MARÍA ORTIZ HABLA CON MUCHAS PERSONAS PARA LOGRAR MODELAR SU RELATO, QUE PROFUNDIZA EN EL PASADO, EN LOS ORÍGENES Y TAMBIÉN EN ESTE PRESENTE EN EL QUE CONTINÚA SU HUELLA EL CRONISTA OFICIAL DE CÁCERES SANTOS BENÍTEZ, ENTRE OTROS
A Eustaquio Blanco, nombre esencial de la cocina en la ciudad, le hubiera gustado disfrutar de este 2015 gastronómico, pero, de alguna manera, su aportación está muy presente. Blanco, que falleció hace cinco años, es una referencia unánime para cocineros de nivel, de dentro y de fuera de Cáceres, desde Toño Pérez, de Atrio, a José Pizarro, que desarrolla su labor en Londres.
El valor de este chef, que en 2007 recibió la medalla de Extremadura y que es indiscutible dentro del sector, queda en negro sobre blanco en la obra ‘Eustaquio Blanco, la cocina extremeña’, que ha coordinado el periodista José María Ortiz y en la que aborda al profesional y al hombre. Prismas diferentes y muy distintas voces se entrelazan para ejecutar este retrato, que se inició con el cocinero en vida, pero que frenó precisamente su muerte, tal y como explicó Ortiz durante la presentación. Un enorme grupo humano, con cocineros, políticos y amigos de la familia rindieron homenaje ayer a esta figura. El consejero de Fomento, Víctor del Moral, destacó su trato humano. Su viuda, Mari Ángeles Cava, rememoró sus viajes por toda España, la representación que de la cocina extremeña hicieron en Fitur y en otros foros. «Quiero pensar que su espíritu nos acompaña, es un libro que sale en un momento muy dulce para Cáceres, cómo hubiera disfrutado», aportó esta mujer, cuya implicación con la gastronomía ha sido también total. «El sendero ha sido largo, pero hemos representado a nuestro país en Alemania, Francia, Hungría, Portugal…». Las migas de Eustaquio son célebres, tanto que, bromeó su viuda, «estará haciéndoselas en el cielo a San Pedro».
Pizarro y Pérez, y su jefe de cocina Manuel Espada dan cuenta de su dimensión como cocinero. Ortiz habla con muchas personas para lograr modelar su relato, que profundiza en el pasado, en los orígenes y también en este presente en el que continúa su huella La alcaldesa Elena Nevado, el ex alcalde José María Saponi, el creativo Javier Remedios, autor del diseño del libro, el periodista César Serrano y el cronista oficial Santos Benítez, entre otros, rememoran su relación con este cocinero, que desarrolló su trabajo en el restaurante familiar ‘El Figón’, fundado por su padre en 1947 y que actualmente se encuentra en la Plaza de San Juan dirigido por su sobrina Pilar Blanco. En 2007 abrió su propio restaurante en la Avenida Ruta de la Plata, el Eustaquio Blanco, que capitanea su hija Nerea aunque sus hijas Yolanda, Trini y Laura también forman parte de esta gran familia de la buena cocina.
Hay visiones también desde el periodismo, con los textos del columnista de HOY José Ramón Alonso de la Torre y de Juan José Ventura. Hay varios mensajes que se repiten en distintas páginas, en distintas líneas. Una forma de hacer basada en el mimo, en las cocciones largas, el amor y la promoción de la cocina extremeña, los productos de calidad y su capacidad para hacer de todo. Todo esto le hicieron imprescindible. Su libro de cocina de cabecera era ‘El Práctico’, obra de los argentinos Ramón Rabaso y Fernando Ameiros, una biblia con nada menos que 6.500 recetas.
Extensa carta
Algo que llama la atención a muchos de los que hablan sobre Eustaquio en este libro editado por la Capitalidad Gastronómica de Cáceres es la extensísima carta de la que podía disfrutarse en ‘El Figón’. 70 de sus platos más representativos, uno por cada año de vida de este cocinero, quedan también incluidos en este volumen. Son los más representativos. Y además, cartas, fotografías, dedicatorias, un dibujo de Mingote, otro de Moncho Borrajo. Casi 200 páginas de vida y de recuerdos.
Fuente: http://www.hoy.es/ – Cristina Núñez