POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
El vino blanco, bien frío, acompaña sopas, caldos, cremas, pescados blancos y azules, merluza, pixín, rodaballo, lubina, bonito, sardinas, pescados de río, caldereta, marmitaco, ahumados, mariscos y cefalópodos, pollo al limón, pavo a la naranja, espagueti incluso, canelones con besamel, arroz negro, abanda, caldero, paella…, espárragos, aceitunas, quesos frescos, queso de cabra, sushi, ensaladas, postres… Muchas comidas pueden tomarse con el vino blanco, y aún cocinarse con vino blanco, pero si hablamos de chorizo como mejor marida es con tintorro. En cambio, los Martes de Campo, la cofradía de La Balesquida reparte en el Paseo del Bombé miles de bollos preñaos (preñaos de chorizo) y miles de botellas de vino, pero vino blanco, calentín muy rico… Hay quien lo toma en taza con un huevo dentro, aunque parezca una postura incómoda.
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