POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)
Carmena quiere cobrar la visita de los turistas a Madrid, como si no pagaran impuestos a cada paso, en cada consumición. De otra manera, turista es una palabra polisémica, ambigua, un concepto transversal; yo mismo, en Oviedo, donde resido, al salir del dentista hago turismo con anestesia y todo, compro un carbayón en Camilo de Blas y paseo hasta el Campillín a ver el Ginkgo biloba. ¿Quién es turista?, ¿lo es el escritor que va al Prado a buscar temas pintorescos? ¿Lo es el senador? El diccionario dice que turista es la persona que viaja por placer, ¿y si lo pasa mal, deja de ser turista y le devuelven la gabela? ¿Y si uno viaja a Madrid por trabajo y disfruta como un verderón?, ¿tasa que te crió? ¿Pagarán impuestos quienes miren embobados los balcones?, ¿los de pantalón corto y chanclas?, ¿pagarán los epicúreos? ¿No se percatará Carmena de que el placer de mucho trabajo?
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