POR ANTONIO LUIS GALIANO, CRONISTA OFICIAL DE ORIHUELA
Una frase de un historiador oriolano del siglo XVII que he utilizado muchas veces, para definir la ingratitud que nuestra tierra tiene para con los oriolanos, dice: «Orihuela es madrastra de sus hijos y madre de los extranjeros
Todo ello, qué tiene que ver con la deuda que se paga con un café. Voy a explicarlo.
Muchas mañanas, al arribar a Orihuela lo primero que hago es cumplir con la necesidad fisiológica de dar satisfacción al cuerpo con un sencillo desayuno, simplemente media tostada con aceite y un café (café). Suelo hacerlo, cuando aparco el coche cerca del ayuntamiento en el Bar Casablanca. Allí, en la barra, junto a la cocina, muchas mañanas me encuentro con el cura de Santa Justa que suele estar acompañado por Paco y Rafael que acuden, como una cariñosa obligación voluntaria durante unos minutos, hasta que el tabaco los hace salir a la calle a echar un cigarro, por aquello de la prohibición de fumar en locales públicos. Como decía, muchas mañanas coincido en el citado establecimiento, en el que Inmaculada y sus hijos hacen sentirse al cura como en su segunda casa, a pocos metros de la suya como párroco de las Santas Justa y Rufina. Allí, en el bar, poco a poco, se van introduciendo parroquianos que saludan al sacerdote, que siempre tiene una palabra amable para cada uno de ellos, preocupándose y dando ánimo a los problemas que sabe que pueden tener.
Creo que, a estas alturas, habrán comprendido que al eclesiástico que me estoy refiriendo, no es otro que José Luis Satorre García. Que, por cierto, en el último Pleno municipal del año 2014, el 22 de diciembre, fue distinguido por el Ayuntamiento de nuestra ciudad, como Hijo Adoptivo de Orihuela. Eso sí, como debía de ser, fue nombrado por unanimidad, en momentos en que esto es difícil que se diera. Pero, dando lugar a que un hombre sencillo y humilde sacerdote, se haya hecho acreedor de que «Orihuela sea madre los extranjeros», y que al final también sea «hermano mío en nuestra madre Orihuela».
Por supuesto, con alegría, no por el café, que tantas veces se repite cuando hablamos de él como deuda, sino por otras muchas cosas que el enunciarlas podría sonrojarlo debido a la llaneza y cercanía del cura de Santa Justa. Por mi parte, puedo decir que cada vez que he necesitado de él, nunca me ha puesto reparo en ayudarme o en facilitarme lo que he precisado. Así como, he sido testigo mudo y discreto muchas veces, muchas, cuando he estado investigando en el archivo de su parroquia, de cómo trata a las personas sin ninguna clase de distinción, con una profunda humanidad, amabilidad y cortesía, intentando resolver sus problemas. Todo ello, por la parte que me toca. Pero, porqué del movimiento popular que ha dado lugar a que fuese solicitada su distinción como Hijo Adoptivo de la Ciudad de Orihuela. Movimiento promovido por Antonio Vilella Pascual, presidente de la Asociación de la Tercera Edad Virgen del Pilar del Escorratel, que logra que se promueva por numerosas instituciones y personas particulares la incoación del preceptivo expediente. Así, lo secundaron 42 instituciones y 542 adhesiones particulares. Pero, qué méritos se han hecho valer para que dicho movimiento popular diera su fruto. Muy sencillo, José Luis Satorre es un cura a pie de calle, al igual que lo fue en su Novelda natal, Federico Sala Seva, párroco de San Pedro, en la época en que José Luis era ‘obispillo’. Ojo, que no me refiero a un obispo pequeño, sino como sinónimo de monago o monaguillo. Por los lugares por donde ha pasado, ha dejado su impronta. Así ha sido como párroco en Torremendo, San Antón y el Escorratel, en Nuestra Señora del Mar de Benidorm, en San Martín de Callosa de Segura y Santiago de Orihuela, y actualmente labrando dicha impronta en la parroquia de las Santas Justa y Rufina de nuestra ciudad. De igual manera, ha dejado su estela en la Obra Social San José Obrero, como vicario episcopal y arcipreste de Orihuela, como Consiliario de la Hospitalidad de Nuestra Señora de Lourdes, así como en otros muchos cargos.
Ha sabido integrarse en la vida ciudadana y vivir con los oriolanos sus penas y alegrías, incluso cuando ha sido forzado a aceptar cargos, previa autorización por aquello del voto de obediencia, lo hemos tenido en primera línea como Síndico Portador de la Gloriosa Enseña de El Oriol, como Pretor de la Cofradía del Ecce-Homo, o desfilando como moro. Sólo le falta salir de ‘armao’, pero, no creo que esté para esos trotes. Lo cierto, es que José Luis Satorre, es un oriolano más, no desde este nombramiento que se materializa mañana, sino que ya lo venía siendo desde niño cuando vino a esta tierra para ingresar en nuestro Seminario, y al fundirse desde hace mucho tiempo con las gentes de Orihuela y sus pedanías, viviendo sus problemas y sus triunfos, ayudándolas en las dificultades y alegrándose con sus logros. Así que mañana, será un gran día para los oriolanos, al materializarse su merecido nombramiento como Hijo Adoptivo de la Ciudad de Orihuela. Y creo, que la ocasión merece, el que le diga: «José Luis, no me debes un café, sino dos». Y sé que me responderá, «y tú una comida», a lo que le replicaré: «como si son dos».
Enhorabuena, felicidades y un fuerte abrazo.
Fuente: http://www.laverdad.es/