FELICIANO CORREA, PRESIDENTE DE LA ASOCIACIÓN DE CRONISTAS OFICIALES DE EXTREMADURA Y AMIGO PERSONAL DEL POETA Y PERIODISTA, ASEGURÓ A EFE SOBRE CASTELO: «NO SOLO ERA UN ENAMORADO DE EXTREMADURA, SINO DE LOS EXTREMEÑOS Y SUS PUEBLOS»
El poeta y periodista extremeño José Miguel Santiago Castelo falleció ayer en Madrid a los 66 años, según informó el diario ABC, periódico al que estuvo ligado durante 45 años desde el año 1970. Su cadáver fue velado anoche en el tanatorio de San Isidro antes de ser trasladado a Trujillo, donde mañana se le rezará un responso en la Academia Extremeña de la Lengua a las 12.30, institución que presidía. El entierro tendrá lugar en su localidad natal, Granja de Torrehermosa, mañana a las 16.30, informó Efe.
Feliciano Correa, presidente de la Asociación de Cronistas Oficiales de Extremadura y amigo personal del poeta y periodista, aseguró a Efe sobre Castelo: «No solo era un enamorado de Extremadura, sino de los extremeños y sus pueblos». Su pérdida, añadió, era esperada «desde hace tiempo», ya que «ha luchado entre la vida y la muerte» durante un largo tiempo.
Pese a que llevaba desde 1970 escribiendo en la redacción del ABC, Santiago Castelo siempre defendió su faceta de poeta. En este sentido, su amigo aseguró que «no ha sido solo uno de los principales de la poesía en Extremadura, sino en España, con una obra muy pegada al suelo».
Por su parte, Jose Antonio Vera, presidente de la Agencia EFE y compañero de Santiago Castelo durante su etapa en ABC, calificó al extremeño de «periodista honorable, conocedor como nadie delABC de toda la vida».
Además, expresó que se trataba de una «pieza clave del diario en sus diferentes etapas», así como una «persona culta y muy respetada en los ambientes periodísticos y literarios, tanto de Madrid como de su querida Extremadura».
«Es una pérdida que todos los que trabajamos con él sentimos de una manera dolorosa y profunda. Igual que el resto de la profesión», añadió el presidente de la Agencia EFE.
MEDALLA DE EXTREMADURA
José Miguel Santiago Castelo tenía, entre sus muchos reconocimientos, la Medalla de Extremadura, máximo galardón de la Comunidad Autónoma, que recibió en 2006. Aquel año en su discurso dijo no merecer tan grande galardón y destacó que siempre había llevado el nombre de Extremadura como bandera de su vida y de su obra, y que lo había hecho como «terapia».
Según señaló, recordar Extremadura le había ayudado siempre a superar la nostalgia por su tierra, a la que abandonó a los 16 años para irse a la «gran ciudad», y «ahora, solo por eso me premian, es más de lo que merezco». Y es que, en su primer artículo escrito en ABC en el año 1970, bajo el título Siete espigas bajo el sol, invitaba a los veraneantes a pasar el estío en Granja de Torrehermosa, su pueblo, entre el trigal y la cal.
Premiado desde muy joven por su labor periodística, entre ellos el Luca de Tena, el premio nacional de Periodismo Es Fogueró, el Julio Camba y el Martín Descalzo, Castelo era conocido sobre todo por su obra poética.
De hecho fue a los 19 años cuando publicó su primer cuento en el diario Hoy, y a partir de entonces sus versos aparecieron en publicaciones como Poesía Hispánica, Batarro, Artesa, Bahía, La estafeta literaria y Cuadernos americanos, de México.
También publicó Cruz de guía (1984) y a continuación Como disponga el olvido (1985), Al aire de su vuelo (1986), Antología extremeña (1991), Habaneras (1995), Hojas cubanas (1997), Siurell (1988), Cuerpo cierto (2001), La huella del aire (2004), Quilombo (2008), La hermana muerta (2011) y Esta luz sin contorno (2013). En 2014, estrenó en Argentina un musical dedicado a la figura de Celia Gámez.
El que fuera gran aficionado a la copla y al ballet, y un gran conocedor de la actividad artística en Cuba y en Argentina, tomó posesión en 1989 de su plaza de académico de número de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes, que presidía hasta ayer, y era miembro de las academia de Cuba y la Norteamericana de la Lengua.
Nacido el 11 de septiembre de 1948 en Granja de Torrehermosa, población de Badajoz de la que era hijo predilecto desde 2000 y donde la calle en la que nació lleva su nombre desde 1982, cursó el bachillerato en Córdoba y en Madrid, ciudad a la que llegó en 1964 y donde compaginó los estudios con el trabajo en unos laboratorios.
En 1968, inició los estudios de Periodismo en los que estaba titulado y, un año después, con 21, ingresó en la redacción del diario ABC, publicación en la que trabajaba desde entonces y en el que mantenía su despacho a pesar de que se había jubilado.
Santiago Castelo, como firmaba sus artículos periodísticos, presidía desde 2010, cuando se jubiló, el Comité Asesor de Contenidos Editoriales de Vocento, editor de ABC, donde, bromeaba, había hecho «de todo» menos engrasar las linotipias.
Vocal del Club Internacional de Prensa, desde 1991, recibió ese año el título de Duodécimo juglar en el transcurso de la clausura del IV centenario de la muerte de San Juan de la Cruz, celebrado en Fontiveros, del que fue nombrado hijo adoptivo.
Fue nombrado Extremeño del Año en 1982 y en 1999 por el diario Hoy; recibió la Medalla de Extremadura (2006) y la Asociación de Periodistas y Escritores de Turismo de Extremadura le hizo socio de honor en 2006.
MIEMBRO DE JURADOS
Precisamente ese vínculo tan especial que tenía con su tierra extremeña y de la que nunca renegó y a la que siempre volvía, hicieron de él una persona muy presente en jurado de premios como el Francisco Valdés, que concede el Ayuntamiento de Don Benito y por lo que recibió el escuado de oro de la ciudad; o el Ciudad de Cáceres, pero también fue pregonero de la feria de Zafra, y ganador del Premio Ciudad de Badajoz de Periodismo 2014 por La luz más pura de Leucona, galardón que no pudo recoger pero por el que se expresó su emoción enviando unas palabras.