mi razonamiento que no cité (lo hice deliberadamente) a un tipo de celentéreos (del griego «koilos-énteron = cuerpo hueco en forma de saco), concretamente a los actiniarios hexacoralarios, como son las ACTINIAS y ANÉMONAS, también llamados ORTIGAS DE MAR porque sus tentáculos filamentosos son relativamente urticantes.
Por Colunga les decimos MEXONES y MORCIONES.
Es curioso el caso: si ustedes leen cosas al respecto, verán que cuando describen a estos «nobles bichinos» el comentario final es de este tenor: «Ambos, actinias y anémonas, carecen de utlidad».
¡Disparate enorme!, complemento yo.
Y ello porque, al menos desde el siglo XVIII, tales animalejos han estado y están presentes en la cocina marinera mediterránea.
El REVUELTO DE HUEVOS Y ORTIGAS DE MAR, y la TORTILLA DE ORTIGAS DE MAR, son actualmente platos estrella de muchos restaurantes baleares y andaluces.
Se prepara así este revuelto: Se cortan las actinias o las anémonas (éstas se diferencian de aquellas en que sus tentáculos son de mayor tamaño) en trozos medianos y se saltean en una sartén con aceite donde previamente se doraron unos dientes de ajo muy picadinos; se suma un poco de perejil picado y el conjunto se cuaja al gusto con huevos batidos.
Sírvanlo con triángulos de pan de molde fritos.
NOTA
Actinias y anémonas deben consumirse muy frescas, recién traídas del pedreru y siempre bañadas en agua de mar.
No teman a su poder urticante; se «destruye» con la fritura.